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XXI

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Id a la aldea de enfrente y encontraréis enseguida una borrica atada y un pollino con ella. Desatadlos y traédmelos. Si alguno os dijere algo, decid que el Señor tiene necesidad de ellos y los va a devolver pronto.

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Mi opinión:

Nos relata Mateo que cuando estaban próximos a Jerusalén, llegaron a Betfagé, cerca del monte de los Olivos; entonces envió Jesús a dos discípulos a por una borrica y un pollino. Esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el profeta: "Decid a la hija de Sión: he aquí que tu rey viene a ti, modesto y sentado sobre un asno, un pollino, hijo de un animal de carga".
Lo que llamó la atención de Mateo, conocedor de las antiguas Escrituras, es el cumplimiento de esa profecía en Jesús. Profecía que anunciaba (o mejor, recordaba) el verdadero sentido de la Ley, cuando ya no quedaba ni rastro de este: la humildad y servicio al prójimo, que es al Padre. Lo de menos es el animal o el hecho; lo importante es el espíritu que mueve esa actitud. Predijo que el más grande de los humanos, el Maestro predilecto; vendría en el futuro para servir desde su sencillez, como "el último de la fila"; para servir de ejemplo al género humano. Mostrando así la voluntad del Padre. No habría de venir (como esperaba y espera la élite pseudo mosaica) dominando por la fuerza del instinto, para encumbrar a unos cuantos, sometiendo hasta esclavizar al resto. Primitiva costumbre precristiana perdida en la noche de los tiempos, que persistió incluso entre los primeros creyentes, dado su entorno social; y a la que se intenta premeditadamente volver mediante el engaño: la adulteración y/o eliminación del cristianismo auténtico. Es decir, ese profeta, no solo habló del Mesías, no solo predijo que sería aclamado... predijo en que "plan" vendría: "a lomos de un animal modesto; es decir, qué tipo de salvación nos propondría... no precisamente para esta vida.
 
Lo que llamó más la atención de Pedro-Marcos y Pablo-Lucas, era mucho menos trascendental (quizás por desconocer las antiguas Escrituras), y fue el prodigio de las predicciones de Jesús, en cuanto a los hechos que iban a suceder en torno a los animales; recogiéndolo los tres. Por su parte, Pablo recordó el comentario de unos fariseos, y la respuesta de Jesús. Y Pedro se fijó en lo que hizo Jesús en Jerusalén y a su partida.
 
Israel es la hija de Sion. Y Sion es el pueblo que supo reconocer a su Padre, y fue reconocido por este "cuando niño". Tras el asesinato del Cristo, "ya no fue más suyo el pueblo" (Daniel) y en ese lugar solo queda la desolación (Rothschild y cía) hasta el Fin de los Tiempos.

Sion esta disperso en los caminos. El Mesías es el rey a quien el Padre concedió un pequeño rebaño; que le escucha y sigue la Palabra.

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Está escrito: mi casa será casa de oración y vosotros hacéis de ella cueva de ladrones.

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Mi opinión:

¿Qué es orar? Hablar con el Padre, porque intuimos que está en nuestro propio yo, cuando de corazón, deseamos que esté. Jesús... el Padre... mediante este hecho que relata Mateo, aprueba los ámbitos de reunión de creyentes (hijos bien intencionados y por tanto hermanos), para honrarle como precisa el mandamiento más importante. Es el lugar más sagrado, donde no cabe ninguna otra actividad: El templo; pero también su entorno (antesala donde se reúnen más o menos brevemente los fieles antes de entrar y después de salir; y donde, fuera de otras distracciones, debería fomentarse el dialogo y compartirse la experiencia espiritual. Para desacreditar al Cristo, los de siempre con sus inmensos medios de manipulación colectiva, critican que fue fuera del templo y no dentro, donde se produjo el hecho; pero eso es más grave si cabe, porque es poner los negocios y el engaño, es decir la tentación, al alcance de todos los que frecuentaban la Casa del Padre, para adulterar su fe, antes de la celebración o después; que sería (por destacar el hecho) como poner un bingo a el pórtico de una catedral los días de celebración a la salida de la Eucaristía.

