top of page

IX

​

Confía, hijo. Tus pecados están perdonados.
¿Por qué pensáis mal en vuestro corazón? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados están perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra... Levántate, toma tu camilla y marcha a tu casa.

 


 
Mi opinión:    

Este relato de Mateo nos refiere al encuentro de Jesús con un paralítico en camilla que le traían. Jesús, que sabía lo que iba a pasar y lo que pensaban los presentes; no le dijo al paralítico “levántate y anda”, como todos esperaban, sino que le dijo “Confía hijo. Tus pecados están perdonados”, para demostrar a los incrédulos y mal pensados escribas, que de la misma forma perdonaba pecados, que curaba a los paralíticos. Solo unos pocos de esa generación pudieron ser testigos de tales hechos, y el motivo de que le demos crédito a Mateo y a Jesús, es que toda su vida en este mundo fue una demostración viva de sus palabras: Jesús no mentía y Mateo tampoco. De hecho, todas sus palabras y obras han trascendido al espacio y al tiempo, con independencia de las innumerables interpretaciones (como esta misma) que de ellas se han hecho y se harán; adulteradas o no. Las atemporales palabras de Jesús son el gran tesoro de la Humanidad. El odre nuevo. Aquello que se vino anunciando por los profetas desde hace milenios.
 
Mientras, los talmudistas anticristianos, haciendo mil cábalas (por minuto), abundan en las calumnias de sus antepasados; enseñando a sus fieles historias de un Jesús inventado a su medida: depravado y mundano, supuestamente descritas en unos libros secretos guardados en el Vaticano… (jejeje increpé a un supuesto rabí en su sinagoga virtual de youtube, cuando explicaba a su audiencia argentina, como Jesús le echaba miradas de soslayo a las mozas disimuladamente, describiendo la escena en un primer plano digno de Hollywood; hundido en la depravación, "como así lo demostraban los libros secretos del maligno Vaticano..."; no se digno contestarme). Los cabalistas presentan un Jesús pusilánime, débil de voluntad, radicalmente opuesto al Mesías del Odre Nuevo recogido en los Evangelios (que si existen y están
 científicamente comprobados), cosa que negará cualquier masón); que dio su vida por mantener su palabra, la Palabra; que dedicó su vida “para que todo se cumpliera”: para el bien, para el Padre. Todo lo contrario que los débiles mesías acomplejados de estos agnósticos talmudistas, como Sabbatay Zebí : “padre” en gran parte del malvado ideario actual (masonerías, protestantismos y demás zarandajas sectarias alocadas), empezando siempre por justificar el mal. Y que, a la hora de la verdad y al contrario que el Maestro, ante la espada del verdugo, renegó de todo lo dicho y hecho para salvar el pellejo, y con la caradura de santificar ese renuncio; son los también auto-llamados “marranos”. Como cabría esperar, el islam y el cabalísmo, hijos de un mismo padre (el de la mentira) comparten esta misma podredumbre; justificando el mal contra el infiel. Obviamente, la única fe de raíz mosaica que lo condena, es la cristiana auténtica.

​

Pero gracias a las cábalas que no dejan de hacerse esta gente para sacar bien librada a su sucia conciencia de racistas dementes, la mentira, el mal, “del pusilánime”, pasa a ser santificante y necesario a los elegidos (ellos claro), pues sirve al buen fin de combatir al infiel. De esa forma las sectas pueden y deben llegar al bien, transgrediéndolo. Hay que reconocer que son únicos comiéndose el coco y comiéndoselo a los demás. Al que me temo que no se lo van a comer, es al Padre. Por muy bien que les vaya por aquí con sus malas artes. Lo peor es que han extendido su filosofía con el Nuevo Orden, gracias a sus esbirros masones y protestantes, infectando al fin al propio Vaticano, como apunto Lefebvre y demuestra Bergoglio y sus lacayos masones. A diario se sufre una nutrida muestra y adoctrinamiento de ello aunque no se quiera.
 
En definitiva, creo que la enseñanza en este texto está en por qué hemos de creer a Jesús antes que a los millones de charlatanes de todo tipo, que en el mundo han sido y serán.
 

 

​

​

​

​

​

No necesitan de médico los sanos, sino los que están mal.

