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V
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Bienaventurados :

- Los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
- Los que lloran (sufren), porque ellos serán consolados.
- Los mansos porque ellos poseerán la tierra.
- Los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos.
- Los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
- Los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
- Los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
- Los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
 
Bienaventurados seréis cuando os injuriaren y persiguieren y dijeren todo mal contra vosotros mintiendo, por causa mía: alegraos y regocijaos, porque será grande vuestra recompensa en los cielos. Así persiguieron a los profetas que os precedieron.
 
 
 
Predicó Jesús por toda Galilea, realizando milagros para los necesitado. Su fama se extendió por toda Siria, y le seguían las turbas. Viendo a la multitud, subió a un monte, se sentó y llamó a sus discípulos, enseñándoles la Palabra (el verbo, la verdad del Padre).
Mi opinión:
Creo que el Odre Nuevo comienza y se resume frente a las turbas, en aquella montaña o alto. Las palabras que allí se pronunciaron deberían meditarse profundamente por cada cristiano, pues marcan la diferencia. Deberíamos ponerlas en relación con lo que ha sido nuestra vida, nuestras metas y resultados; y lo que es más importante; con relación a lo que esperamos que termine siendo. No deberíamos permitir que ningún otro discurso o influencia las haga sombra siquiera.
 
El Maestro se dirige a las turbas, “al pueblo” de todos los tiempos; más concretamente llama a los elegidos que le prestarán oídos de entre toda esa masa. Los llamados que perseveren (en el Odre Nuevo) serán los elegidos del Padre para el Hijo predilecto, nuestro Señor (como dijo el rey David). Las víctimas que perseveren devolviendo bien por mal, sirviendo a todos y al Padre; sirviéndose así a si mismos.
 
Creo que nunca se le ha dado la verdadera importancia que tiene al Sermón de la Montaña, y que solo se puede comprender desde el evangelio de Mateo. No es ni más ni menos que el Odre Nuevo, el Reino de los Cielos; el Mensaje del Padre Creador desvelado por primera vez, tras de siglos de haber sido anunciado.
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El Sermón de la Montaña es una unidad indivisible: no sirve quedarse con algunas cosas porque se adaptan más a la sociedad del momento y prescindir de las otras, por olvidadas o chocantes hoy. Ni es predicación solo para los apóstoles que tan solo portan túnica, sandalias y el polvo del camino (que sería algo muy parecido a lo que debería ser un misionero; sacrificando familia y toda otra ocupación que no sea la de servir al prójimo, al Padre; buscando la perfección como enseño el Cristo al joven curioso). Este Sermón de la Montaña, no va dirigido solo a ellos (aunque necesariamente también); va dirigido sobre todo a las turbas de ayer y de siempre; a los que buscan la Verdad; para que la Palabra (del Padre) pueda llegar a todos ellos: y de entre ellos, al pequeño rebaño de los elegidos; eso sí, a través de los Discípulos Apóstoles, de los pescadores de hombres, y de sus sucesores…


Las turbas aguardaban; Jesús subió a un alto y se sentó; sus discípulos se acercaron, y comenzó a hablarles del odre nuevo. El Cristo instruyó a sus discípulos para que llevarán su mensaje a las turbas. Mucha es la mies y pocos los trabajadores para recogerla; es decir, pocos los discípulos comprometidos en enseñar y servir de ejemplo a las turbas, siguiendo fielmente los pasos del Maestro. Las turbas; la mies, es mucha; sin embargo, la mayor parte se perderá, y los finalmente elegidos serán un pequeño rebaño. Porque la luz (la Verdad) vino al mundo, pero (casi todas) las personas eligieron las tinieblas. Los trabajadores que siembran el mal son muchos más que los trabajadores comprometidos en sembrar el Reino de los Cielos aquí (salta a la vista); pocos son los verdaderos pescadores de hombres que recolectan elegidos.

Esta predicación temprana sienta las bases del anunciado Mensaje del Padre: el Reino de los Cielos, el Odre Nuevo, que abre un abismo insalvable respecto al desgastado por adulterado odre viejo existente hasta ese momento (y hasta ahora, al observar con perspectiva, para la inmensa mayoría; que ni vemos ni escuchamos, aunque oímos y miramos).

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El Sermón de la Montaña no son solo las bienaventuranzas; es un "repaso general", en absoluto relativo, para los restos, que terminó cuando el Mesías descendió de aquel alto): No son "cosas de otros tiempos" que hay que adaptar a cada presente (a sus modas y costumbres, al capricho o interés del cesar de turno; y lo que es peor, a la progresiva deriva del Novus Ordo anticristiano que la Sinagoga de Satanás viene imponiendo al mundo durante generaciones), como van soltando curillas progres de pega a los que les escuchan. Así, la infidelidad, la separación, el divorcio; no son cristianos (el Cristo lo dejó claro: lo que Dios ha unido que no lo separe nadie; de ahí la necesidad del largo periodo de noviazgo de antaño para conocerse y aceptarse; para fundirse en una unidad moral sólida). Y, no ya el flirteo, el coqueteo; sino la simple mirada lasciva, libidinosa de soslayo, por oculta que quede a todos (no así al Padre); como dijo el Cristo (el Padre), en este mismo sermón; esa tampoco es cristiana: si tu ojo te escandaliza, arráncatelo, pues te impedirá llegar a la Vida. Son casos ya comúnmente aceptados, y los que se irán aceptando. Como se aceptó la aberración del aborto, y se aceptará la pederastia, y las mil caretas de la eugenesia y la eutanasia; y lo que nos quedará por ver; y lo que no llegaremos a ver por falta de tiempo.

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El Sermón se compone de palabras atemporales: El Predilecto representa el Verbo, la Palabra del Padre, indeleble tal cual; la VERDAD con mayúsculas, que no debe ser modificada, adaptada ni cambiada. El aspirante a cristiano debe mantener la Palabra contra viento y marea, por mucho que le presione su entorno. No debe imponerla, porque es anticristiano; allá cada uno; pero sí imponérsela como meta en cada paso, si no quiere ser otro cristiano más de pega: a quien me niegue (negando mi enseñanza), yo le negaré ante el Padre. Quien se tenga por cristiano, hará lo posible por darla a conocer e intentará respaldarla con su conducta sin desfallecer tras cada caída; y si avergonzarse de ello.

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Según Mateo (5), cuando se acercaron sus discípulos, el Cristo comenzó proclamando las bienaventuranzas: 
Bienaventurados los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los pacíficos, los perseguidos. Y matizó: los injuriados, los perseguidos, los difamados por mi causa (por defender el Reino de los Cielos, el Odre Nuevo); porque será grande su recompensa. (Porque igualmente) Así (de mal, los malvados) trataron antes a los profetas.