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Ser un comerciante honrado tiene mucho mérito; y lo tiene porque es difícil serlo, ya que los negocios invitan al engaño; la tentación es constante; sobre todo en las sociedades laicas relativistas del Novus Ordo masón anticristiano de los amos (pseudo democracias temporales o eficientes dictaduras definitivas). Si de esta forma habló Jesús, es porque sabía que allí y en ese momento, aparte de usurpar el espacio reservado al Padre, se ofendía al mismo, engañando al prójimo. Jesús, el Padre, nunca habla/ba de balde.
Jesús enfadado, demostrando así su humanidad, volcó tenderetes para que prestaran atención (pues estaban absortos en sus negocios), recordándonos el deseo del Padre. Podría aplicarse así al Vaticano del masón Bergoglio y cia, sin duda, volcando los altares sincréticos donde se mezcla la velocidad con el tocino, la misericordia con la antítesis marxista de los pseudo jesuitas de la última hornada; tan blancos como sepulcros blanqueados, pero llenos de toda inmundicia, como diría asqueado, el ex-masón Jovellanos seguramente. Y que ya no se quedan a las puertas, sino que ponen la abominación de la desolación donde no debería estar. Papas corruptos ha habido a cientos, pero lo que ahora a entrado no ha sido solo un personaje siniestro, sino el Mal, el Malo; con ánimo de destruir la fe global, en culminación de un plan de siglos que el Hijo predijo.
 
En un documental aparentemente cristiano, en una cadena aparentemente católica, tachada de ultra conservadora o facha por la progresía masona, lacaya de los amos (IntereconomíaTV - el toro... Rockefeller - antítesis pseudo liberal capitalista); se afirmaba que el lugar del que echo Jesús a los usureros no era realmente el templo, sino sus aledaños (el documental trata de Jesús y de Jerusalén, y es realmente anglosionista). La escusa pasaría por anécdota de no ser, evidentemente, parte del acoso al verdadero cristianismo (desde dentro): El acoso Disraeli y su Novus Ordo Seclorum.

Son los hijos del padre de la mentira, de los que habló Jesús. La propia iglesia cristiana tras Cristo, como la religión mosaica antes de él, ha sido muchas veces en mayor o menor medida, en la forma y en el fondo; una cueva de pecadores (con preceptos de hombres, que diría el Padre) pues somos humanos, y es difícil sustraerse al entorno, al cesar de turno; a veces es simplemente imposible sin entregar esta la vida (para salvar la vida). Hoy ya nos llevamos la palma, y todo apunta (como nos adelantó el Cristo) a que nos iremos superando a marchas forzadas. La iglesia auténtica, al abrigo de la de cartón piedra, subyace entre los humildes que oyen, sienten y cumplen la Palabra (cada vez más confusos); como también los hubo, entre quienes buscaron la verdad en ese intervalo confuso (colmado de batallitas y banalidades adulteradoras) que precedió al Mesías; y de entre ellos, los verdaderos obreros de la mies (cada vez más perseguidos).
 
Del el Evangelio, de las palabras de Jesús, confirmamos que está bien la reunión en un lugar: el Templo, y su entorno de acceso (dedicado al Creador y para recordar al Maestro en la Eucaristía, como nos pidió). Nada habló de otras obligaciones rituales, o sea, de tradiciones a perpetuar (sacrificios). El templo es para el Padre, no para el santo/a de tal o de cual… ni siquiera para Jesús. El Templo era y es la casa del Padre nuestro, para honrarle y recordarle a EL, como sin duda nos diría el Hijo predilecto. Y el Padre, no tiene cara, aunque podemos buscar su espíritu tras la mirada del Hijo, porque el Espíritu (por supuesto, santo - perfecto) del Padre, siempre está en el Hijo (y el que ha visto al Hijo, ha visto al Padre): la imagen, la talla del Hijo si representa lo que el Padre desea que recordemos, pues sabemos que el quiere ser visto así. La gente necesita estatuas, caras que recordar, que mirar, que besar: figuritas y amuletos: cascaras huecas de la verdad; porque si no, tenemos la impresión de no hacer nada, de malgastar el tiempo; como si fuéramos a hacer méritos por hacer eso: Craso error. Lo que cuenta no se puede ver ni escuchar, ni esculpir, ni llevar, pues se trata de la Palabra; primero de leerla, después de pensarla, más tarde de recordarla y siempre, de practicarla. El resto son cuento chinos. El Hijo se hartó de decirnos que es al Padre a quien debemos todo, al que hay que querer sobre todo y al que hay que pedir, que orar (como el mismo hace constantemente y aconsejaba hacer); y siempre antes que en ningún templo, en nuestro interior, como hizo entre los olivos.

Ofende al Padre tanta beatería de muertos a los que llamamos santos (cuando solo Uno es el santo); olvidándonos continuamente de EL (hasta ponerle pronombre "personal" resulta irrisorio, por la magnitud que intentamos abarcar). Aunque algunos humanos merezcan ser recordados, es un error dedicar tallas y todo tipo de amuletos (cuanto más la propia casa del Padre o partes de la misma); Cristo incluido (como nos diría el propio Hijo). Es la cultura cristiana (pseudo cristiana), acumuladora de tra(d)iciones mundanas (como antes la mosaica); imperante cada vez más, que no la Fe Cristiana.


