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XXIV

 

 

¿Veis todo esto? Pues os aseguro que no quedará aquí piedra sobre piedra; todo será destruido.
 
Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre y dirán: Yo soy el Cristo, y engañarán a muchos. Oiréis hablar de guerras y de rumores de guerras. ¡Cuidado! no os turbéis; todo esto debe venir, pero no es todavía el fin. Pues se levantará pueblo contra pueblo y reino contra reino, y habrá en diversos sitios hambres, pestes y terremotos; y todo esto el comienzo de los dolores. Entonces os entregarán a los tormentos y os matarán y por Mi seréis odiados de todos los pueblos. Muchos desfallecerán y unos a otros se traicionarán y se odiarán mutuamente. Surgirán muchos falsos profetas y engañarán a muchos. Y con el crecer de la maldad, se enfriará la caridad de muchos. El que persevere hasta el fin, ése se salvará. Y este evangelio del reino se predicará en toda la tierra, como testimonio para todas las naciones, y entonces vendrá el fin...

Mi opinión:

Que Mateo no fue uno de los cuatro testigos presenciales en la respuesta del Monte de los Olivos, lo sabemos por Pedro/Marcos; que lo concreta así: Al salir del Templo uno de sus discípulos le dijo: "Maestro, mira que sillares y que construcciones." Y Jesús le dijo: "¿Ves estas grandes construcciones? No quedará piedra sobre piedra que no sea destruida."
Y cuando estaba sentado en el Monte de los Olivos, frente al Templo, le preguntaron en privado Pedro, Santiago, Juan y Andrés: "Dinos, ¿cuándo sucederá esto, y cuál será la señal de que todo se va a cumplir?".
 
O sea que: Pedro(Marcos) fue uno de los cuatro testigos presenciales de las preguntas y respuestas; por eso su relato es la referencia en principio, pero no hasta el final como se verá. Así, según Pedro/Marcos: 1/ Fue solo uno de los discípulos el que sacó el tema del Templo cuando caminaba junto a Jesús. 2/ Cuatro discípulos en privado le preguntaron después en el Monte de los Olivos, frente al Templo. 3/ Pablo(Lucas) añade información que Pedro no aporta, por lo que procederá de Santiago, Juan o Andrés: "y Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que se cumpla el tiempo de las naciones. Habrá señales en el sol, en la Luna y en las estrellas; y sobre la tierra ansiedad entre las naciones, inquietas por el estrépito del mar y de las olas; enloquecerán los hombres de miedo e inquietud por lo que viene sobre la tierra." 4/ Uno de los cuatro fue Juan que, para variar, no menciona nada en "su evangelio"; tal como sucedió con la Transfiguración (Pedro, Santiago y Juan): dos hechos que el verdadero Juan jamás habría omitido u olvidado, aunque hubieran pasado 1000 años. Así, si no todo, una gran parte del evangelio de Juan está adulterada; eso suponiendo que sea suyo. Por ejemplo, el Apocalipsis apesta a odre viejo, a cábala; aparte de esos olvidos imperdonables, inadmisibles (asistir a la Transfiguración y omitirlo es absurdo).
 
Jesús comenzó a decir (Marcos/Pedro): "Mirad que nadie os engañe. Muchos vendrán en mi nombre afirmando: Yo soy; y engañarán a muchos."
Insuperable ejemplo entre una infinidad de impostores es Mahoma, quinientos años después de que el Mesías lo adelantara. Por cantidad de víctimas, sufrimiento y demás consecuencias, esta advertencia cobra un peso inusitado hoy; pero es insignificante ante el consejo clarísimo del Padre: "No los sigáis"; recoge Lucas(Pablo).
 
Continua Jesús: "Cuando oigáis que hay guerras y rumores de guerras, no tengáis miedo. Es preciso que esto suceda, pero no es todavía el fin (se dirige a los elegidos, a los que prestan oídos y entienden). Pues se levantará pueblo contra pueblo y reino contra reino. Habrá terremotos en diversos sitios, habrá hambre, y este es el comienzo de los dolores."

Como guerras ha habido siempre; Jesús puede referirse a las grandes guerras mundiales. A saber si habrá más o serán mayores; no es probable, pues los pueblos saben que con la Caja de Pandora nuclear han de cuidarse de ello; por lo que podríamos estar en la recta final (de duración indeterminada) en la que se terminará por asentar el globalismo total comunista (ateo) esclavista de los labradores arrendatarios asesinos: el Fin del tiempo de las naciones, la siguiente Gran Tribulación y el Fin de los tiempos (de esta vida/mundo).

Los tres evangelistas refieren las persecuciones de forma similar; así Marcos(Pedro): "Mirad por vosotros mismos. Os entregarán al Sanedrín, seréis azotados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes por mi causa para dar testimonio ante ellos. Y es preciso que primero sea predicado el Evangelio a todas las gentes. Cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis de lo que habéis de decir, sino que diréis lo que en aquel momento se os comunique, pues no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo (del Padre). El Padre habla en nosotros; es nosotros, cuando deseamos su reino de corazón; así como en el Predilecto está siempre desde que fue creado; pues en el Hijo del hombre se complació.