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Marcos/(Pedro) no se refiere al discurso, sino que (Marcos 4,21 - Mateo 5,15) recoge fragmentos sueltos y se centra más bien en los milagros, y otros hechos. Así, menciona (como Lucas), la llamada a Mateo (Marcos 2,13). Pedro, fue llamado, según Mateo (4.18), antes del Sermón; antes que él (que Mateo).

Por su parte, ni Lucas, ni su maestro Pablo, conocieron en persona al Maestro, así que su relato es fruto de investigaciones  posteriores entre los seguidores de Jesús que si le conocieron; como Mateo, uno de Los Doce que, al contrario que Lucas (llamada de Mateo en 5.27 y Sermón de la Montaña en 6.17), sitúa el Sermón de la Montaña (Mateo 5) antes de ser llamado (él mismo) por el Cristo (Mateo 9); y nadie mejor que el propio Mateo sabía que sucedió primero. Así, quizás Mateo tampoco fue testigo directo de aquel Sermón; o quizás, Mateo escuchó a Jesús en aquel monte entre las turbas (Mateo 5), antes de ser llamado (Mateo 9); y por eso no dudó en seguirle. Aunque lo trascendental no es como sucedió, sino lo que allí se dijo.


Lucas/Pablo, además de reducir notablemente lo dicho en el Sermón (basta echar un vistazo a lo recogido por Mateo), sitúa el Padre Nuestro en (11,1); posteriormente al sermón de la montaña en (6,17). Mateo sin embargo sitúa el Padrenuestro como parte del propio Sermón.

 

Únicamente ambos evangelistas se refieren específicamente a aquel Sermón como tal, pero Mateo refiere las bienaventuranzas y Lucas (que como Pablo habla de oídas), además, pone en boca del Cristo unas chocantes ¡maldiciones!. Pero no quedan ahí las diferencias:

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Escribe Lucas: Bienaventurados los pobres, los que ahora tenéis hambre, los que ahora lloráis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien y cuando os rechacen e injurien; y desprecien vuestro nombre como perverso, por causa del Hijo del hombre. Alegraos y regocijaos, vuestra recompensa es grande en el cielo, porque así obraron sus ascendientes con los profetas.
Parece igual al discurso que recoge Mateo, pero definitivamente, no es así. Hay que fijarse un poco en esa primera frase (Bienaventurados los pobres, los que ahora tenéis hambre, los que ahora lloráis) para ver una pequeña gran diferencia; trascendental respecto a la versión de Mateo:

Llama la atención que Mateo habla de pobres... pero añade, de espíritu: pobres de espíritu, lo que es muy distinto de un pobre “a secas", tal como aparece escrito en el evangelio de Lucas (Pablo) en esa primera frase. Igualmente, los que tienen hambre y sed de justicia "de Mateo"; tampoco son hambrientos o sedientos "a secas", tal y como se lee en el evangelio de Lucas.


Habrá pobres y pobres, hambrientos y hambrientos; oprimidos y oprimidos; los habrá buenos y malos, justos e injustos. Así, hay muchos pobres u oprimidos inyectados en odio por su condición o por lo que sea), muy lejos de ser bienaventurados. Apoyándose en malentendidos como este, los pobres, hambrientos, afligidos; víctimas y perdedores en general; serán manipulados, adulterados, envenenados por el odio; utilizados como fuerza de choque, como arma odiadora revolucionaria; o sea, la escoria Disraeli Rothschild, más útil antes que las bombas (Protocolos Anglosionistas).

Como dejó claro el Hijo del hombre, los ricos lo tienen muy difícil pero; ni los pobres, ni los que sufren son bienaventurados por su condición; porque con razón o sin ella, es la respuesta (exterior e interior) a la injusticia de los que la sufren (y de los demás también), lo que les dará ocasión o no de ser bienaventurados; dignos de la Vida; es la respuesta a las pruebas de cada cual lo que cuenta; no el pasarlas, por duras e injustas que sean (solo el Padre mide el fiel de la balanza): la respuesta correcta, cristiana, verdadera, es devolver bien por mal ¡siempre!. Quienes perseveren en ello hasta el final, serán bienaventurados, pero no en esta vida, sino en la Vida. El Mesías lo dijo y lo demostró con su ejemplo.

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En Mateo se entiende desde la primera palabra, que los desfavorecidos serán bienaventurados porque su desdicha viene causada por intentar seguir la Palabra; por querer al prójimo (ricos incluidos) a pesar de su condición desfavorable; y no por ser pobres, desdichados, perseguidos, etc.
Mateo matiza, adjetiva; entiende; Lucas/Pablo, no; porque las primeras palabras aluden engañosamente a los pobres, hambrientos y afligidos; o sea, a víctimas sociales sin más, sin matizar. Esas doce palabras (de Bienaventurados a lloráis) pueden entenderse independientes de las siguientes, cuando el Cristo habla de la Causa. El relato de Lucas/Pablo llama a engaño, o como poco a confusión; y de enormes consecuencias. Pues victimiza sin sentido; lo que moverá a un odio envidioso de muchos, que utilizarán sus palabras como coartada (inconsciente o premeditadamente), para justificar su maldad, adulterando el Mensaje e invirtiéndolo; tal y como sucedió con el odre viejo.

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Siempre habrá muchos más perdedores bueno y malos, y por eso, de entre estos, siempre habrá muchos más elegidos perdedores respecto a los ganadores. Es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja, a que pase un rico a la Vida, pues ya ha tenido su recompensa.
Lucas termina, como Mateo, hablando del motivo de la persecución de los bienaventurados; pero eso no borra esas doce palabras mal escritas al principio, que dejan una primera y profunda mala impresión; llamativa mentira que quedará para siempre en el subconsciente colectivo: los pobres, los perseguidos; quienes sufren en general, tan solo por eso, pasan a ser contemplados erróneamente como bienaventurados bendecidos por el cristianismo: y no es así; muy, muy mal. Hoy vemos las consecuencias por boca del propio masón Bergoglio y su adulterado pseudo cristianismo comunista, del ojo por ojo de toda la vida: del odre viejo "de toda la vida". El "clásico" cesar utilizando el odio del pueblo para tomar el poder o para mantenerlo. Pero en cierto modo, es indiferente que el que malmete saque provecho de su adulteración; compete a cada cristiano comprender lo que lee del Cristo antes que lo que le cuenten (o le convenga entender), incluso tras una sotana. Se ha de buscar la justicia como la buscó el Maestro, sin hacer mal alguno; si así no se puede obtener, perseverar en el intento bienintencionado a pesar de las penas, pues esta vida no es la que cuenta. El mal nunca está justificado, es la negación del Mensaje, es ponerse a la altura de Caín. Es muy, muy difícil, pero hay que intentar sinceramente querer al hermano que te odia y te daña.
Sin prestar atención, es muy fácil confundirse y confundir. Hay que discernir, y al final todo encaja.