Resulta difícil orar, querer a una abstracción (sin cara ni cuerpo) y más aún tal calibre; que algunos sabemos verdadera; de hecho le llamamos Padre para acercarnos a Dios, humanizándolo. Es el Padre, por que nos dio esta vida. Lo conocemos por lo que nos contó el Cristo, que nunca miente, y lo conoce. Sabemos por él que nos quiere, y que hasta nuestros cabellos tiene contados. El Padre, el Todo, (porque solo EL ES) quiso acercarse a nosotros (no a los perros ni a los gatos), y para ello creo al Hijo predilecto, en quien se complació, para poder estar entre nosotros y dejarnos su mensaje, su deseo: la Palabra (porque para compréndela, hay que ser humano y desear hacerlo). Por eso la salvación viene de los judíos (de algún pueblo/tribu tenía que ser), porque de su sangre es el Mesías: a la salvación se llega mediante la Palabra, y esa salvación consiste en permanecer en el Padre tras esta vida, eternamente. Hemos de buscar al Padre en nosotros mismos antes que en el Templo, y compartirlo con quienes también lo busquen sinceramente.

 

El Hijo del hombre es la cara con la que el Padre quiere mostrarse, acercarse al humano que le busca; pero Dios no es el Hijo; no es solo el Hijo, ni es solo una zarza ardiente y parlante, ni una nube sobre una montaña; es infinitamente más. Es infinitamente más que cualquier cosa o la suma de todas las/sus cosas. Su espíritu (santo) está en todas las cosas que suman.

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¿No habéis leído nunca que de la boca de los pequeñitos y niños de pecho te has hecho alabar?

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Mi opinión:

El salmo 8 de David profetiza:
"¡Señor, dueño nuestro, cuán admirable es tu nombre en toda la tierra, pues ensalzaste tu majestad sobre los cielos!
De la boca de infantes y lactantes preparaste alabanza contra tus adversarios, para refrenar al enemigo y al rebelde.
Cuando miro los cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que Tú formaste, digo:¿Qué es el hombre, que te acuerdas de él, o el hijo del hombre, que cuidas de él?"
 
Mateo recuerda: Se acercaron al templo unos ciegos y cojos y Jesús los curó. Cuándo los príncipes de los sacerdotes y los escribas vieron los milagros que hacía, y que los niños gritaban en el templo diciendo: "Hosanna al hijo de David", se enfadaron, y le dijeron: "¿No oyes lo que dicen?"; Jesús les contestó: "¿No habéis leído que de la boca de los pequeñitos y niños de pecho te has hecho alabar?". Después los dejó y salió fuera de la ciudad, para Betania, donde pasó la noche.
 
Jesús recordó a aquella élite, y nos recuerda ahora, la profecía recogida en los Salmos de David. El Padre preparó para el Cristo esa alabanza por parte de los más puros e inocentes para que todo se fuera cumpliendo; de los más limpios de espíritu; para poner en evidencia a los hijos del padre de la mentira: los príncipes de los sacerdotes y los escribas, que constituían la élite pseudo mosaica de turno; responsables de engañarse y engañar (ciegos que guían a otros ciegos), de la muerte del Mesías y de la persecución incansable y a muerte de los verdaderos cristianos hasta el Fin de los Tiempos; de la Palabra (del Padre): del Padre; de la Verdad y la Vida.
Al referirse a ese pasaje de los Salmos Jesús, lo autentifica, y le da validez. Forma parte de la aguja oculta en el pajar del odre viejo.
 
Marcos y Lucas por su parte, vuelven a quedarse en un plano más superficial, quizás por desconocimiento de los Salmos, quizás por no haber presenciado Pedro y Pablo la escena de los niños en el templo, quizás por haber dejado pasar demasiado tiempo ambos hasta encontrar a quienes escribieran sus testimonios.

Así, Marcos resume: Los que iban delante y detrás le alababan. Entró en el templo de Jerusalén, examinándolo todo; y como era tarde, salió hacia Betania con los Doce.

Y Lucas por su parte: Le alababan por los milagros que habían visto. Algunos fariseos de entre la turba se lo reprocharon, y Jesús les respondió que, si los que le alababan callasen, gritarían las piedras. Hecho que sucedió en la entrada triunfal, en medio de la turba, a lomos del pollino, pero no son las mismas alabanzas de los niños, ya en el templo, tras echar a los usureros y curar a ciegos y cojos, tal como relata el minucioso Mateo. Gracias Padre por dejarnos el testimonio de Mateo.