El espíritu (santo, perfecto, bueno,...) del Padre que se sincroniza con sus elegidos, lo es del Todo; pues fuera del Padre nada es (ni siquiera la nada). Si existiera algo ajeno al Padre (aunque fuera la nada), algo no creado por EL; ese no sería el Padre, el Padre sería otro. Y así como nosotros tenemos espíritu (alma) a su semejanza, independiente de nuestro cuerpo (aunque se forje en él); el espíritu del Todo es el alma (el espíritu santo) del Padre. El Todo, el Padre, el Poder, Dios... no fue creado, simplemente es. Creo que la Creación está en El, es una de sus moradas.

El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra los padres y los matarán. Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre. Quien persevere hasta el fin, ése se salvará."
El verdadero Evangelio, el mensaje del Padre, debe ser llevado a todos antes del fin. Así, Mateo: "y este evangelio del reino se predicará en toda la tierra". De ahí las persecuciones del Malo para estorbarlo. Probablemente cuanto más próximo esté el fin, mayor y más feroz será la persecución, porque "la caridad de muchos se enfriará", fruto de la imposición Novus Ordo de la continua ateización.

Cuando viereis puesta en lugar santo la abominación de la desolación, la anunciada por el profeta Daniel, quien lee que entienda. Entonces los que están en Judea huyan a los montes, y el que está en la terraza, que no baje a coger lo de su casa, y el que está en el campo, que no vuelva a atrás a coger su manto. ¡Ay de las que estén encinta y criando aquellos días! Orad para que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado. Habrá entonces una tribulación grande, como no la ha habido desde el principio del mundo, ni la habrá. Y si aquellos días no se abreviasen, nadie se salvaría; pero por los elegidos se abreviarán.
 
Si entonces alguien os dice: Mira aquí o allí el Mesías... no creáis. Porque surgirán falsos profetas y presentarán grandes prodigios y maravillas hasta el punto de engañar, si fuera posible, aun a los elegidos. Mirad que os lo he predicho. De modo que si os dicen: Está en el desierto, no salgáis. Está en casa, no creáis. La venida del Hijo del hombre será como el relámpago, que sale por oriente y se va viendo hasta occidente. Dondequiera que esté el cadáver, allí se reunirán los buitres.
 
En seguida, después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos se conmoverán. Aparecerá en el cielo el signo del Hijo del hombre y se lamentarán todas las tribus de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y enviará a sus ángeles con voz grande de trompeta, y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, de uno a otro extremo del cielo.

Mi opinión:

Y aquí viene el motivo por el que mi referencia en esta parte del "Evangelio", no es Pedro (que se lió), ni Mateo (que no estaba allí); sino Pablo que, aunque no fue testigo, ofrece la secuencia lógica que se ajusta a Daniel, al pasado que conocemos (y ellos desconocían) y a la referencia aplastante que impone el presente y la tendencia actual.
 
Pedro(Marcos) por su parte, refiere así las palabras del Maestro: “Cuando veáis la abominación de la desolación puesta donde no debiera estar, que el lector entienda; entonces los que están en Judea, huyan a las montañas. Y quien esté en la terraza, no bajé ni entre para recoger algo de su casa. El que esté en el campo no se vuelva atrás para recoger su manto. ¡Ay de las que estén en cinta y criando en aquellos días! Orad para que no suceda en invierno. Habrá en aquellos días tal tribulación cual no la ha habido desde el principio de la creación, obra de Dios, hasta ahora, ni la habrá. Y si el señor no acortarse aquellos días, nadie se salvaría. En atención a los elegidos se abreviarán. (...) En aquellos días, después de la tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará resplandor, los astros caerán del cielo y las estrellas temblarán en los cielos. Entonces verán al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria. Y enviará a los ángeles y reunirá a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.”
 
Mateo: “Cuando viereis puesta en lugar santo la abominación de la desolación anunciada por el profeta Daniel; quien lee que entienda; entonces, los que están en Judea, huyan a los montes; y el que está en la terraza, que no baje a coger lo de su casa; y el que está en el campo, no vuelva a atrás a coger su manto. ¡Ay de las embarazadas y madres en aquellos días! Orad para que vuestra huida no sea en invierno, ni en sábado. Habrá entonces una gran tribulación como no ha habido desde el principio del mundo, ni la habrá. Y si aquellos días no se abreviasen, nadie se salvaría; pero por los elegidos, se abreviarán. (...) En seguida, después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá; la luna no dará luz; las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos se conmoverán. Aparecerá en el cielo el signo del Hijo del hombre, y se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo de hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Enviará a sus ángeles con voz grande de trompetas; y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, de uno al otro extremo del cielo.”
 