 

 

 

Al centrarnos en el texto de Mateo, en el primer lugar de las bienaventuranzas, Jesús menciona a los pobres de espíritu
El espíritu, es lo que somos más allá de la materia; es el alma o voluntad inmaterial que, en esta vida, se materializa dentro de la materia (a la cual estamos atados aquí hasta la muerte), del cerebro; en forma de pensamientos. El espíritu es fruto de la voluntad instantánea que, a través del tiempo va tomando un rumbo, más o menos cambiante, en función del medio (las constantes y variables que nos influyen). Cómo una magnitud y su vector (con dirección y sentido a través del tiempo) la voluntad (fruto del libre albedrío) va definiendo la gráfica de nuestra función existencial o trayectoria aquí: nuestra alma, nuestro espíritu; es lo que define nuestro propio ser inmaterial. Lo que nos da un valor positivo o negativo para el Padre, para el Todo.
El Padre, el Todo (pues solo EL ES, ya que ni siquiera la nada es/existe, fuera del Padre); también tiene su espíritu; un Espíritu Santo, o sea, perfecto. Así, el humano está hecho a semejanza de su Creador; cada humano es una parte del todo, con un espíritu, un alma "en blanco"... "por escribir". El Espíritu Santo del Creador es reflejo de su Voluntad, de su libre albedrío; es el pensamiento del Todo. Nuestras almas ya están escritas para el Creador, pues el tiempo es parte también de su creación.

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Cuando el Maestro habla del espíritu (pobres de espíritu); se está refiriendo al alma, que se alimenta de pensamientos; los cuales son el reflejo de la voluntad humana (magnitud, que en el Padre, es el Verbo); del uso del libre albedrío; nuestro yo más profundo. Y así como en una computadora existen los periféricos o accesorios para ponerla en contacto con las necesidades de que ha de ocuparse "en el exterior"; el Padre nos creó con un cerebro integrado en un cuerpo; la materia en la cual se procesan pensamientos que nos relacionan con este mundo en esta vida; y con el resto del todo. Así, el humano puede incluso, dada inteligencia alcanzada con respecto al resto de las especies, entrar en simpatía con el Creador, con su espíritu (santo). Estamos diseñados con la materia que produce el pensamiento instantáneo, presente: la libre voluntad de vencer el instinto (o no); que conforma con el tiempo, el espíritu, el alma, la función o trayectoria que puede ponernos en sintonía con el Poder; con su función perfecta e infinita, con su trayectoria: sincronizándonos, santificándonos.

Nuestra alma encerrada en este mundo/vida, en la materia (la carne); puede ponernos en contacto con el Padre, con el espíritu del Todo; pero solo si le buscamos y si le encontramos (en nuestro propio pensamiento); y también nos pone en contacto con el omnipresente instinto (aquí): el Malo encargado del "tamiz", si se lo permitimos. Entonces, el buen cristiano marcará su rumbo (vector) consciente en base al Mensaje del Hijo (en absoluto relativo); y por el contrario, muchos bien intencionados en algún momento, quedaran a merced del engaño; del relativismo, del materialismo "de turno" (de la carne). Son los que, inconsciente y ocasionalmente, perciben en algún momento la Verdad, pero sin ningún apoyo firme; sin ninguna referencia clara para, siquiera, reconocerla, la mayoría de las veces.

Nuestras acciones y pensamientos son consecuencia de nuestra alma inmaterial; del espíritu consciente capaz de encontrar y permanecer en contacto con el Espíritu (Santo) del Todo creador; para poder trascender en/con EL, a esta vida, a esta prueba.


Mi primera impresión al leer "pobres de espíritu", es que estos son los que, no siendo capaces de comprender bien el por qué, sin embargo, perciben, sienten, la emoción de estar en la Verdad (en lo cierto), al obrar de determinada manera, de acuerdo al Evangelio (de ahí que el mensaje sea tan sencillo como el que más); y moviéndoles el corazón más que el cerebro, se entregan al servicio al prójimo, al Padre. Perciben que es lo mejor, lo auténtico; que ahí está el verdadero bien. Se lo dice el corazón; o como le dijo el Cristo a Pedro: bienaventurado tu porque lo que dices te lo ha inspirado mi Padre.
Buscando interpretaciones por la Red, leo: El "rico de espíritu" es el que cree saberlo todo, pero está equivocado. El "pobre de espíritu" sin embargo, comprende humilde su desconocimiento, y no deja de buscar la Verdad. Veo esta interpretación rebuscada y muy cercana a la teoría de la mano izquierda gnóstico-masona, pues en el primero se reconoce al "beato cristiano", culpable de todos los males, cegado por la superstición; y en el segundo, al iluminado por la luz de la lechuza, que prefiere equivocarse, para seguir buscando indefinidamente (realmente, prefiere el relativismo oportunista), a aceptar la sencilla verdad, accesible incluso a los más simples. Así que, no solo no me vale esta interpretación; sino que me huele fatal a rancia soberbia gnóstica.


Sigo con mi primera impresión; el pobre de espíritu es el simple (el término, abarca un amplio espectro de tipos, y comprende en su extremo, el patológico o retrasado) que reconoce la Verdad, como los niños; la percibe y le emociona. Su desventaja en esta vida, resulta ventajosa para alcanzar la Otra, pues aleja, de partida, muchas tentaciones.
Hay diferencia entre simple y sencillo, pues el simple no elige serlo (pero eso no le resta un ápice de humanidad, antes, al contrario), y el sencillo (como el mismo Cristo), si lo elige: Habéis de volveros (como) niños (de simples) para entrar en la Vida (los que podéis, ya que los simples, no lo eligen). Prototipo de simple sería Pedro: cabezota, duro y emotivo: impulsivo; se dejaba llevar por su corazón antes que por su cerebro; reconoce emocionalmente la Verdad y la persigue, más fiel que la mayoría de los racionales. Sancho también da el tipo, salvando las distancias.

El intelecto, los pensamientos (puntuales), conforman el espíritu, el alma: la trayectoria resultante conseguida en esta vida; prisionera del cerebro físico que la produce, de la materia, hasta la muerte aquí. Solo el Padre sabe/puede valorar todo. Mi opinión es que cuenta la trayectoria y su conclusión; siendo la primera una condición necesaria, pero no suficiente, si la conclusión niega esa primera condición. Esto lo avalan varias parábolas del Cristo, donde se hace hincapié en estar siempre alerta, ya que desconocemos si la conclusión será o no abrupta. De igual manera, es estúpido hacerse trampas "al solitario", jugando a arrepentirnos en el último momento: Sea el autoengaño, consciente o no. La conclusión debe ser consecuencia de la función en todo caso.
Nuestro espíritu, o bien "presta oídos" al Malo (sigue el instinto genético con relación al Prójimo); o bien, "escucha" al Espíritu Santo (del Padre) en el pensamiento propio, en nuestra voluntad (que será la Suya en ese caso). Si se conoce y comprende la Palabra que el Hijo nos trajo (el Verbo); se podrá interactuar con el Poder.

