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XXVII

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Tú lo dices. 
Eli, Eli, lema sabactani?

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Mi opinión:

Y Jesús compareció ante el presidente (Pilato) que le preguntó: ¿Eres tú el rey de los judíos?; Jesús contestó: tú lo dices. Mientras los príncipes de los sacerdotes y los ancianos lo acusaban, no respondió nada. Le dice Pilato: ¿No oyes cuantas cosas alegan contra ti? Pero no respondió a ninguna acusación; lo que admiró mucho al presidente.
En cada fiesta, el presidente solía conceder al pueblo el preso que escogiera, y entonces había un preso famoso llamado Barrabás; así que Pilato preguntó a los reunidos: ¿A quién queréis que os suelte?, ¿a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo? Pues él sabía que lo habían acusado por envidia. Su mujer le envió a decir: No haya nada entre ti y ese justo, porque padecí mucho en sueños por esa causa.
Los príncipes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la turba para que soltasen a Barrabás y matasen a Jesús. El presidente preguntó: ¿A quién de los dos queréis que suelte?. ¡A Barrabás!, dijeron. Díceles Pilato: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo?. Dicen todos: Sea crucificado. Y él dijo: Pues, ¿qué mal ha hecho?. Pero ellos gritaban más fuerte: ¡Sea crucificado!.

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Ojo al dato, "los príncipes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la turba..."; (ayer, como hoy se persuade a un progre de que apoye el Novus Ordo) sin periódicos, ni cadenas televisión con presentadores muy mediáticos, o canales de internet, pero con la misma estrategia, la calumnia, la burla, el insulto y la presión sobre las mentes dóciles o débiles de carácter; apelando a su egoísmo, descontento y frustración; sembrando su inquina. La turba es la escoria Disraeli, el pueblo inyectado en odio y destrucción mediante el engaño, la mentira. Los mismos que persiguieron al Cristo y le siguen persiguiendo incansables en cada justo inocente. Esas turbas que se hacen oír y acallan con sus gritos, insultos y agresiones al que les estorba; al pueblo silencioso; también culpable de inacción, de miedo, cobardía; culpable por omisión; el mismo que le recibió poco antes con palmas y alabanzas en aquellos días.

Son los labradores arrendatarios de turno los que siembran esa cizaña; los que soliviantan a los más pusilánimes; a las turbas: más útiles antes que las bombas, como sentencian en sus Protocolos de la Masonería Internacional y Ancianos de Sion, y en cada una de sus innumerables variantes; y desde hace unos siglos, con la ayuda de sus lacayos masones de las dos antítesis principales, creadas y alimentadas al efecto; y que dividen al mundo moderno en dos grandes bloques o alianzas: la pseudo liberal regular y la pseudo revolucionaria irregular, enfrentadas en la base y el tronco, pero con una misma dirección y fin en la cima, la dirección de la pirámide. La meta es el Fin del Tiempo de las Naciones anunciado por Daniel y el Cristo, mediante la imposición "democrática" del modelo Chino financiado por los amos, escondidos en la sombra para variar, tras la máscara del "pueblo"; modelo global, comunista, esclavista, ateo, para la selección y depuración de las "especies humanas inferiores" y su mejor explotación; la platónica republica ideal de "los mejores"; el Novus Ordo Anticristiano de los explotadores racistas anglo sionistas, banqueros usureros con sus fieles lacayos masones y su ejercito de orcos Disraeli, que nos llevan a la Gran Tribulación Final: los labradores arrendatarios asesinos de turno en fin.

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Viendo Pilato que no servía de nada, y que por el contrario, el tumulto aumentaba; tomo agua y se lavó las manos ante el pueblo, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo. Vosotros veréis. Y todo el pueblo respondió: Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos. Entonces soltó a Barrabás, y a Jesús lo mandó azotar y lo entregó para que fuese crucificado. Los soldados del presidente metieron a Jesús en el pretorio y reunieron en torno suyo a toda la cohorte. Lo desnudaron y le pusieron por encima un manto púrpura; sobre su cabeza una corona tejida con espinas y en su mano derecha, una caña. Y arrodillándose delante de él, le hacían burla, diciendo: Salve, rey de los judíos. Le escupían, y con la caña le golpeaban la cabeza. Tras burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron sus vestiduras y lo llevaron a crucificar. Al salir, se encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, a quien obligaron a llevar su cruz. Llegados a un lugar llamado Gólgota, o sea, Calvario; le dieron a beber vino mezclado con hiel, pero tras probarlo, no quiso beber.