Vemos que los relatos de Marcos y Mateo coinciden casi exactamente; así que el informador de Mateo (que no estuvo presente) seguramente fue Pedro. Tras leerles, da la impresión de que la devastación de Jerusalén, la Gran Tribulación y el Juicio Final tuvieran continuidad y se sucediesen enseguida, como en una misma secuencia. Cosa que, como sabemos, no fue tal, ya que aquí seguimos tras la devastación de Jerusalén y dispersión del pueblo judío del año 70. Y No se ha producido la Tribulación, ni el cataclismo final. Los hechos, se confunden y mezclan, como se puede comprobar al cotejarlos con la versión de Pablo (Lucas). Pablo como Mateo, no fue testigo presencial, pero su descripción de la respuesta de Jesús, es mucho más clara y precisa que la de Pedro (probable informador de Marcos y Mateo). Así, Pablo, tuvo que ser informado por uno de los otros tres testigos presenciales: Santiago, Juan o Andrés.
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Por Pablo (Lucas) sabemos que primero se asedió y ocupó Jerusalén, y quedo devastado (el pueblo elegido que no reconoció a su Mesías, a su Rey; se dispersó por todas las naciones). Hasta aquí el pasado que nosotros conocemos, pero que los Apóstoles desconocían aún. La frase siguiente, es la que se refiere al presente que vivimos; y al futuro: Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que se cumpla el tiempo de las naciones. Aparentemente Jerusalén está hoy en manos de los judíos, del pueblo elegido, pero no es así. Por el contrario, está en manos de gentiles (por muy judíos que se tengan), ajenos al Reino de los Cielos, al Padre; pisoteando su memoria con una doctrina, con preceptos de hombres, de humanos; la que el Cristo denunció. Como dijo Daniel y Jesús, desde la devastación del año 70 (por dar muerte al Cristo), esa tierra antaño bendecida, está y estará sumida en la desolación hasta el Fin de los Tiempos. Es la Elite Usurera que controla el mundo y gobierna en la sombra: los labradores asesinos a los que el dueño, el Padre retiró de su servicio; de su huerta; para que otros pueblos (invitados de los caminos), recogieran a partir de ese momento critico, sus frutos: el nuevo pueblo elegido. El anglosionismo (un nuevo nombre para nombrar a los mismos), sigue abundando en la desolación de otros gentiles (sus padres/ancestros) que pasaron por allí.
 
El fin del tiempo de las naciones... Es una afirmación no la debieron entender los cuatro testigos de la profecía, pero al menos uno de ellos, memorizó literalmente las palabras de Jesús. Hoy si se puede interpretar, dado que se tiende inevitablemente a un poder global (no por casualidad radicalmente contrario al verdadero cristianismo, al que intenta erradicar), que ya existe bajo el mantel. Poder sustentado en la genética imposición del más fuerte (ley de selección natural de esta vida, y entre los de su misma especie: sin distinción con las bestias); y que, como no podría ser de otra manera, ostentan justamente aquellos que se dicen herederos de quienes mataron al Cristo; ahondando en su error: "Y esta es la condenación, que la luz vino al mundo y este (en su inmensa mayoría) eligió (y elegirá) las tinieblas". Está todo escrito, y Jesús lo resumió.
 
Tras cumplirse el tiempo de las naciones, (continua Lucas); habrá señales en los astros, y sobre la tierra, miedo... Jesús describe esa tribulación que, a juzgar por sus palabras, vendrá causada por un gran cataclismo; y será incomparable con todo lo visto: de aúpa.

Mi texto de referencia para una de las pocas profecías de Jesús, lo escribe Lucas (Pablo):

 

"Cuando veáis a Jerusalén (como dijo Daniel) asediada por los soldados, sabed entonces que ha llegado su desolación. Los de Judea que huyan a las montañas, y los de dentro de la ciudad, que se alejen. Los de los campos que no entren en ella. Estos son días de venganza, para que se cumpla todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén en cinta y criando en aquellos días! Habrá gran apretura en el país y castigo sobre este pueblo. Caerán al filo de la espada y serán deportados a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que se cumpla el Tiempo de las Naciones. Habrá señales en el sol, en la Luna y en las estrellas; y sobre la tierra ansiedad entre las naciones, inquietas por el estrépito del mar y de las olas; enloquecerán los hombres de miedo e inquietud por lo que viene sobre la tierra. Los astros del cielo se conmoverán. Y verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y majestad. Cuando comiencen a suceder estas cosas, animaos y levantad vuestras cabezas, porque se aproxima vuestra redención."
 
Tras matar al Enviado del Padre, como relata Daniel, cae el castigo sobre Jerusalén, sobre el pueblo (judío; antaño elegido, que traiciona al Padre, engañado por sus lideres); y es dispersado por todas las naciones. Todo eso sucedió ya hace tiempo (pero no para los Apóstoles); y desde entonces Jerusalén no ha salido (ni saldrá) de la desolación, pues el mal de unos (islam) y de otros (pseudo cristianos o cabalistas) ha permanecido y permanecerá hasta el fin. La Elite Anglo Sionista Talmudico Usurera Novus Ordo actual, es heredera de aquella élite asesina (gentiles sembradores de gentiles: no elegidos para el Reino de los Cielos) y pisotearán aquel suelo hasta que se cumpla el tiempo de las naciones, hasta que estas desaparezcan formalmente bajo un poder global (único, que hoy ya existe en la sombra con gobiernos marioneta). Quizás, al formalizarse el gobierno global anticristiano Novus Ordo Seclorum (al que aluden los billetes de dolar), vendrá seguidamente la Gran Tribulación, y después el fin de esta mala generación, con la venida del Hijo del hombre.