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Volviendo a los pobres de espíritu, estos (en su mayoría, pues también los habrá consumidos en odio irracional), están más cerca de la inocencia de un niño, y por tanto, más cerca del Padre.

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Nada de lo dicho es digno de crédito (excepto las palabras del Cristo), y solo quiere ser motivo de reflexión.

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Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su fuerza, ¿con qué se salará? Para nada sirve ya, sino para que, arrojada fuera sea pisada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad que está sobre un monte. Ni se enciende una lámpara y se pone bajo el celemín, sino que se coloca sobre el candelero, para que dé luz a todos los de la casa. Que brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas y glorifique a vuestro Padre, el de los cielos.
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Les habló de su responsabilidad, de la necesidad que tenían los sembradores de dar  testimonio imitando al Maestro.
Mi opinión: No se debe buscar el bien, ocultándose, mintiendo... "para conseguirlo " (y menos mediante el mal), como sostiene el rabinismo talmudista, el determinismo protestante, la guerra santa del islam o el relativismo masón. Que todo es gnosticismo del Diablo. Para el bien, para Jesús... para el Padre: "El fin NUNCA justifica los medios", tanto si son malvados, (como cuando se pretende justificar un "pequeño mal" para hacer un "gran bien", excusa típica del poder conspirador); como si están ocultos a los hombres y a Dios.
 
Para el gnosticismo masón, islámico o el del Nuevo Orden Mundial de la élite talmúdico usurera anglo-sionista, el fin SI justifica los medios (que masones y pseudo-mosaicos como Maquiavelo, además, ocultan). Al final todo es materialismo, es carne... pues al final todo son medios, y el supuesto fin bondadoso termina por ser relativo... adaptable al interés del poder mundano "de turno".
 
Jesús nos dice que el bien (ha de estar en los medios y en el fin) hay que obrarlo a la vista de todos, y de Dios. Y no para vanagloriarnos de ello, sino como mejor homenaje al Padre, humildemente.

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No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas. No he venido a abolir, sino a perfeccionar. Porque en verdad os digo: antes pasarán el cielo y la tierra que pasen una jota o un ápice de la ley sin que todo se cumpla. Por tanto, todo el que quebrante uno de estos mandamientos, los más pequeños, y enseñare así a los hombres, será el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los cumpliere y enseñare, éste será grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere más que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

 

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Les habló del motivo de su venida; recordándoles que todo lo escrito se cumpliría; pero que los que debían haber guiado bien al pueblo, lo habían desviado del buen camino.

Mi opinión: No basta con ir a Misa, confesar o comulgar... con seguir los preceptos de la Iglesia. La Iglesia "oficial", cualquier escisión o secta; es... siempre ha sido y será "de los hombres", y por tanto, imperfecta. Será más justa y estará más cerca de la de Pedro, en cuanto más se ajuste al Evangelio, a las palabras de Jesús: El "odre nuevo", por contraposición al adulterado durante milenios "odre viejo", que Jesús denunció a los hipócritas rabinos; los que propiciaron su muerte (como confesaría Maimónides en su momento, la élite sionista actual). Las Antiguas Escrituras, el odre viejo al que se ajusta "por conveniencia" el talmudismo cabalista, padre del protestantismo y las masonerías (y de la degeneración del cristianismo católico); solo sirvieron para anunciar con siglos de antelación la venida del Mesías, del Hijo Unigénito del Padre, como este reveló. Mesías que rechazó y rechaza la élite judía por no servir a sus propósitos terrenales (y aún siguen esperando de Dios un mesías "a su medida"; a la medida de sus ambiciones y de su soberbia); hasta el punto de ser radicalmente contrario a tales propósitos.

El odre viejo que ha impuesto el Malo dice, amaras a tu dios y odiaras a tu enemigo; es el ojo por ojo que subyace atento en el inconsciente de los que incluso nos decimos cristianos; son las tinieblas. Seguir correctamente el Odre Nuevo está al alcance de muy pocos, y por propia voluntad; es la luz: son los pasos del Maestro, que no por casualidad recibe tal nombre.

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Habéis oído que se dijo a los antiguos: no matarás. Quien matare será reo de condenación. Pero yo os digo: todo el que se enfada con su hermano, será reo ante el tribunal. Y quien dijera a su hermano raca, responderá ante el sanedrín. Y quien le dijere necio, responderá con la gehenna del fuego. Si fueres al altar para hacer tu ofrenda y allí te acordares que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí delante del altar la ofrenda y ve primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. Haz pronto la paz con tu adversario, mientras estás con él en el camino; no sea que te entregue al juez y el juez al guardia y seas encarcelado. En verdad te digo que no saldrás de allí mientras no pagues el último céntimo.
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Y pasó a explicarles en que consistía esa adulteración de siglos, desoyendo esos guías a los profetas.
Mi opinión: Una vez más Jesús se enfrenta al adulterado concepto agnóstico de los Antiguos; es decir: a la "tradición" rabínica pseudo-mosaica de entonces, la que le condenó; y que es la misma que hoy sostienen algunas sectas como la que practica la élite talmúdico usurera anglo-sionista, dominadora del mundo a través de sus agentes masones; y que impone soterrada e inexorablemente el llamado Nuevo Orden. No basta con no matar.
Es como el arcaico agnosticismo corruptor que se fue aplicando a la Ley entregada a Moisés; que fue haciéndose tradición y tergiversándose mediante sucesivas cábalas. Gnosticismo que fomentó y fomenta la idea y el sentimiento materialista: la supuesta superioridad "divina" de la raza hebrea que Disraeli y los suyos se atribuyen como pueblo elegido. Pero Jesús dejó claro que, si "la salvación venía de los judíos", no era por esa superioridad racial sobre el prójimo (antes bien, recalcó que los últimos serán los primeros); sino porque él mismo (el Mesías, el Hijo... la verdad hecha carne gracias al buen Padre); procedía de la sangre de esa estirpe, de esa tribu (quizás porque de alguna tenía que proceder, y porque probablemente fueron los primeros en alcanzar cierta conexión con la verdad, con el Padre respecto a su tiempo y a la evolución humana).
 