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¡Nunca jamás lleves fruto!

 

En verdad os digo que, si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino aun si decís a este monte quítate y échate en el mar, lo lograréis. Cualquier cosa que pidáis con fe en la oración, la obtendréis.

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Mi opinión:

¿Qué es la fe?; dice Jesús "no soy yo, es mi Padre el que obra"... es el que seca una higuera de un día para otro, el que mueve montañas, el que multiplica peces y panes, el que resucita a un muerto; pero, "el truco" no es volverse bueno de repente y orar cuando llega la necesidad; con el Padre no valen trampas; se debe responder de una trayectoria pasada y de una voluntad futura. No basta con tener fe; con repetirnos mil veces que creemos en el Padre. Por el Hijo sabemos lo que desea; "yo hago siempre lo que le agrada"... y así, sí; así moverá montañas.

Querer bien a los hermanos que nos odian, está al alcance de muy pocos, y estos, seguramente, no suelen pedir muchos milagros al Padre para esta vida; si los piden, antes será por la Salvación que por la salvación de otros y de si. Aquí, hay unas reglas para todos, y por simple razón de justicia, muy justificado tiene que estar un “milagro” para poner a unos sobre otros. Solo el Padre sabe cuándo está justificado: “dichosos los que crean sin ver”... sin necesidad  de milagros. Si el Padre obra una excepción, aunque aparentemente tenga una cara vista material, esa será la punta del iceberg, porque tendrá un fondo oculto, espiritual, infinitamente más importante. En este ejemplo, la higuera era lo de menos; lo importante era mostrar la fuerza que otorga el Padre a quienes hacen "lo que le agrada". La higuera debe dar fruto, el cristiano debe ser bueno consigo mismo, con sus hermanos y con el Padre. Pero no es obedecer por miedo; no se trata de ser bueno con el resto por conseguir un premio y evitar un castigo; sino que hay que estar en la seguridad de estar en lo cierto, en la Verdad; que es lo que el Mesías intentó por todos los medios hacernos comprender. Es imposible adulterar un mensaje tan simple: desear querer hasta a tus enemigos (y especialmente a estos) ... incluso sabiendo que ellos se aprovecharán de ello, más que a menudo; en tu contra aquí (pero a tu favor allá, en la Vida).
Cuando se hace la voluntad del Padre, ni siquiera sería preciso pedir nada, pues EL nos conoce mejor que nosotros; pero no está demás hacerlo, porque muchas veces no somos capaces de ver la viga en nuestro propio ojo.
 
Sinceramente creo que no se ha inventado ni se inventará nunca nada tan sublime, y tan opuesto al naturalismo del Novus Ordo Seclorum de los labradores arrendatarios asesinos de turno, como la fe cristiana; no es por casualidad. Tanto es así que, incluso arrancada de la trascendencia divina, debería ser modelo de perfección de ateos (no atados por obediencias varias). Y por supuesto, ninguna otra hipótesis sería digna del Padre como lo es querer al prójimo como a uno mismo; a todo el prójimo. Porque lo que nos hace iguales es la conciencia de serlo, de ser hermanos. Y por supuesto a nuestro Padre Creador, sobre todas las cosas; porque no solo nos dio una vida que no hemos ganado, sino que, por su rango superior, nos permite aspirar a la Verdad.

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También yo os voy a hacer una pregunta, y si me la contestáis, os diré yo con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era, del cielo o de los hombres?
 
Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.

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Mi opinión (sobre la discusión en el templo):


Según Lucas20 - Uno de los días que enseñaba al pueblo y anunciaba la buena nueva, se presentaron los príncipes de los sacerdotes y los escribas juntamente con los ancianos, y le dijeron: "Dinos, ¿con qué autoridad haces esto y quien te ha dado este poder?". Les respondió: "También yo os voy a preguntar una cosa; decidme ¿el bautismo de Juan era del cielo o de los hombres?" Ellos pensaban para sus adentros: "si decimos del cielo, dirá ¿pues por qué no lo creísteis? Y si decimos de los hombres, el pueblo entero nos apedreará; porque está persuadido de que Juan era profeta". Contestaron, pues, que no sabían de dónde era. Y Jesús les dijo: "Ni yo os digo con que autoridad hago esto".