 

Recordando a Daniel (9.24), todo encaja :  "Se ha fijado un tiempo para tu pueblo en que cesará el pecado (¿Abraham y sucesores?); un largo tiempo de justicia. Pasará un tiempo, y será reedificada Jerusalén y tras otro periodo vendrá el Cristo. Se le dará muerte y no será más suyo el pueblo; el cual lo negará. Vendrá un invasor y destruirá la ciudad y el santuario; su fin será la devastación; y acabada la guerra quedará establecida allí la desolación. Y el Cristo afirmará su nueva alianza con muchos fieles convertidos (nuevo pueblo de elegidos, nuevos frutos para el Patrón, los invitados de los caminos). A la mitad de este último periodo cesarán las celebraciones, y estará en el templo la abominación de la desolación; y durará la desolación hasta la consumación y el fin del mundo."
O sea que, a la mitad del último periodo cesarán las celebraciones (sincretismo religioso ateo/masón de Bergoglio instalado en el Vaticano, impartiendo basura), y se instalará al Malo (la abominación) en el lugar de culto al Padre. Luego... cesarán las celebraciones al Padre; quedando restringidas a nivel casi personal. Así hasta el fin. Va a pasar así; lo dijo Jesús: Triste fin. Solo queda no rendirse nunca (los que perseveren) a nivel personal (no solo manteniendo la fe, escondiendo el talento en el pañuelo; sino compartiéndola, multiplicándolo en  la medida de las posibilidades de cada cual).

No obstante, el Cristo afirma su nueva alianza con muchos fieles convertidos: el odre nuevo, el Nuevo Testamento; el cristianismo bien entendido de unos pocos elegidos: los invitados de los caminos.... " pues aquel pueblo elegido del pasado, negó al Cristo a instancias de su élite (más vale pájaro en mano...): Si sigues a un ciego, te llevará al hoyo con él. Lo que no quiere decir que haya quien se diga judío y sepa ver; y quien se diga cristiano y esté ciego: para unos y otros, el camino son las palabras del Hijo, del Padre.

La abominación de la desolación es la presencia del mal en el templo; pero no es el templo material de Jerusalén al que hace referencia (actualmente reconstruido); hace referencia al lugar de culto al Padre de sus elegidos, donde quiera que se encuentre. A la mitad del último periodo, no existirá tal lugar, pues donde debiera estar el Padre, los labradores asesinos están poniendo ya al Malo (vía Bergoglio y sus lacayos masones, tras el adulterado Concilio Vaticano II denunciado por Lefebvre, el envenenamiento de Juan Pablo I, el atentado a Juan Pablo II y la suplantación de Benedicto XVI). No es algo que sucede de un día para otro; la adulteración está sucediendo desde la misma muerte del Cristo (como sucedió tras Moisés), y avanza, y avanzará incansable en cantidad e intensidad; hasta negar al Cristo totalmente por parte de la inmensa mayoría, o sea, al Padre; retrocediendo la especie humana miles de años hasta la ley genética básica; la del palo; renunciando a la perfección espiritual tímidamente alcanzada, en aras de conseguir "la perfección material"; la perfección en la selección y la gobernabilidad eficiente, socrático aristotélica; por supuesto, mediante el sacrificio (sin misericordia) del menos apto, en la "republica ideal"; retrocediendo a la caverna (por muy tecnológica que esta sea). Sirviendo a la prosperidad de los morlocks a costa del inocente eloi; y de alejarlo de su Creador (temed más a los que pueden arrebataros cuerpo y alma).

La huerta del Padre es aquella que representan las almas de los elegidos. La huerta del Malo es aquella que representan las almas de los malditos; y que, próximos a la Tribulación, (afianzada la abominación de la desolación; Novus Ordo triunfante en este mundo; dictadura esclavista comunista mundial 1984); será la dominante y casi generalizada; el motivo de dicha tribulación y triste fin del humanismo deshumanizado sumido en las tinieblas, en la mentira y sus consecuencias.
 
Si bien se equivocó la doctrina de partida desde el mismo momento en que el cesar de turno tomó parte en la Iglesia Cristiana; incluso con algún papa escandalosamente nefasto; el evangelio tal cual, permanecía y se rememoraba (aún hoy) entre los pocos elegidos que siguen al Cristo sin concesiones (mezclados entre la mayoría de pseudo fieles que se dejan llevar por preceptos de hombres; pues las sucesivas reformas, incluida la sincrética actual, están promovidas por los de siempre, abundando en los errores y multiplicándolos), como era deseo de Jesús (del Padre), en la Ultima Cena: en la comunión de la Eucaristía (en recuerdo de la Ultima Cena). Daniel dice que, en un momento dado cesarán las celebraciones, cabría añadir: "auténticas"; realizadas por sacerdotes y fieles auténticos, que sienten lo que hacen; que podrán estar equivocados o no en algunas cosas, o en muchas; pero que tienen claro el mensaje principal y no tienen doblez; no fingen; no engañan ni se engañan. Son sinceros con los demás porque lo son consigo mismos, como con el Padre, en el que creen. El problema es el que denunció Lefebvre: no se lucha contra unos descarriados aislados como en otros tiempos; se lucha cada vez más y en solitario, contra una conspiración total; contra la infiltración más devastadora que imaginarse pueda en espacio y tiempo; respaldada por un poder terrenal oculto e inmenso, que ha ido acumulando poder e influencia pacientemente; y en último término, siempre es del Malo; el Príncipe (encargado) de este mundo (para que todo se cumpla). Por Jesús sabemos que muchos serán llamados, y pocos los elegidos finalmente, por culpa de tamaño desatino.