El odre viejo, es el Talmud, o la Biblia en gran parte por lo que se refiere al Antiguo Testamento; y toda "Sagrada" Escritura en la que se aprecia odio o materialismo entre-líneas. Jesús corrigió a los Antiguos, a la tradición judía... (ya lo reconoció Maimónides presa del odio). El Hijo del hombre dijo de las Antiguas Escrituras (los Antiguos), que eran valiosas por cuanto anunciaban su llegada, que cuanto estuviera en ellas profetizado se cumpliría al punto (ahora queda saber a día de hoy que hay de añadido o de mermado en ellas, con tantos cambios de manos y tantos interesados en adulterarlas); pero prescindiendo de la profética cronología, las corrigió... porque estaban ya adulteradas... (no hay mas que ver el pegote añadido al quinto mandamiento). Más claro, el agua.
El Antiguo Testamento ya tuvo su función. Recurrir a él, infectado como está de odio solo lleva a confusión. El pellejo del odre no daba (y hoy menos aún) más de sí. Solo cuenta el odre nuevo: los Evangelios, las palabras del Padre en boca del Hijo. La verdad y la vida para volver al Padre sin perdernos en el camino.
Agnosticismos "cristianos" de todo tipo, siempre que les conviene recurren a la Biblia; otros al Talmud, la Cábala, el Corán, etc. para justificar lo injustificable: el mal. La verdad: El fin NO justifica los medios. No solo cuentan fin y medios, sino cada pensamiento.
Todo el mal que hagamos aquí, será cobrado "hasta el último céntimo". El Padre no hace justicia en esta vida, aquí nos bastamos solos para castigarnos los unos a los otros, haciéndole el juego a Lucifer, que pone las trampas. No creo que se pueda volver al Padre (del que procedemos), cargados de mal. No podemos ser espíritu mientras estemos sometidos, atados a la dominación de la carne, del materialismo. Hemos de volver a nacer... a ser niños de nuevo, para volver al Padre.
 
El Padre es bueno, solo él absolutamente; lo dijo el Hijo; y también le dijo al Malo, cuando le tentó: Retírate, Satanás (príncipe del mundo - el Lucifer masón), porque escrito está: adorarás al Señor tu Dios y a El sólo servirás. El Malo es una criatura más del creador, que seguramente fruto de su libre albedrio eligió mal. Posiblemente el mal se ciñe a la crueldad vinculada a la carne, a la ley de la selva, brutal... instintiva y terrenal. No podemos entender muchas cosas. Dijo Jesús, -como os voy a hablar de lo que hay más allá, si no entendéis lo de aquí- (lo dijo con otras palabras, pero con esa idea). Hacemos conjeturas y de ellas nacen los agnosticismos, cuando damos credibilidad a cosas que desconocemos, por muy probables que nos parezcan. Yo siento que en el mensaje de Jesús está la salvación, le creo. Me lo dice el corazón, y muchos cabos entre líneas. Aunque en esta vida el mal sirva para triunfar o sobrevivir, y el bien para morir o perder... El mal lleva a la muerte, a la nada. El bien a la vida, a ser. Profundamente, intimamente por suerte (otros dirían por desgracia), lo siento así.
 
Jesús habla del hermano, del prójimo... pero también se refiere al adversario (y sin duda, al enemigo). Si es difícil ceder con el prójimo, cuando es adversario, aún lo es más (y sin prácica, mucho más). Se precisa humildad y convencimiento de la verdad revelada. Por eso hay que pedirle al Padre : por favor, perdona nuestras deudas y ayúdanos a perdonar... no por el enemigo... (solo el Padre es quien para perdonar) es por nuestro bien. Encona dentro de nosotros el mal y Jesús deja claro que hay que estar en paz con todos "cuanto antes". Por nuestro propio bien, porque el Padre así lo quiere y porque es como debe ser. Amaras al Padre sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
 
Resumiendo. Si crees en Jesucristo, en lo que dijo y es: Haz cuánto antes la paz con tu prójimo mientras estás vivo, porque no sabes cuando te sorprenderá el final de esta vida.
Más claro agua.
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Habéis oído que se dijo: No adulterarás. Pero Yo os digo: todo el que mira a una mujer con deseo, ya ha adulterado en su corazón. Si tu ojo derecho te escandaliza, arráncalo y arrójalo lejos de ti, porque te conviene más perder uno de tus miembros antes que tu cuerpo entero sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te escandaliza, córtala y arrójala de ti, porque te conviene más perder uno de tus miembros antes que tu cuerpo entero caiga en el infierno.
 
Mi opinión: No solo se adultera, se corrompe, se peca... de palabra, obra u omisión; también se peca con el pensamiento, y no solo con el propio, sino también el ajeno; cuando somos los responsables de haberlo producido, lo sé. Cuantas veces buscamos al mirar lascivamente, la respuesta en la mirada... como un triunfo personal, animal, visceral, instintivo... cuando sabemos que será improductivo a los ojos de Dios, pues para el verdadero creyente, la copula no debe ser un placer gratuito, un divertimento ocioso, no debe convertirse, en contra de todo lo que nos cuentan, en costumbre; por mucho que se haya impuesto, por mucho que el Malo y sus representantes nos lo presenten así. La respuesta típica progre "hay que ir con los tiempos..."; eso dirían en Sodoma y Gomorra. Cuando el mundo está "patas arriba", ¿hay que ir con los tiempos o hay que seguir a Jesús? La copula debe ser la culminación del amor espiritual (no del animal tan extendido) y su resultado, fruto del amor verdadero, una nueva vida para gloria del Padre.
Desde siempre, se pretenden hacer creer que el sexo no solo es bueno, sino que es también necesario... imprescindible. Pues bien, es mentira. Si se le pide al Padre ayuda y se insiste, se puede cambiar, por difícil que parezca, viviendo sin malgastar inútilmente la simiente de la vida que Dios nos dio.
El sexo gratuito que pregonan los medios día y noche, muchas veces va ligado a fantasías, que casi nunca serán pacíficas y amorosas (en el buen sentido del término), antes bien, esas fantasías irán ligadas a pecados: violencia, brutalidad, aberraciones, soberbia, mentiras... a pensamientos en el fondo adulterados, por mucha sofisticación que los envuelva. Cuando "las cosas no marchen", buscaremos en ellos refugio de la realidad, entrando en una espiral decadente para espíritu (alma) y cuerpo ( carne).
El sexo debilita al varón, y más cuanto más débil sea... por edad, fragilidad o enfermedad. Las defensas bajan y es mucho más fácil "pillar" enfermedades. Si... se puede vivir tranquilamente sin sexo, el cuerpo se auto-regula y se adapta. Siempre busca el equilibrio que tantas veces le negamos.
Generalmente, y en gran parte por causa de las continuas tentaciones que la sociedad actual lanza, no solo se usa el sexo como pasatiempo placentero, sino que se tiende a abusar de él, pensando que "somos una maquina", cuando en realidad lo que estamos haciendo es pasar de vueltas el motor. Este, se adaptará, si puede, pero terminará pasando factura. Al final se convierte en una válvula de escape para echar balones fuera. Una cadena o condena invisible que nos ata, como tantas otras. Un pésimo uso de lo que se nos regaló, para un fin que no es el previsto para quien crea que Jesús dijo lo que dijo, siendo quien dijo ser. Dijo: "Si seguís mi ejemplo, conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Todo el que comete pecado, es esclavo del pecado". "El que mira a una mujer con deseo, ya ha pecado contra el Padre en su espíritu".
Inciso
Hace poco entre por curiosidad en un video de youtube muy popular donde un rabino argentino aleccionaba a su grey. Lo primero que me chocó fue leerle que Jesús era un promiscuo sexual que lanzaba miradas lascivas aquí y allá, con un gesto así o asá, levantando la ceja tres milímetros, sonrojándose levemente bajo 5 lúmenes de luz difusa y poniendo la mirada en sesgo, cuando bajaba la escalera por el quinto peldaño etc etc etc, jajajaja O sea el ladrillo o guion de una superproducción superdetallada y supersionista de Hollywood. Teniendo en cuenta que los escritos auténticos de la época son cuatro trozos de pergaminos, este amigo había localizado el Quijote en verso y en perfecto estado, y decía que estaba escondido en la biblioteca del Vaticano... que había que compadecerse de él, porque al fin y al cabo era uno de los suyos, aunque muy descarriado el pobre, etc. en fin. Y se lo creen... Evidentemente el rabino seguidor de Maimónides no se ha leído a Jesús.
O sea, que alguien que dijo "El que mira a una mujer con deseo, ya ha pecado contra el Padre en su espíritu". Se pasaba el día según el "odre viejo rabínico", talmúdico cabalístico anglosionista... echado los tejos aquí y allá a todas las que van pasando. O sea que sus fuentes secretas en perfecto estado tienen para el pueblo elegido, la raza de dios, más credibilidad que los cuatro evangelios tan archí comprobados. Esa es su tradición de padres a hijos: la venerable suma de mentiras. La que les pierde. Ya les dijo Jesús: "Sé que sois descendientes de Abraham y pretendéis matarme, porque mi palabra no cabe en vosotros. Yo digo lo que veo en el Padre, y vosotros hacéis lo que oísteis de vuestros padres." "El padre de quien vosotros procedéis es el diablo (el Lucifer masón), y queréis hacer lo que quiere vuestro padre. El fue homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando dice la mentira, habla de lo suyo, porque es mentiroso y el padre de la mentira."
Fin del inciso
El vicio sexual, la promiscuidad está directamente relacionado con el instinto animal de dominación. La fuerza bruta opuesta siempre a la fe cristiana, la fuerza de voluntad del espíritu.
Sin embargo, gracias a los aparatos sexuales que el Padre nos dio, y cuando están al servicio del amor verdadero (a su servicio), ve la luz el fruto más bello de la creación, la cosa más preciosa de este mundo, la sonrisa inocente y pura de un ser venido directamente del Padre bueno. Aún sin mancha.
 
