top of page

NUEVO ORDEN ANTICRISTIANO

Ricardo de la Cierva.

​

Pag 110

(…) debo contrarrestar un pretencioso y breve ensayo del padre Ferrer Benimeli: La Iglesia católica y la masonería: visión histórica. Cada vez comprendo menos la actitud de este investigador, siempre favorable a la masonería e hipercrítico, cuando no abiertamente injusto contra la Iglesia.

 

Miente dos veces (el pseudo jesuita) Ferrer ante la condena de Clemente XII: Cuando dice que (al condenar la masonería) los papas de ese siglo solo siguieron el ejemplo de otros gobiernos desconfiados con el secretismo masón. Y que Clemente XII y Benedicto XIV no prohíben la institución masonica, solo la reunión de masones.

Estos papas, anteponían a la condena de los gobiernos (por alterar la paz de los estados) la condena por la destrucción de las almas. Y no condenaban solo la reunión de masones, sino toda relación con la masonería, so pena de excomunión. “Hemos resuelto y decretado condenar y prohibir estas sociedades”. Se condenan como instituciones, no solo sus actos o reuniones.

 

Los papas del siglo XVIII captaron el peligro. Benedicto XIV ratifica irrevocablemente a Clemente XII contra la masonería. Su repulsa a la promiscuidad de religiones dentro de la masonería (entonces en pleno proceso de descristianización) solidifica en secularismo indiferente, pese a la anacrónica observación de Benimeli acerca del ecumenismo de nuestros días. Y es que, la convivencia de diversas religiones en el seno de la masonería no era, ni es, una muestra de respeto a todas ellas, sino una prueba de desprecio a todas ellas, al vaciarlas de contenido para instituirse la masonería en si misma como super-religión única, que rinde culto unicamente al hombre, al humano "perfecto". Son los ateos a los que se refería Disraelí-Rothschild; de los que se vale la Elite Talmúdico Usurera Anglo Sionista, junto con los movimientos revolucionarios de "la escoria", para destruir el "ingrato" cristianismo.

​

Clemente XIII no publicó ningún documento específico contra la masonería, pero si contra los masones y sus obras (dado el secreto y a la obediencia jerarquizada, los primeros y las segundas son fruto de institucional planificación). Así Diderot y d´ Alembert con su Enciclopedia. Este papa, acérrimo defensor de los perseguidos y acorralados jesuitas, rechazó el dios masón, el gran arquitecto del universo; mudo, inerte, desprovisto de todo sentido de providencia y de justicia. Así como rechazó el materialismo racionalista característico de la Masonería y su Ilustración radical.

​

bottom of page