Los verdaderos apóstoles modernos ya escasean mucho, pues la imposición del sincretismo disolvente de la Elite se extiende por todas las parroquias y órdenes, por la infiltración masónica (atea), vaciando de contenido la Palabra; dejando una cáscara vacía con apariencia de cristianismo; para engañar, confundiendo a los cándidos, obedientes y ciegos fieles, que van a Misa por inercia y tradición (como aquellos fariseos); que no meditan el Evangelio y se quedan con lo trivial, obviando (casi siempre por conveniencia) lo importante; carentes de argumentos, ganas y convicción para poder enfrentarse a quienes premeditadamente lo adulteran cada domingo. En esta ocasión, la infiltración del mal no es ocasional, pasajera, como en otros momentos de la historia, sino definitiva, total, y seguramente hasta el fin. Lo que tiene lógica, pues si esta vida es para separar trigo y cizaña, cuando ya casi todo sea cizaña (todos tendrán posibilidad de elegir, pues hasta el fin estará el Evangelio verdadero rodando por aquí, dijo Jesús) este mundo (tamiz) no tendrá sentido.
Resumiendo, Daniel es muy claro: devastación en Jerusalén en el año 70 (y dispersión, diáspora); y tras la devastación, desolación hasta el fin; con cese de celebraciones cerca del final. Sobre la devastación quedará establecida la abominación, igualmente hasta el fin.

 

La Elite "de turno" que denunció el Cristo; hoy Talmúdico Usurera Anglo Sionista (Disraeli-Rothschild con su Novus Ordo Seclorum Anticristiano), corrompe casi siempre desde dentro. Se infiltró en la alta jerarquía de la Iglesia (como en tantas y tantas instituciones), y tras el Concilio Vaticano II, en el papado, extendiéndose hoy la adulteración a casi todo el alto clero, y a través del mismo, a casi todos los fieles. Viene sucediendo a marchas forzadas. Pero les será difícil tergiversar el evangelio, dada su sencillez: sabemos que no podrán sustraerlo a todos, pero si a la inmensa mayoría, por lo que tendrán que perseguir el texto auténtico, dándole la vuelta totalmente, de una generación para otra.
 
Después de la Gran Tribulación, sigue Mateo: "el sol se oscurecerá; la luna no dará luz; las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos se conmoverán."

Pedro/Marcos: "el sol se oscurecerá, la luna no dará resplandor, los astros caerán del cielo y las estrellas temblarán en los cielos."

Pablo/Lucas: "Habrá señales en el sol, en la Luna y en las estrellas; y sobre la tierra ansiedad entre las naciones, inquietas por el estrépito del mar y de las olas; enloquecerán los hombres de miedo e inquietud por lo que viene sobre la tierra. Los astros del cielo se conmoverán."
 
Mateo: "Aparecerá en el cielo el signo del Hijo del hombre, y se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo de hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Enviará a sus ángeles con voz grande de trompetas; y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, de uno al otro extremo del cielo."
Pedro/Marcos: "Entonces verán al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria. Y enviará a los ángeles y reunirá a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de la tierra hasta el extremo del cielo."
Pablo/Lucas: "Y verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y majestad."
 
Casi todo atañe más bien a aquellos que vivan aquellos días. No es probable que seamos nosotros, ni es imposible. Quien sepa de esta profecía del Maestro por entonces, reconocerá la tribulación incomparable (por serlo) en medio de esa sociedad basada en el sacrificio del débil, cuando termine el tiempo de las naciones; y por tanto, sabrá que después; vendrá el fin de los tiempos, y el juicio final de esta "generación". Entre tanto, nos previno de las tentaciones de falsos mesías (como Mahoma quinientos años después), tanto más peligrosos cuanto mayores son las penalidades y desvíos que ocasionan (buscando salidas donde no las hay); y para perseverar ante la persecución y adversidad hacia los verdaderos cristianos.
A muy pocos humanos afectarán esos días fatídicos (con relación al total de humanos de todos los tiempos); pero todos deberemos responder en aquel día juicio, de lo que dejemos atado o desatado tras nuestra muerte aquí, cuando algunos sean tomados (y otros arrojados) para servir definitivamente a nuestro Señor Jesucristo, y por tanto, a nuestro Creador y SEÑOR.
 
Un pseudo liberal de Intereconomía o un progre del Novus Ordo, piensa que hoy en Jerusalén, en Israel, son los judíos los que controlan la situación; y que allí está todo bien; que están "los buenos". Entonces están diciendo que Daniel se equivocó y que Jesús se equivocó en su predicción; o lo que es lo mismo, que ni uno era profeta, ni el otro Mesías, Unigénito del Padre. Pero uno que piense que desde el año 70 siempre ha imperado allí la desolación del islam, de los cruzados y los templarios, de los anglosionistas... ajenos todos al Reino de los Cielos, entonces ese está de acuerdo con Daniel y con nuestro Señor Jesús; el Cristo, el Mesías, el Predilecto; que nunca miente, porque es el Padre el que obra.

Oid esta parábola tomada de la higuera: Cuando ya sus ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, conocéis que se acerca el verano; de la misma manera, cuando veáis todas estas cosas, sabed que está ya cerca, a las puertas. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todas estas cosas sucedan. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Del día aquel y la hora nadie sabe, ni los angeles del cielo, sólo el Padre. Como fueron los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.
 