Marcos11 - Vienen de nuevo a Jerusalén. Y cuando paseaba en el templo se acercaron a él los príncipes de los sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le dijeron: "Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado tal facultad para hacer estas cosas? Jesús les respondió: "Yo os voy a preguntar una cosa. Respondedme y os diré con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Contestadme". Ellos reflexionaban interiormente y se decían: "Si decimos del cielo, dirá: ¿por qué no creísteis en él? Pero ¿vamos a decir de los hombres?" Temían al pueblo, porque todos tenían a Juan verdaderamente como profeta. Respondieron, pues, a Jesús: "No lo sabemos". Y Jesús les dijo: "Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto".


Mateo 21 - Llego al templo y cuando estaba enseñando, se le acercaron los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo y le dijeron: "¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado este poder?" Respondióles Jesús: "También yo os voy a hacer una pregunta, y si me la contestáis, os diré yo con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan, de donde era, ¿del cielo o de los hombres?" Ellos pensaban para sus adentros: "Si decimos del cielo, nos dirá: ¿Pues por qué no le creísteis? Y si decimos de los hombres, hemos de temer al pueblo, ya que todos tienen a Juan como profeta". Respondieron y dijeron a Jesús: "No sabemos". Díjoles él a su vez: "Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto".
 
En este caso los hechos se relatan concisamente y de forma muy parecida en los tres evangelios. Es probable que Pedro, Pablo y Mateo fueran testigos directos del hecho. Marcos(Pedro), no menciona a los escribas; Lucas(Pablo) y Mateo, sí; y dado que Mateo era minucioso, es de suponer que los escribas si estaban. Sin embargo, Marcos(Pedro) al igual que Mateo, hablan del milagro de la higuera (previo al asunto del templo); no así Lucas, quizás por olvido de Pablo, quizás porque no estuvo presente en esa ocasión.
 
Los príncipes de los sacerdotes, los escribas, los ancianos... la élite talmúdica de turno deseaba terminar con Jesús cuanto antes, y buscaban pruebas ante testigos; que mejor lugar que el templo; así que le tendieron esa trampa para acusarle de blasfemia. Jesús sabía que aún no había llegado el momento en que debían prenderle (que sería en el huerto de los olivos tras la última cena y la traición de Judas); y para que todo se cumpliera, les puso en ese dilema en aquel momento, porque conocía su respuesta y lo que sucedería después.
Si le respondían que el bautismo de Juan venía del cielo (que quería decir que Juan era en verdad un profeta enviado del Padre)... entonces, con esa autoridad predicaba en el templo Jesús, pues Juan le reconoció ante todos como el Mesías. Así que esa respuesta no les valía para condenarle, antes al contrario, serviría para encumbrarle (callaron aun a sabiendas de que era la respuesta correcta). Si respondían que el bautismo de Juan venía de los hombres (quería decir que Juan era otro charlatán), se enfrentaban al pueblo, que tenía a Juan por profeta reconocido (y se enfrentaban por su interés a su propia convicción). Así que no podían responder a Jesús, pero Jesús, aún sin responderles, sí les respondió: la respuesta estaba en su pregunta; pues sabían que Juan era profeta, y así lo sentían (ni Juan, ni ningún humano, tiene autoridad para autorizar a Jesús; pero bastó con reconocerle ante todos cuando se encontraron). El bautismo de Juan era del cielo, y por tanto, Jesús era... es; el elegido (y bien que lo sabía Juan el Bautista, el mejor nacido de mujer; pues el Hijo de humano (que eso dijo), es caso aparte de cualquier otro.

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¿Qué os parece a vosotros? Un padre tenía dos hijos. Dirigiéndose al primero, le dijo: Hijo, ve y trabaja hoy en la viña. El respondió: Voy señor. Pero no fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo. Y él le respondió: No quiero. Después se arrepintió y fue. ¿Quién de los dos hizo la voluntad del padre?
 
En verdad os digo que los publicanos y las meretrices os ganan en el reino de Dios. Porque vino Juan por el camino de la justicia y no le creísteis. Mas los publicanos y las meretrices le creyeron. Vosotros visteis y no os convertisteis ni le disteis fe.

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Mi opinión:

Muchos humanos no conocen la Verdad que, Jesús dijo (a la samaritana), viene de los judíos (es decir, de El, del Mesías). Ellos (gentiles como la samaritana; todo aquel que desconoce la Palabra aún) no tienen pecado al negar la Verdad: “Si fueseis ciegos, no tendríais pecado…”. Pero para los que pretenden ver, honrando en falso (adulterando) al Padre verdadero; para los que pretenden estar en la verdad y la niegan; Jesús añadió: “ahora decís: vemos. Vuestro pecado permanece”, pues mienten y se engañan a sabiendas. Y abundará en ello: “Quien blasfeme contra el espíritu santo (del Padre); es decir, a quien blasfeme contra el Padre... no se le perdonará”. Es decir, todo aquel que atribuya a Satanás, al Mal; las obras del Padre Bueno o al Padre las obras del Malo. Todo lo que no es del Padre es del Príncipe "encargado" de este Mundo, porque “el que no está conmigo, está contra mí”. Hay dos conjuntos disjuntos, y elementos dispersos que no han sido recogidos, pues la mies es mucha y los trabajadores (del bien), pocos.
 