Id y aprended qué significa: misericordia quiero y no sacrificio. Porque no he venido a llamar justos, sino pecadores.


 
Mi opinión:

El texto es corto, y el principio puede parecer tan obvio que no precisa “darle vueltas”; sin embargo, Jesús a continuación especifica un tipo de “enfermedad”, que era muy habitual entonces, y siempre: “misericordia quiero y no sacrificio”. ¿De qué pecamos en masa los que nos tenemos por cristianos, y los que por entonces se tenían por mosaicos? de sustituir la misericordia por el sacrificio; lo que podemos comprobar en ejemplos muy claros y variados: Abraham sacrificando a su hijo porque pensaba que Dios se lo pedía (era habitual hasta entonces en todas las culturas), el intento de sacrificio mediante lapidación de la adultera, o cuando pretendían que no era correcto socorrer al necesitado en el sacrificio del Sabbat, o cuando pretendemos “arreglar las cosas” rezando como papagayos (como hacen los paganos), con misas y donativos.

Y ya en el colmo de la estupidez para los sabatistas de la Elite Talmúdico Usurera Anglosionista (y sus versiones laicas para lacayos, masones y demás esbirros); sacrificarse, sacrificando, a los demás... a los otros, a los “no elegidos” (haciendo el mal siempre empezando por el más débil o conveniente); sacrificándolos a su dios pseudo mosaico (arrogante y vengativo). Auto autorizados a hacerles todo tipo de orgias y rituales nefastos (tortura, pederastia, sodomía, etc) con el mismo motivo.
 
Y es que da tanto de si el asunto que, yo diría que la mayor “enfermedad” del espíritu humana, si no en cualidad, si en cantidad; se debe a esta “patología”. Y es que la misericordia y el amor van tan de la mano, que me atrevería a afirmar que son la misma cosa para el Padre, es decir, en términos absolutos. Ya dijo el Hijo cuales eran los mandamientos más importantes (e imprescindibles de guardar).
 
Jesús vino a llamar a pecadores (con remedio)… toda esa enorme masa de “mies” confundida, confusa, pastoreada, inducida al mal por otros pescadores/pecadores (sin remedio). La “llamada”, es el Evangelio. Son las palabras de arriba, que comento.
 
No confundamos misericordia (amor a todo el prójimo sin peros ni distinciones) con sacrificio a Dios. El sacrificio que es por amor al Padre, es por amor al prójimo y a uno mismo; y en tal caso no es un sacrificio. El sacrificio es del Malo. Lo que llamamos sacrificio, que en realidad es amor; no puede ser en honor del Padre e ir contra el prójimo ni contra uno mismo, como dejó claro el Maestro. Cuando me niego a mi mismo, a mis instintos; por  ejemplo, ayudando a alguien en mi detrimento, o renunciando a algo para fortalecer mi autodisciplina, no me sacrifico... no debería suponerme un sacrificio, sino una alegría por un privilegio, una oportunidad que me ha sido concedida "de servir".

Lo que se da por amor a Dios Padre, si va contra el prójimo (o contra uno mismo); no solo es un contrasentido, sino que además y sobre todo, es del Malo. El Bien y el Mal. El Todo y la Nada. La Vida y la Muerte. 
 

​

​

​

​

​

​

¿Pueden los convidados al banquete estar tristes mientras está con ellos el esposo? Ya vendrá tiempo en que les quiten al esposo, y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de un paño recio a un vestido viejo, porque el remiendo tira del vestido y la rotura se hace mayor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De lo contrario, los odres se rompen, el vino se derrama y los odres se pierden. El vino nuevo se echa más bien en odres nuevos y ambos se conservan.


 
Mi opinión:     Los discípulos de Juan (el bautista) se acercaron a Jesús, y le preguntaron porque ellos y los fariseos ayunaban (sacrificio), mientras que los discípulos de Jesús no lo hacían. Jesús les explicó que, aquel por el que ellos celebraban el ayuno, ya estaba allí, con ellos: El; y que por tanto, no debían ayunar (entristecerse) para recordar a un dios ausente, sino alegrarse de que Dios estuviera allí con ellos "en persona", en la persona de su Unigénito (en el que siempre obra/está el espíritu santo del Padre).
 