Como en los días que precedieron al diluvio se comía y se bebía, se tomaba mujer o marido, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos; así será la venida del Hijo del hombre. Dos estarán en el campo, uno será tomado y el otro será dejado; dos darán vueltas a la rueda de moler, una será tomada y otra será dejada.
 
Velad, pues, porque no sabéis en qué día llegará vuestro Señor. Porque sabed esto: que si el amo de la casa supiera a que hora había de venir el ladrón, velaría y no dejaría que perforasen su casa. Por esto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá en la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su servidumbre, para que le dé a su tiempo la comida? Dichoso este siervo si, cuando llegare su señor, lo encontrare obrando así. En verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si ese siervo malo dijere en su corazón: Mi amo tarda; y se pusiere a golpear a sus compañeros y a comer y a beber con los borrachos, vendrá su señor en día que no espera y en hora que no conoce, lo castigará terriblemente y lo pondrá en la parte de los hipócritas. Allí será el llanto y el crujir de dientes.

Mi opinión:

Estas palabras no las dirigía solo a sus Apóstoles, sino a un futuro muy lejano entonces. Hemos visto que ya han salido algunas de esas ramas tiernas; evidentemente el resto, sucederá igualmente, pues lo dijo el Mesías; lo dice el Padre. Cuando suceda el fin, será rápidamente… como en los días de Noé (diluvio); sorprenderá a todos los que no hayan prestado atención a estas palabras; no comprenderán nada, más allá de lo que les vaya sucediendo.

La profecía de Daniel fue más bien descriptiva; la del Mesías nos ofrece advertencias y consejos. Los Apóstoles nos trasladaron estás palabras (y las del Evangelio en su conjunto); porque fueron inspirados por el espíritu santo del Creador, como lo fue Jesús mismo. Jesús, físicamente, no es Dios: "solo Dios sabe aquel día y la hora" o “Padre, ¿por qué me has abandonado?”; pero el espíritu del Padre siempre obra en él, por lo que al ver y escuchar al Hijo, vemos y escuchamos al Padre. Sabemos que Dios está en él porque él mismo lo repite; fue creado así, en él se complació. El Espíritu Santo del Creador (el Creador) está continuamente en el espíritu de Jesús (aunque Jesús, en el único momento de duda que conocemos, confuso en la agonía, dudara de ello), porque fue creado al efecto así: un modelo de conducta, de hijo, de hermano, de creación… “en el que me he complacido”. Como el Padre está siempre en Jesús (en espíritu, ya que es inconmensurable); al mirar a Jesús los que le conocieron, miraron la cara con la que el Poder se nos muestra más allá de la nube en la Transfiguración o la zarza con Moisés. El Padre obra a través de Jesús, está en él, pero no es “solo” Jesús (una de sus creaciones); es infinitamente más. Jesús tiene su propia identidad, pero el Padre "obra en él" (la identidad del Hijo coincide con la del Padre, porque este lo desea, probablemente para estar más cerca de nosotros). El Padre quiso, quiere, ser carne entre nosotros; estar entre su obra; tal es el amor a su creación. Considera como hijos a aquellos que consideran al más desfavorecido (pequeño) entre nosotros, como hermano, como igual, (justo lo contrario que los hijos del Malo; el racismo de la élite pseudo liberal capitalista imperante, promotor de la falsa hermandad comunista). El que más y mejor sirve a sus hermanos, más y mejor puede llamarse hijo del Padre. El Creador, y su creación: Jesús; son/con una misma voluntad: la del Padre. El Padre creó a su predilecto, su modelo, y su comunión con él es total. El Espíritu Santo siempre está en Jesús: es su Unigénito, pues no tiene par. Nuestro Maestro deseó no sufrir, no morir; y así lo dijo; pero en su libre albedrío y con conocimiento de causa, hizo coincidir su voluntad con la del Poder, tal fue su deseo y su sacrificio voluntario. Pues cuando el espíritu del Padre obra en el espíritu de los hombres, no impone sino que ayuda a quien se ayuda para elegir bien.


Jesús se sacrificó para dejarnos el Mensaje, por servir al Padre, sirviendo a sus otros hijos imperfectos (pero con la voluntad propia para elegir; el libre albedrio que es el regalo con que venimos “de serie”, contrariamente a las otras especies, menos evolucionadas, que dependen sobre todo de sus instintos básicos. El Nuevo Orden Anticristiano pretende anular esa voluntad libre y tornar la mies en cizaña; la libre voluntad en instinto caduco de obedientes animales de granja; instinto que todo humano conserva en sus genes, más o menos controlado. El Padre estuvo entre nosotros con Jesús, para que no quede duda de sus deseos y amor; para que no se pierda toda la mies. Somos fruto del amor del que ES; y la inmensa mayoría, su decepción (por propio deseo). En esta profecía el Padre nos dejó la última advertencia en vida de su Enviado: El Mesías, es el mejor humano; fue el primero “antes que Abraham” y vino voluntariamente aquí porque “conoce al Padre y guarda su palabra”. Ningún de los profetas o icono histórico puede transfigurarse; pasar en un momento de esta vida a la Vida ante testigos. Si Jesús murió, permaneciendo donde moran los muertos (hasta el día del Juicio) por tres días, fue para ser como el resto: humano, hermano; como uno más; como el más pequeño... otra prueba de humildad.