Quien vive en el error sin transmitirlo, sin duda, hace mucho menos mal que aquel que escandaliza a otros. Y a cuantos más escandalice, desvíe (de la salvación, de la trascendencia en el Creador); peor. Los antiguos príncipes de los sacerdotes, escribas y fariseos; y sus equivalentes actuales (la Elite de turno; hoy Talmúdico Usurera Anglo Sionista, con sus lacayos de las antítesis masonas: "los que no vienen a la luz para que no sean criticadas sus obras"; el mal) acaparan aquí el poder… pero también la inmensa responsabilidad de deshonrar al Padre: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! No entráis vosotros y a los que intentan entrar no los dejáis entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que corréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y, cuando lo tenéis, lo hacéis hijo del infierno, doblemente peor que vosotros!”. En el otro bando, los trabajadores (conscientes o no de serlo), son legión.


Es un error ancestral de los pseudo mosaicos: “Yo digo lo que veo en el Padre, y vosotros hacéis lo que oísteis de vuestro(s) padre(s)”; expresión valida en ambos sentidos: su padre Satanás, y sus ascendientes; con sus equivocaciones acumuladas. En la arraigada y adulterada super tradición judía, y en la incipiente tradición pseudo cristiana basada en el sacrificio. El error que tras el Cristo se vuelve intolerable, por el escaso tiempo transcurrido y por la claridad del Mensaje. Pero, por un oído me entra y por el otro me sale; y no solo voy a desobedecerte, sino que además voy a mentir en tu nombre… para que los demás (mis hermanos) te sean hostiles: o no creen, que es lo más probable; o están locos desafiando al Poder. ¿Cómo va a querer el Creador una creación así? Somos pensamientos del Padre, y es todo armonía en EL; los exabruptos están de más. El Poder filtra lo que le sobra, se purifica y trasciende.
 
Ayer, como hoy; son los más humildes, los más marginados, olvidados… los que menos tienen que perder aquí; los que más fácilmente se acercan a la Verdad: no les atan las tradiciones ni las convenciones; los preceptos de "hombres", de humanos. Son menos libres materialmente, pero más libres de espíritu; es decir, más libres, punto. Porque el Padre muchas veces les ha concedido esa sensibilidad que da la necesidad y el sufrimiento: la empatía con el prójimo; con sus hermanos cristianos, cuando lo son. Esa sensibilidad se puede transformar en odio, si han sido captados por el mal; o en amor si han sido recogidos para la Verdad.
A lo largo de esta vida se producen situaciones que muchas veces llevan al odio (así el odio sembrado en la escoria Disraeli-Rothschild, más útil para el cesar, antes que las bombas). Pero otras veces (cuando arraiga la Palabra del Evangelio), llevan al pueblo llano, a los humildes y marginados (publicanos y meretrices) hacia el Hijo, hacia el Padre. El Bautista les predicaba así en el desierto, recogiendo esa mies. Pero los que no escuchaban al Bautista; los que no escuchan a los bautistas; suelen gozar de comodidades, poder y la gloria aquí; su razón niega al corazón; y su conveniencia a la conciencia; y terminan por elegir esta vida (los que la salven), a la Vida (la perderán).


Insospechadamente, el “ladrón bueno”, rebelde indolente; en un gesto espontáneo, en un acto de contrición y ya con un pie fuera de este mundo; va y da un vuelco a su vida, ganando la Otra. Así dicen que le pasó al “anti-Cristo” Voltaire (ratificado de su puño y letra). Y no serán pocos seguramente (pasando por la adultera: ve y no peques más).

 

Si es malo prometer sin cumplir; dejarlo todo premeditadamente a la suerte final, es engañarse. Cumplir sin prometer, es la historia del hijo pródigo; es encontrar al Padre finalmente, tras buscar la verdad después de muchos desengaños o de uno solo (y, ojo, perseverar en ella).