Jesús... el Padre; habla del sacrificio (en realidad, la ofrenda) del ayuno, como la carencia de algo infinitamente más trascendental que el alimento… es la tristeza por la ausencia divina. El ayuno al que se refiere Jesús, se produce tras su muerte y resurrección. Momento en que nos volvimos a quedar otra vez solos, pero en esta ocasión, ya con su Palabra... con la Verdad, y el Espíritu Santo del Padre entre nosotros.
 
.A partir de ese hito trascendental en que Jesús anuncia la Verdad, que nos permite elegir sin ambigüedades (el anunciado por los Profetas desde tiempos remotos); ya no sirven vestidos ni odres viejos… viejas costumbres y tradiciones milenarias adulteradas por el polvo del camino; basadas en el sacrificio. El paño recio, el odre nuevo… el Evangelio que no es ni más ni menos que las palabras de Jesús, las del Padre en su boca; es, desde aquel entonces, y ya hasta el fin de los tiempos, verdad imborrable: no es el sacrificio del odre viejo lo que quiere el Padre, es misericordia, justicia, amor del nuevo. Amor verdadero en lugar de sacrificio estéril para la Verdad; en absoluto relativa al paso del tiempo, a las modas o a los cesares de turno.

 
 

​

​

​

​

​

​

La mies es mucha, pero los obreros, pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.


 
Mi opinión:

Al leer estas palabras, se hace difícil comprender, como tantos millones de predicadores parecen ser pocos obreros. Es fácil, y más hoy en día, apreciar como verdaderos "obreros", hay más bien pocos. Yo diría que muchos menos que en otros tiempos, y no digamos con relación a los primeros tiempos. Y con ser pocos, parece que no los hubiera en absoluto; y es que el Malo nunca ha tenido tanto poder. El mal se promociona, y el bien, se oculta y se margina; cuando no se persigue abiertamente. Los medios técnicos se están empleado en contra de la Verdad, de la Vida. Por lo que toca al alma, a la voluntad; eran preferibles otros tiempos en que a falta de difundirse el bien adecuadamente, al menos no se difundía el mal en masa, como sucede hoy en progresión geométrica. Siempre ha sido más apetecible el cómodo mal "carpe diem", que el sacrificado bien, se vende mejor en un mundo en que se vende todo, a todas horas. Eso no quiere decir que “vivir el momento” sea malo, sino el sentido que se le da en el Nuevo Orden Masón Anticristiano, (un sentido al que se ha inducido a la sociedad) puramente materialista. Esto es, ceder a los vicios, los apetitos y aquello que nos controla y somete: “el que peca, es esclavo del pecado” … esclavo del miedo, de la avaricia, de la concupiscencia, de la envidia, etc. Es dejarse llevar, ceder al Malo la libertad que el Padre nos regaló. La Verdad os hará libres, no el poder.
 
Las modas y los modos de vida impuestos por los medios arrastran a mies y falsos obreros como si de un vendaval se tratase. "Si no te gustan mis principios, tengo otros"; el caso es hacer prosélitos a cualquier precio, aunque para ello se venda el alma (la voluntad) al Diablo… así, cuando todos te sonríen y te dan palmaditas, parece como que lo estuvieras haciendo bien. Por muchos hábitos que haya, que lejos del Padre; pescadores de hombres si, pero para el Otro. Que pocos “obreros” se mantienen firmes en el Evangelio. Que pocos obreros de verdad hay. Para ver uno, hay que buscar al señalado, al marginado por la progresía; hay que buscar al que clama en el desierto.
El mayor regalo que le puede hacer a un ser vivo su creador, es la libertad de elegir entre hacer el bien o el mal (es decir, es darle la libertad de elegir, punto); de ahí la necesidad de la sombra para poder apreciar la luz. Jesús lo dijo claramente, sin ambigüedades; esta vida, este mundo… es para separar la mies; punto. Solo se trasciende en el Padre; y el Padre (que tiene muchas “moradas”), no puede albergar el mal en ninguna, fuera de este tamiz. A veces nos preguntamos... y cuando oro ¿qué le digo?, ¿qué le pido?, ¿repito como un papagayo “lo de siempre” sin pensar o, recuerdo este párrafo de arriba? Roguemos al Padre para que envíe verdaderos apóstoles, "pescadores de hombres".

 

 

 

 

 

 


 
...............................................................................

 

bottom of page