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Ojo al dato, "su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos..."; lo que ratificó por escrito el élite de turno Maimónides en el sur de España cuando dijo: que sus sabios dieron a Jesús el final que merecía. Ellos nunca lo han negado ni se han arrepentido. Y Pilatos no es inocente, en contra de lo que se suele afirmar y de lo que él mismo afirmó; error llevado hasta el punto de ser santificarlo por la iglesia ortodoxa. Quien no está conmigo, está contra mi: la omisión es culpable (lo que va por todos nosotros a diario), y más cuando se tiene el poder para evitar la injusticia; incluso aunque no se crea en, o no se conozcan, las palabras del Maestro; por el hecho de no creer no se es menos culpable.

 


Después de crucificarlo se repartieron sus vestiduras, echándolas a suertes. Sentados allí, lo custodiaban. Sobre su cabeza pusieron escrita su causa: Este es Jesús, el rey de los judíos. Entonces crucificaron junto a él a dos ladrones; el uno a la derecha y el otro a la izquierda. Y los que pasaban lo insultaban y movían sus cabezas diciendo: Tú que destruyes el templo y en tres días lo construyes, sálvate a ti mismo si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz. Igualmente, los príncipes de los sacerdotes con los escribas y ancianos se burlaban y decían: A otros ha salvado y no puede salvarse a sí mismo. ¿Es rey de Israel?; pues baje ahora de la cruz y creeremos en él. Ha confiado en Dios; que ahora baje y le libre si le ama; porque dijo ser Hijo de Dios. De la misma manera lo injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados a su lado.

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Ojo al dato: se dice que un ladrón se arrepintió, eso no coincide con lo que dice Mateo, pues le insultaban los dos. Y,  por otro lado, es de suponer que la turba a la que convencieron los labradores asesinos, escuchó algo parecido a esto: ese os hará más débiles frente a los invasores, os engaña para que los romanos nos dominen mejor y no tengamos ninguna posibilidad de echarlos. Pues os invita a poner la otra mejilla y a ser blandos y débiles. Sin embargo Barrabás y gente como él, no temen luchar contra aquellos que nos someten, nos saquean, profanando esta tierra santa y sometiendo a nuestro dios y a nuestros hijos. Es un impostor al servicio de los invasores, para debilitar a nuestro pueblo, pagado por estos. No es difícil imaginar estas u otras persuasiones y calumnias, para conseguir tal efecto en tan corto plazo.
 

 

Desde la hora sexta hasta la hora nona se fue oscureciendo toda la tierra; y hacia la hora nona clamó Jesús con gran voz: Eli, Eli, lema sabactani; esto es: Dios mío, Dios mío; ¿por qué me has abandonado?. Al oírle algunos de los presentes, se dijeron: Este llama a Elías. Enseguida uno de ellos corrió a coger una esponja, la empapó en vinagre y poniéndola en una caña, le dio a beber. Los otros dijeron: Deja, veamos si viene Elías a salvarlo. Y Jesús clamó de nuevo con gran voz, entregando su espíritu.

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A mi entender, Judas no se condena por entregar al Hijo, porque después se arrepiente de lo hecho (sólo el Padre sabe si tal arrepentimiento fue pleno) arrojándoles a los tentadores las monedas; se condena por quitarse la vida. Más le hubiera valido dedicarla a servir, tal como le predicó su Maestro, espiando su pecado; pero por el contrario, terminó de fastidiarla, por lo que creo que el remordimiento no vino acompañado del amor, sino del odio; quizás contra sí mismo. Quizás nunca creyó, quizás fue un espía o un "patriota decepcionado"; pero fue plenamente consciente de su bajeza al entregar a alguien sin tacha. O quizás creyese, traicionándose a si mismo y, nada menos que al Padre: la ceguera que produce el odio, aunque sea a uno mismo, lleva a la perdición; en este caso extremo, de ambas vidas.

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Mateo deja muy claro que es la Elite Talmúdica (que basará sus desvíos en la cábala) compuesta por príncipes de los sacerdotes, escribas y ancianos los que van tras la vida del Cristo; los que le mandan prender y levantan al pueblo contra él; y como se deduce por su eficacia, ayer como hoy, haciendo un bloque unido en la conspiración secreta y premeditada; presionando al romano con la amenaza de graves revueltas (tal y como hoy se presiona y controla a los gobernantes). Así, con esa perfección alcanzada en la siembra prevista del odio del pueblo para sus fines, consiguen que tan solo se escuche de los manifestantes asistentes la condena airada del inocente. Todos ellos  dice Mateo: "Dicen todos: Sea crucificado... ". E insisten después todos otra vez: "Y todo el pueblo respondió: Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos."