No hay que buscar el amor. El amor surge, si es que está escrito. El amor no es la atracción animal que se pregona día y noche. La atracción animal que se predica dia y noche es el sexo promiscuo, irracional... aquello que nos acerca a los seres inferiores, que nos aleja de la trascendencia del alma. El sexo es el poder de la carne, puro materialismo. Justo lo contrario que predicó Jesús. El amor verdadero es espiritual. Quien cree las palabras de Jesús y en quien es, respetará a la mujer, no haciéndola pecar de forma animal, siquiera con una mirada. Y si empareja, tendrá hijos mediante el control de su sexo, del animal que lleva dentro, de la carne que nos ata a este mundo...; y lo hará por medios naturales, sin píldoras, sin abortos... sin matar: por amor al Padre, mediante el control de los apetitos, de la voluntad, del espíritu. La victoria del espíritu sobre la carne solo está al alcance de los elegidos, aquello que nos acerca al Padre. Por eso hay que procrear responsablemente, quien así lo crea y sea capaz. No somos perfectos, pero hay que intentarlo, creo, como si fuéramos a serlo. Espero no haber "hablado" de más, aunque supongo que lo he hecho. Que Dios me perdone. Es solo mi opinión.
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Se dijo también: Si alguno despide (deja) a su mujer (/marido), que le dé libelo de repudio (separación, divorcio). Pero Yo os digo: todo el que despide (deja) a su (marido/)mujer, excepto el caso de fornicación, hace que (él/)ella adultere, y quien se casa con (un/)una (repudiado/)repudiada (separad@), DIVORCIAD@)
 
Habéis también oído que se dijo a los antiguos: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. Pero Yo os digo: No jurar de ningún modo. Ni por el cielo, porque es trono de Dios; ni por la tierra, porque es escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es ciudad del gran rey; ni jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro un cabello. Sea, pues, vuestro lenguaje: Sí, sí; no, no. Lo que esto sobrepasa es del Malo : adultera.
 
Mi opinión: Los masones nos ha ido vendiendo (divorcio y separación ya están totalmente asumidos en todas partes, pues era `paso previo a lo que había de venir y vendrá) con el viejo Nuevo Orden Masón Anticristiano, que hacer lo contrario de lo que dijo Jesús es lo normal, y hasta necesario y conveniente. Han abundado en egoísmos personales poniendo al marido contra la mujer y al padre contra el hijo. Casi siempre nadie aguanta nada y en cuanto alguien pincha se le abandona a su suerte. Han conseguido que se pierda aquel espíritu familiar donde cada uno cede parte de su libertad y/o se sacrifica en aras de la familia.
 
El "Porque tú lo vales" comercial lo dice todo. Han hecho que las personas pierdan el respeto a sí mismas y al resto de la familia. Y una familia sin respeto mutuo, no es una familia ¿cómo van a educar los padres progres a sus hijos, si ellos mismos han sido educados sin moral, sin principios y sin compartir? (con el relativismo masón magníficamente inculcado en el lavado cerebral de cada día).
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Jesús una vez más fue diáfano, no caben relativismos. Y por si fuera poco, hay un juramento de ambos ¡¡ante el Padre!! (juramento que no deberían hacer, ni siquiera en el supuesto de cumplirse, como también apunta Jesús)
 
Estamos haciendo justo lo contrario de lo que dijo el Padre creador a través del Hijo del hombre; "porque hay que ir con los tiempos", contestan las progres. Los tiempos es el N.O. que se viene imponiendo con los abultados medios de la élite anticristiana.
 
Añade al final "sea vuestro lenguaje: sí, sí; no, no. lo que esto sobrepasa es del Malo : adultera". A mi entender esta frase tiene un peso tremendo por sí misma. Cuando damos rienda suelta al pensamiento, adulteramos contra nosotros mismo; pero cuando es la palabra que sobra, ociosa o mal intencionada, adulteramos contra los demás. Y eso es algo que me preocupa cuando escribo, pues sé que puedo hacer mucho mal; "quien mucho habla, mucho se equivoca", por eso siempre recomiendo que ante la duda lo que cuenta es el Evangelio, las palabras de Jesús. Y si están escritas en los cuatro, mejor que mejor.
 
Un cristiano debe ser parco en palabras, y pensarlas bien antes de decirlas y/o escribirlas. Pensando antes de decirlas, si pueden hacer algún mal.
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Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No resistir al malo, sino que si alguno te hiere en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Y al que quiere citarte a juicio y llevarse tu túnica, déjale también el manto. Y si alguno te requiere para una milla, ve con él dos. Da al que te pide y no rechaces al que quiere que tú le prestes.
 