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Oíd otra parábola: Era un propietario que había plantado una viña. Le puso una cerca, excavó en ella un lagar, levantó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó al extranjero. Cuando llegó el tiempo de los frutos envió a sus siervos a los labradores para tomar sus frutos. Los labradores cogieron a los siervos; a uno lo golpearon, a otro lo mataron, a otro lo apedrearon. Envía por segunda vez a otros siervos más numerosos que los primeros. Y les hicieron los mismo. Por fin les envió a su hijo pensando: A mi hijo lo respetarán. Los labradores cuando vieron al hijo se dijeron: Este es el heredero; vamos a matarlo y a quedarnos con su herencia. Lo cogieron, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el amo de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?
 
¿No habéis leído nunca en la Escritura: Por esto os digo que el reino de Dios se os va a quitar a vosotros para darse a un pueblo que entregue sus frutos?. Todo el que caiga sobre esta piedra se estrellará, y sobre quien ella caiga, lo aplastará.
 
La piedra que rechazaron los que edificaban, vino a ser la piedra angular.

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Mi opinión:

Esta parábola concretamente es, a mi juicio, espectacular a día de hoy, vista con perspectiva; porque explica toda la historia del mundo antes y después de la venida y marcha del Salvador. Hace que coincidan acontecimientos y se posicionen personajes, como si del más complicado y milimétrico rompecabezas se tratase. Cuesta creer que ante tamaña claridad cualquier cristiano, que sepa leer (y piense en ello) pueda no comprender quienes están casi siempre detrás de tanta maldad anticristiana; o sea, detrás de tanta maldad, punto. Atando cabos vemos quienes controlan y para que, los medios de enseñanza y comunicación de masas; quienes vienen controlando toda forma de poder (ya incluso empiezan a jactarse de ello conscientes de su impunidad), quedando pendiente el auto desenmascaramiento final, cuando ya no teman ni siquiera a la suma furiosa de sus engañadas y parceladas masas odiadoras. Hasta entonces, todo seguirá empujando en el mismo sentido; pero recientemente, de una forma enloquecida. Si ya Henrry Ford (antes de su "inexplicable" reconversión forzosa "tipo Benedicto"), acusaba sin tapujos de las contiendas mundiales y demás desmanes globales, a los mismos (pero confundiendo como todos, ingenuamente, al pueblo judío con su élite sionista), ahora, tomado el propio Vaticano por la logia de los lacayos masones (ateos Disraeli), solo resta someterse al cesar (pero sin renunciar a lo que es de Dios, en el momento decisivo) y esperar el día en que debamos dar testimonio de fe ante el verdugo.

Tras preguntarle con que autoridad predicaba en el templo... y tras negarse Jesús a contestar a los príncipes de los sacerdotes, a los escribas y a los ancianos, para no caer en su encerrona en aquel momento prematuro; pronunció la parábola de los renteros homicidas. Así lo recuerdan Pedro, Pablo y Mateo

 

Marcos 12. (Pedro) - Y comenzó a hablarles en parábolas: "Un hombre plantó una viña. Le puso una cerca, excavó un lagar y levantó una torre. La arrendó a unos labradores y se marchó al extranjero. A su tiempo envió a los labradores un siervo para que le entregasen los frutos de la viña. Ellos lo cogieron, lo azotaron y lo remitieron sin nada. Por segunda vez les envió otro siervo. A este lo golpearon en la cabeza y lo deshonraron. Les envió otro, y a este lo mataron. Después, otros muchos. A unos azotaron y a otros mataron. Tenía todavía uno: el hijo querido. Se lo envió el último, pensando: respetarán a mi hijo. Pero los labradores se dijeron: éste es el heredero, vamos a matarlo y la herencia será nuestra. Lo cogieron, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará el amo de la viña? Irá, matará los labradores y dará la viña a otros.
¿No habéis leído este texto?: La piedra que rechazaron los que edificaban, vino a ser la piedra angular. Esto ha sido obra del Señor, admirable a nuestros ojos.
Y querían prenderlo, pero temían al pueblo. Porque sabían que había dicho la parábola por ellos. Lo dejaron y se marcharon.
 