Reconoce Jesús su ignorancia: "de aquel día y aquella hora nadie sabe"; solo sabe lo que el Padre desea que sepa: el Hijo no es el Padre; no es Dios; pero Dios está siempre en él, y sabe lo que el Padre desea que sepa. Y lo que sabía, por inspiración divina, nos los dijo, como en esta ocasión; a sabiendas de que llegaría a todos, hasta el fin de esta generación; para dar frutos al Padre; para provecho de cada elegido que tenga oídos(que esté atento), voluntad y fe. Pero nadie es perfecto (salvo el Creador). Jesús fue creado para ser casi perfecto; ¿por qué casi?; porque Jesús mismo, que nunca miente, así se lo dijo al joven rico cuando este le llamó Maestro Bueno, y Jesús lo negó; no por modestia; sino porque Jesús siempre dice la verdad sin tapujos: "solo uno es el Bueno" (y no soy yo, nos lo dio a entender; pues Jesús tiene su propia identidad). La Santa Trinidad podría entenderse así: el Espíritu Santo del Padre (que no ocupa lugar físicamente) está en el espíritu del Hijo unigénito; ya que el Padre, el Poder, es infinito, y no puede identificarse físicamente con nada (de lo creado); nada le es comparable. El Contenedor, puede estar en espíritu, contenido en el Contenido; al tiempo que el Contenido está en el Contenedor en cuerpo y alma. Solo un espíritu puro, inocente de culpa (nadie está libre de culpa, pero la intención, la voluntad incansable, con fe; es lo que cuenta) como el de un niño, trasciende en él (es uno con el)Padre. El elegido, Vivirá en el reino de nuestro señor Jesús por deseo del Padre (esta es solo una interpretación, pues solo son ciertas las palabras de Jesús).

 

Como dijo David de su descendiente: Jesús es nuestro Señor, pero Dios es el SEÑOR de nuestro Señor y de todas las cosas. Por supuesto, Dios, el Padre; también es el SEÑOR de Jesús; al que Jesús oraba continuamente (como nos enseño); pues es SEÑOR de todas las cosas. Al estar Dios siempre en Jesús, cabe ponerle esa cara, pues EL la eligió para estar más cerca de nosotros; pero sin dejar de ser conscientes de que EL es el Poder; está en Jesús, pero no es “solo” Jesús; es infinitamente más. Podemos entender, querer, y ver a Dios (si queremos) a través de Jesús; en Jesús. El Padre puede ser-estar en espíritu en cualquier cosa, si es su deseo; pues todas las cosas somos su creación, y estamos en EL; pues EL es todo (espacio y tiempo del que sepamos, o no): fuera de EL no existe/es nada; nada es (ni siquiera la nada); sabemos que existe porque existimos, y porque el Hijo nos habló de él. En su inmensidad física, su espíritu santo jamás estará donde habite el mal; el mal no transciende. El único cometido del mal es dar sentido al bien, como la luz da sentido a la sombra. El Padre, el Poder; es inconmensurable: “mi Padre tiene muchas moradas”; y está siempre en espíritu en aquel al que creó sin mácula; y en todo aquel humano que le conozca a través de Jesús, mientras que lo desee de corazón.

 
Pensar en el Padre: mencionarlo (a Dios); debería entenderse como un regalo al alcance de todos (porque lo es: santificado sea su nombre... su recuerdo, su memoria); un regalo que ni queriendo seríamos capaces de ponderar. Solo es santo (perfecto) en este mundo el recuerdo individual, personal, sincero, que alude al Padre, a su amor por nosotros (que Jesús nos mostró). Lo único santo en este mundo está al alcance de cualquiera; del más pequeño, humilde e insignificante humano; y es precisamente el nombre del Padre, su memoria: "...santificado sea su nombre". De ahí que jamás debiéramos citarlo en vano; antes, al contrario; tan solo atrevernos con el mayor amor y respeto de que seamos capaces; a sabiendas que será infinitamente insuficiente. Pero por el contrario, se le ofende, banalizándolo. Debiera darnos vértigo de citar, mentar al Padre, si lo pensamos bien; y vergüenza, de paso, por nuestro débil espíritu (voluntad) que se deja llevar por modas y propagandas. En lugar de mencionar banalmente a Dios; a todas horas; los que le consideramos Dios Padre, como Jesús, deberíamos orarle como nos enseñó nuestro hermano mayor; “de tú a tú” (de tú a usted más bien), como a nuestra propia conciencia. Al Padre, a la verdad, se llega por Jesús; el Cristo, el Mesías; que nos la mostró: "Si yo me glorifico, mi gloria nada vale; es mi Padre el que me glorifica". Al rogar a Jesús, pensemos en el Padre, que está en él, que le glorifica; y es el destinatario final de esa oración (Jesús así lo desearía, lo desea). Hay que pensar en el Padre antes que en nada y sobre todas las cosas.