Mi opinión: Esta es una de las mayores diferencias entre el "odre viejo" pseudo mosaico de los talmudistas, (que ya no daba más de sí por adulterado); y el odre nuevo del Hijo del hombre (Jesús fue "solo" hijo de mujer, aun siendo hijo "del hombre"; es decir, humano... cosas del lenguaje; y este es el mayor elogio que se puede hacer al genero femenino que, "más quisiera" el masculino... el de ser la madre del Hijo Unigénito de Dios Padre... nada puede haber que dignifique más la razón de ser de una mamá y de un ser humano).
 
El ojo por ojo, diente por diente, es contrario absolutamente al "amarás a tu prójimo" Mosaico (parte del odre viejo sin adulterar por el pegote añadido al quinto mandamiento talmúdico), y al  "presenta la otra mejilla" Evangélico (odre nuevo).
El ojo por ojo diente por diente es el odio agnóstico de Lucifer en boca de algún perdido (odio que siempre se esconde tras la venganza). No somos quien... la justicia es del Padre, el único que puede disponer de una vida humana. Por mucho que se nos retuerzan las vísceras a veces, no somos quienes. Solo el Padre es verdad; la bondad y la justicia al tiempo, inalcanzables al hombre. Solo él sabe.
 
Ante quien nos daña de algún modo, cabe dañarle, defenderse, dejarse maltratar o huir. Quizás me equivoque... porque el terreno donde piso es movedizo. Mi única certeza son las palabras de Jesús, y sin embargo... ¡Cuánto pesan las costumbres!
Quizás dejarse maltratar pasivamente, si no obedece a un fin trascendental como le ocurrió al propio Jesús o a los mártires, (pienso que bebió de ese cáliz amargo a su pesar, para demostrar al Padre que se puede ser humano y digno de la vida eterna en EL, para reivindicar lo que de bueno tenemos cuando queremos); si no tiene ese fin trascendental, no tiene sentido; pues se ama al prójimo... "como a uno mismo"... Hay que quererse y respetarse pues lo que somos, Dios nos lo ha dado; hemos de emplearlo para el bien y no malgastarlo. Así pues, hay que cuidarse de sí mismo, y cuidando de quien pretende dañarte ¡es complicado!, o no... si me retiro (la diferencia entre retirarse y huir es la actitud) pasaré por cobarde pero conseguiré ambas cosas, ni dañar, ni que me dañen... Jesús les dijo a sus apóstoles que cuando les persiguieran en una ciudad, huyeran a otra. Ahí choca la cosa con el sentir común, pues serás cobarde a los ojos de los hombres, pero serás valiente a ojos de Dios. Pero si huyes, no das ejemplo, por eso hay que evitar y/o ceder antes de huir, y si no puedes evitar ni ceder, pues "quien me negare ante los hombres yo le negaré ante mi Padre"... dar ejemplo.
 
Ni dañar, ni dejarse dañar... Si puedo evitar que me maten o maten a otro/os, quizás si esté justificado dañar disuasivamente siempre que no se mate. Quizás solo en el caso de que corra riesgo mi vida o la de otro podría emplear la fuerza, si no hay riesgo de matar.
Matar nunca, eso sí lo tengo claro... ni para salvarme, ni para salvar... aunque luche hasta el final. Evitar la confrontación si es posible es humillante pero efectivo. Si es inevitable, evitar que me dañen y evitar dañar : muy difícil.
Y en todos los casos, perdonar evitando la ira, el odio y su venganza. Pidiendo ayuda al Padre para reprimir ambas y para salir con bien de la situación si es su voluntad:
Y si la agresión no es física, obrar abiertamente, anteponiendo siempre la bondad a la justicia... porque nos es tan fácil reconocer el camino de la bondad, como difícil es seguirlo. Mientras que el de la justicia, engañoso... mezcla pasiones inconscientes e intereses conscientes; como la del Cesar. Además, si a priori, no hemos hecho nada para ser merecedores de esta vida, menos habremos hecho para disponer de la de otros. La justicia es del Padre, es el Padre.
 
Si ser cristiano no nos implica salir perdiendo en esta vida, cuando el Malo hace presa en el prójimo que se cruza en nuestro camino; talvez hay que preguntarse si algo estamos haciendo mal. Bien saben y sienten los ateos maltusiano-darwinistas que, en esta vida, prima la ley del más fuerte (física o económicamente hablando), y los más débiles llevan las de perder siempre. Sin embargo, para un cristiano, lo que en el reino animal es ley, no debiera serlo en el hombre, si se tiene por diferente... superior espiritualmente.
Los masones que viven en su satisfacción personal, pagados de sí mismos. No cabe la infantil superstición de un Arquitecto del Universo... infinitamente Bueno e infinitamente Justo, contrario, en su subconsciente, a la energía primigenia material cíclica y maquinal que les mantiene vivos. Ahí es donde humildes "profanos" demuestran fe en la otra vida; en un Padre Bueno... porque no puede ser una maquina energética carente de sentimientos la que "dé" sentimientos a seres inferiores. Un Padre cuya muestra de amor a su creación le llevó a darle la capacidad de elegir. Un Padre cuya muestra de amor, somos nosotros mismos.
En esta vida los primeros son los fuertes, y los últimos son los débiles. La ley de la selva, la ley de la carne. La de los ateos nietzscheanos.
Y para el que crea en la otra vida, la espiritual en el Padre... los débiles (que tanto desprecian los masones como Nietzsche, los talmudistas como Disraeli, los protestantes como Lutero) serán los primeros y los fuertes serán los últimos. Porque importará más la bondad que la maldad; la inocencia y la sensibilidad más que la fuerza, la ambición y la soberbia.
 
El mal y el bien es fruto del bien supremo : "Retírate, Satanás (príncipe de este mundo), porque escrito está: adorarás al Señor tu Dios y a El sólo servirás". El libre albedrio del hombre para elegir (en este mundo donde está recluido el mal) entre ambas opciones, le llevará a juzgarse a sí mismo, separándose así trigo y cizaña. Lo que el Padre quiere consigo y lo que le rechaza.
 