Evidentemente no todo el pueblo acusaba al Mesías, pues ayer como hoy, es la escoria Disraeli Rothschild, entonces de Caifás y lo suyos; la que se deja oír, acallando violentamente a los discrepantes; son los pusilánimes transformados en rebeldes por culpa de las causas "justas" que les han sido "facilitadas"; ignorando la existencia de las verdaderas; mentes simples que se gustan sentirse abrigadas y crecidas entre la turba enfurecida que componen; impregnada del odio inyectado por la élite; una masa sin criterio propio ni sentimientos humanitarios, arrastrada por la inercia; con el Malo en todas sus mentes, al frente. Nunca dejó de funcionar de tal modo, por mucho que mude sus apariencias.

Esta escoria de odiadores sembradores de odio, pues el mal se va multiplicando rápidamente; encima, inconscientes, echaron su culpa sobre su descendencia. Como dijo Daniel, fue todo el pueblo (por acción u omisión) el que entregaría al Cristo; y por eso ya no fue más suyo (del Cristo, del Padre) el pueblo (Daniel); y allí queda la desolación del Malo hasta el fin (Daniel).
Los culpables sacrificaron primero a los justos, que venían de parte del Patrón a pedir cuentas de la mala gestión (siembra de cizaña); después al hijo del patrón, y siempre en todo momento a todos los justos que seguirán en interminable goteo o en cascadas; son los Príncipes de los Sacerdotes y los Sabios (ancianos) de Sion: los labradores arrendatarios asesinos, como denunció el Cristo en sus caras en el Templo. Los que fueron adulterando durante siglos con preceptos de hombres las Antiguas Escrituras del Viejo Testamento u odre viejo, gastado, corrupto por tal motivo. Los que tras el Cristo, continúan persiguiéndole; adulterando el Odre Nuevo: el Reino de los Cielos (del Padre); hurtándole sin descanso los frutos al Patrón; y para muestra un botón: Bergoglio el masón (ateo) y cia.
El primer perjudicado por su élite dirigente, es el propio pueblo judío de ayer, de hoy y de siempre, como denunció el Mesías; el Hijo del hombre: judío; de su propia sangre. El Padre nunca abandonó a Jesús. Solo cuando ya no era totalmente él, por el colapso de su cuerpo humano; el Hijo del hombre dudó: en ese momento no fue responsable de su duda, pues no lo era de su mente. Nada está en el plano del Padre, ni siquiera el Predilecto; pero el Espíritu Santo del Padre, por su mismo deseo, siempre está en el Hijo; nuestro Señor (y Rey, como diría el rey David). Aunque para poder servir al Rey de los elegidos, hay que ganárselo humillándose, sirviendo como El sirve.

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Viernes Santo de 2020; ¿principio del fin?

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¡Alegraos! No temáis. Id y anunciad a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán.

Me ha sido dado todo poder en cielo y tierra. Id pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándolas a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

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Mi opinión:

La resurrección según Mateo, con un lenguaje más coloquial:
Después del sábado, al amanecer, se acercaron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. De pronto, se produjo un gran terremoto cuando un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, apartó la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Por el miedo, los guardias se desplomaron y quedaron paralizados. El ángel se dirigió a las mujeres:
No temáis, se que buscáis a Jesus; no está aquí: resucitó como dejó dicho. Venid y ved el lugar donde estuvo, y después id a anunciar a sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos, y que irá delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis.
Enseguida partieron con temor y alegría, corriendo a dar la noticia a los discípulos. Y he aquí que Jesús les salió al paso y les dijo:

 

"¡ALEGRAOS!."


Ellas se acercaron, le cogieron los pies y se arrodillaron delante de él. Entonces les dijo:


"NO TEMAIS. ID Y ANUNCIAD A MIS HEMANOS QUE VAYAN A GALILEA, Y ALLI ME VERAN."

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Mientras ellas iban, algunos guardianes fueron a la ciudad a decir a los pontífices lo sucedido. Reunidos los ancianos tomaron la resolución de dar mucho dinero a los guardias, ordenándoles: Decid que, sus discípulos vinieron por la noche mientras dormíais y robaron el cuerpo. No os preocupéis, si llega a oídos del presidente, nosotros le convenceremos para que no os culpe. Tomaron el dinero y obedecieron las instrucciones, y esta mentira se ha propagado entre los judíos hasta hoy.

Tras escuchar a las dos marías, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado, y al verle, le adoraron, aunque algunos dudaron. Jesús se les acercó y dijo:


"ME HA SIDO DADO TODO PODER EN CIELO Y TIERRA. ID PUES, Y HACED DISCIPULOS A TODAS LAS GENTES, BAUTIZANDOLAS EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO, ENSEÑANDOLAS A GUARDAR TODO LO QUE OS HE MANDADO. Y SABED QUE YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DIAS HASTA EL FIN DEL MUNDO".

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Al volver al Creador, el Predilecto es uno con él, tal es su deseo.

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Domingo, 9 de Abril del 2.023

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