Cuando Jesús nos pidió en su recuerdo, la Eucaristía; lo que nos está pidiendo es la comunión; la unión entre cristianos (invitados de los caminos) en conmemoración de la Ultima Cena. La unión que un buen padre desea para sus hijos, con el primogénito a la cabeza, dando gracias por ser como es. Para que, en ese acto, no se sienta cada cual en soledad frente al mal; sino en unión indestructible junto a Jesús nuestro guía y ejemplo: La auténtica Iglesia de los que se consideran hermanos de corazón en el Padre: sus hijos, que le honran queriéndose; demostrando así querer al Padre que nos quiere; y Jesús rezándole a nuestro lado: “Allí donde haya varios en mi nombre, estaré yo.” El espíritu de la Eucaristía, es el de los mártires frente a las fieras, abrazados y unidos en espíritu, como en ninguna aleación material. Ese acto no es solo en homenaje de agradecimiento al Hijo por el sacrificio que supuso dejarnos el mensaje; la Verdad; es el símbolo de la unión de las almas; de la verdadera Iglesia de Pedro, del Mesías; símbolo eterno, indestructible. Cuando Jesús nos pide que recordemos la Ultima Cena; nos pide que, junto a él, alabemos al Padre Bueno para que se sienta orgulloso de sus hijos. El Hijo expresó ese deseo: es deseo del Padre. Junto a ese acto memorable, se han ido adhiriendo “gratuitamente” otras cosas; celebraciones, más o menos acertadas. Pero, en todo caso (como dijo Jesús, el Padre), la palabrería retórica… “más vacía que el silencio”; (cuando no es abiertamente adulteradora) es siempre del malo: preceptos de hombres. Como el ir santificando personas y cosas a diestro y siniestro por ahí, restando valor a la palabra santo : solo Uno es el Bueno... el Santo). Lo que no quita que se recuerde a los buenos ejemplos. Como dice el Evangelio, la doctrina, el modelo de vida… se puede resumir mucho, en una frase. Pero puestos a conmemorar, habría que empezar por reconocer y sentir el Evangelio; alabar al Padre junto a Jesús en la Eucaristía para que se sienta orgulloso de sus hijos. Y buenas acciones de misericordia, de bien, que pongan en práctica el Evangelio; el odre nuevo; el Reino de los Cielos... del bien, de la Verdad, del Creador. Sin obligación, sin imposición; por propia voluntad. Esas cuatro cosas; el resto puede ser palabrería de gentiles, al peso. Lo importante son las palabras del Hijo en el Evangelio y ponerlas en práctica, sin añadidos ni reducciones.
 

Pretendemos interpretarlo todo (y pido perdón por ello); buscar la mejor explicación (o la más interesada) a todo lo dicho en el Odre Nuevo de Jesús. No somos conscientes de lo poco que sabemos, de tanto como desconocemos. Pero fijamos conjeturas apoyándolas en el aire; en alguna afirmación; respaldando corazonadas. Y lo que se ha demostrado mucho peor tantas veces: acudir al odre viejo, cargado de odio y de maldad; de contradicciones; para justificar lo injustificable; germen de casi toda la maldad habida y por haber. Solo hemos de estar seguros de aquello que Jesús dijo; del odre nuevo (y a ser posible por triplicado). El Novus Ordo Seclorum que nos imponen hoy, no es más que el Odre Viejo bien disfrazado.

El Mesías, poco antes de dejarnos, matiza la profecía de Daniel a partir de su propia muerte, la del Cristo. Viendo la evolución nefasta y progresiva de la humanidad, con la desolación hasta el fin, y la abominación colocada donde no debiera; parece que los últimos van a estar realmente muy solos, y rodeados de maldad cuando el Novus Ordo Anticristiano vaya culminando su milenario plan, llegado el fin del tiempo de las naciones; de ahí los ánimos que nos da entre sus postreras palabras el Mensajero; recalcando la necesidad de estar alerta para aquellos que creen (sobre todo Mateo recoge estas observaciones), y de perseverar; lo que seguramente será tanto más difícil de mantener cuanto más próximo esté el fin.

De nada sirve una vida ejemplar si se muere negándola. El arrepentimiento ocupa tiempo y claridad mental, de los que quizás muchos no dispongamos. Huelga decir que quienes llevan una mala vida con intención de arreglarlo al final; es que no entienden nada de nada, y gustan de engañarse a sí mismos: El hijo prodigo estará sinceramente equivocado hasta que consiga estar sinceramente arrepentido. Quien se equivoca conscientemente, quien vive una mentira por conveniencia, va muy mal encaminado.
El Evangelio, vivir su esencia es lo que importa. No es relativo y es atemporal. Todo lo/el que niegue al Evangelio es del Malo; venga de quien venga. Si Jesús dijo, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre… por poner un ejemplo claro: Nada más hay que añadir o quitar, si no eres un gentil ¿quién es el hereje, Jesús (el Padre) o el Vaticano, o el cura que te dice que hay que ir con los tiempos? Hacer que la familia que no funciona no resulte un sacrificio; se resuelve con misericordia. ¿Cómo lo afrontaría Jesús? Dando siempre bien por mal. Si no se arregla así en esta vida; lo habrás intentado; y la importante es la otra, si realmente crees. Lo que haga tu pareja, tus seres queridos, si se alejan del Padre, es una pena, pero es su elección. Quién los elige antes que al Hijo (al Padre), no es digno de él. Por eso es tan importante la elección tras conocerse bien en un proyecto común de una vida destinada a dar otras a Dios.

El fin será rápido, (y la tribulación previa se abreviará en atención a los elegidos) con la venida del Salvador y el Juicio Final a esta generación. ¡Tantos nos han dejado ya, a la espera de aquel día...! Lo que para Jesús fueron horas, quizás para casi todos serán interminables siglos de espera; pero nada en comparación con la eternidad.
 

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