Ante la literalidad de la palabra de Jesús, la mayoría de los que se dicen cristianos, sienten un shock mental amnésico, que enfrenta íntimamente su realidad con la verdad "ideal". El resultado es un compromiso para salir del paso (como todo agnosticismo que se precie), un engañarse a sí mismos para sobre llevar "dignamente" la vida. Se recurre justamente a lo mismo en que cayeron los del odre viejo: al sacrificio "de turno" : misas, confesiones... palabras. Y las cosas realmente difíciles como pasar por cobarde antes de dañar o dañarse, ceder teniendo razón, perdonar, ¡amar a quien te daña!... de eso ni hablar... "que es cosa de santos", "mira los templarios", "que sería de la Iglesia si no se hubiera defendido", "en defensa propia", "esas cosas son un decir", "es simbólico", "no hay que llevar las cosas tan al extremo...",la realidad no es tan así". O no han leído el Evangelio o dan por hecho que existe un cristianismo a su medida, que es el que sigue la mayoría. Se lo han leído los domingos y no han prestado mucha atención... a esas cosas que se decían "hace tanto tiempo". En su más recóndito subconsciente saben que se están engañando (pero como Dios es bueno les salvará a pesar de todo, pensarán muchos), y se convierten en cristianos de conveniencia "que pondrían la mano en el fuego por la Iglesia y tal y tal. En el fondo no creen que el Padre sea capaz de saber cuánto hacen o piensan. A lo más. piensan que cuando ellos le convocan en sus rezos, se presentará solicito...lo dicho, les recomendaría que sacaran de contexto las palabras de Jesús y las aplicaran a su presente. Es muy fácil y muy difícil al tiempo.
 
Yo no debería ser quien para hablar, (aunque mejor que muchos y peor que otros tantos, no es razón ni consuelo) porque me conozco un poco; aunque al menos, y por eso escribo mi opinión, creo saber donde están algunas "piedras" del camino. Me siento a años luz de misioneros vocacionales, buenos y abnegados que no solo entienden el Evangelio, sino que tienen la suficiente fuerza de voluntad como para llevarlo a efecto... "deja todo y sígueme". Me conformo, como ese joven que le preguntó, con intentar cumplir los mandamientos... aunque se que cuando se va a por el aprobado, se suele suspender. Cuando se va a por el notable, se aprueba sin más. Por eso... debo pedirle ayuda al Padre para que me dé convicción y fuerza de voluntad... para no devolver el golpe (y lo que es más difícil... "ni desearlo"), y perdonar. Pedirle para que me evite si es posible esas situaciones, pero que, si llega el caso, sean como una prueba para poder demostrarLE mi profundo afecto; y que mi conducta pueda servir de ejemplo para quien pueda sacar provecho de ella, aplicándose el cuento. Por suerte, sé que estoy en la verdad (en una pequeña parte de ella gracias a Jesús), y eso es fundamental; ya que si estándolo, es difícil cumplir; cuando se duda, es casi imposible. Creo que, en situaciones límite, podemos dudar; (la prueba; Jesús, en contra de lo que dicen algunos agnosticismos, como otros dicen lo contrario, fue realmente humano en esta vida, sin dejar de ser el Mesías, el Hijo de Dios vivo; pues en el cenit de la tribulación dudó si el Padre no le habría olvidado) pero en las situaciones límite también puede pasar que saquemos lo mejor de nosotros mismos, como el ladrón arrepentido en la cruz de al lado, que encontró la fe en el último suspiro
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Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre, el del cielo, que hace salir el sol sobre malos y buenos y llueve sobre justos y pecadores. Por que, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? ¿No hacen también esto los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también esto los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como es perfecto vuestro Padre celestial.
 
Mi opinión: Aquí Jesús nos da, más que una pista, una certeza de cuando podernos considerarnos hijos de Dios Padre: “para que seáis hijos de vuestro Padre, el del cielo”. Pero Jesús dijo que él es el Hijo Unigénito (único) del Padre, que estaba desde el principio. La explicación que yo le encuentro, es que, como muchas veces sucede, las distintas lenguas no recogen términos que no se usan, ni se han planteado por simple desconocimiento.. entonces se recurre a la palabra más parecida o que se considera más adecuada.
 
Después pide que vayan más allá de “cumplir” como harían publicanos (apegados al dinero, materialistas, recaudadores) o gentiles (de otras religiones, de otros pueblos o naciones).Creo que por publicanos se refiere a las gentes que son prácticos materialistas, que no ponen afecto en sus actos. Creo que por gentiles se refiere a los otros pueblos que profesaban religiones bárbaras por comparación con la de Moisés: “amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”. Tan solo ese mandamiento ponía a los hebreos años luz de todo lo que había alrededor. “Cuando llegues a tierras que tu Señor te dará, guárdate de imitar las abominaciones que allí practican…” (Deuteronomio)
 
Los pueblos “menos barbaros” de la época eran el griego y el romano, y con todo; se caracterizaban por una crueldad extrema respecto al citado mandamiento… lo normal era ser esclavo; y a lo más que se podía aspirar, era a cierta pseudo justicia según estatus… Y de bondad o misericordia, nada de nada. Los crímenes eugenésicos y eutanásicos, tan ponderados por los nazis, eran ensalzados por Platón, Sócrates, Aristóteles, Plutarco, Seneca, etc. que pretendían como los masones actuales, ocultarlos al pueblo… Con todo, muchos estaban aceptados socialmente como la esclavitud o los sacrificios humanos. El infanticidio y la pederastia incluso se consideraban una obligación en algunos casos. Si así eran griegos y romanos, los demás eran aún peor… aún más apegados a la prehistórica animalidad.
El pueblo judío marcó la diferencia, pero no como se pretende hacer creer hoy por la secta talmúdico usurera anglo sionista. Marcó la diferencia con Moisés y la volvió a marcar con Jesús, cuando el odre viejo no daba más de sí.
 
Aquí quiero hacer un inciso. El renacimiento neoclásico del S.XVIII corta con el cristianismo románico primero y gótico después (corta con Dios Padre… con el cristianismo); y se recrea en los clásicos (griegos y romanos precristianos). Pero mientras los técnicos y artistas se recrean en la perfección técnica material, los renacentistas masones encumbran a griegos y romanos como el no va más de la civilización, cuando tan solo destacaron en avances técnicos y en ordenamiento social. Buscaban la perfección material, pero en cuanto a la limitación de la crueldad imperante, salvo por maquillarla, eran como todos los demás pueblos del pre -cristianismo. La esclavitud y el desprecio a la vida según clases solo se extirpó con la difusión de las palabras de Jesús y su ejemplo. Era algo nuevo en el Mundo… cambiar un mundo brutal y cruel por la bondad: una tarea imposible y una prueba más de la verdad de Jesús.
 
El Nuevo Orden masón que nos lleva al pre cristianismo, pretende hacerlo íntegramente: materialismo y fuerza. La misericordia y bondad por si mismas son palabras vacías para ellos, salvo como medio coyuntural. Hoy como entonces, esa crueldad precristiana se maquillada y mimetizada… se desdramatiza con los medios técnicos actuales.
 
Volviendo al divino texto, pide a los judíos que no se limiten a amar, a saludar… como hacen otros, por interés, por afinidad, por correspondencia… pide a los judíos que amen y saluden a todos para ser perfectos… a los gentiles también, echando por tierra el racismo talmúdico cabalístico: todos somos hijos del Padre Bueno, que como todo buen padre quiere que sus hijos se lleven bien, y sean buenos, como él lo es.
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