Lucas 20. (Pablo) - Comenzó a contar esta parábola al pueblo: "Un hombre plantó una viña y la arrendó a unos labradores y se fue al extranjero por bastante tiempo. A su tiempo envió a los labradores un siervo para que le diesen el fruto de la viña. Los labradores le azotaron y le remitieron sin nada. Volvió a enviar otro siervo. Ellos azotaron también a este, lo deshonraron y remitieron sin nada. Volvió a enviar un tercero. Pero ellos lo hirieron y lo despacharon. Entonces dijo el señor de la viña: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo querido. Tal vez a él lo respeten. Cuando lo vieron los labradores, pensaron, y dijeron entre sí: Este es el heredero. Matémoslo, para que la herencia sea nuestra. Lo echaron fuera de la viña y lo mataron. ¿Qué hará, pues, con ellos el amo de la viña? Irá y matará a estos labradores y dará la viña a otros.
"Cuando lo oyeron, dijeron: "De ninguna manera."
Pero él, mirándolos, dijo: "¿Qué significa entonces lo que está escrito?: La piedra que rechazaron los que edificaban vino a ser la piedra angular. Y todo el que caiga contra esta piedra se estrellará, y sobre el que ella cayere, lo aplastará."
Los príncipes de los sacerdotes y los escribas querían echarle mano en aquella ocasión, pero temían al pueblo. Porque sabían que había dicho esta parábola por ellos.
 
Mateo 21. - Oíd otra parábola: "Era un propietario (el Padre) que había plantado una viña (la Creación que vemos). Le puso una cerca, excavó en ella un lagar, levantó una torre, la arrendó a unos labradores (el pueblo elegido para guiar a los otros pueblos) y se marchó al extranjero (los dejo solos en su creación, a cargo de lo creado). Cuando llegó el tiempo de los frutos envió a sus siervos (profetas que vieron la adulteración reinante y advirtieron del disgusto del Padre/patrón) a los labradores para tomar sus frutos (pero en lugar de grano, habían sembrado, y siguen sembrando, cizaña para el Malo). Los labradores cogieron a los siervos (que les recriminaban): a uno lo golpearon, a otro lo mataron, a otro lo apedrearon. Envía por segunda vez otros siervos más numerosos que los primeros. Y les hicieron lo mismo. Por fin les envió a su hijo (el propio Mesías que narra la parábola), pensando: A mi hijo lo respetarán. Los labradores, cuando vieron al hijo se dijeron: Este es el heredero; vamos a matarlo y a quedarnos con su herencia. Lo cogieron, lo echaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el amo de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?"
Dícenle: "Los matará cruelmente, como a malos, y arrendará la viña a otros labradores, que le den los frutos a su tiempo."
Jesús les responde: "No habéis leído nunca en la Escritura: Por esto os digo que el reino de Dios se os va a quitar a vosotros para darse a un pueblo que entregue sus frutos (no los sacrificios, ni promesas de misericordia impuestas por la fuerza; no los frutos del odio, sino los frutos de sembrar misericordia inmediata y espontánea entre hermanos). Todo el que caiga sobre esta piedra se estrellará; y sobre quien ella caiga, lo aplastará."
Los príncipes de los sacerdotes y los fariseos, que oyeron sus parábolas, conocieron que se refería a ellos; y, aunque deseaban prenderlo, temían al pueblo, que lo tenía por un profeta.

 
Tras leer a los tres evangelistas, me llama la atención como Pablo recuerda que, la élite de turno, pseudo mosaica que le escuchaba entre el gentío (y que buscaba incriminarle y condenarle), negó a coro, cuando Jesús aseguró que el propietario daba la viña (el liderazgo y guía de los elegidos) a otro pueblo (al de los invitados de los caminos): ¡de ninguna manera!, saltaron, dándose por aludidos (al ver amenazado su predominio). La viña de los elegidos dejó de estar en manos de los homicidas, y su muerte vendrá tras la muerte.

Así saltó a veces, igualmente, la iglesia pseudo cristiana "oficial" (y que decir de las otras excrecencias podridas de origen) de cartón piedra (cuando vio amenazado su poder terrenal); hoy, descabezada, solo es otra secta protestante más en su desgobierno, cual si de otro estado marioneta se tratase. Pero, la Iglesia cristiana del Evangelio, la de Pedro (el otro pueblo que sí da frutos), de almas anónimas, sin muros, ni más límites que los del la propia conciencia colectiva; el pequeño rebaño que el Padre entregó al Hijo... los que saben ver y escuchar la Palabra del Padre; son la piedra inquebrantable, que estará allí donde se reúnan dos con el Hijo; los que saben morir para ganar la Vida. En atención a aquellos pocos elegidos que perseveren en un océano de maldad (en el que terminará por convertirse todo; y lleva camino sin freno), se abreviará la Gran Tribulación (está anunciado nada menos que por el mismísimo Padre, vía Mesías).

Si este masón de Bergoglio y su logia de lacayos de la élite de turno no es la abominación de la desolación donde no debería estar, le debe quedar muy poco. La alta jerarquía vaticana adulterada hasta sus cimientos, tomada por el mal: "No llaméis a nadie Padre vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre". No os llaméis directores, porque uno solo es vuestro director: Cristo" (eso va por el clero de cualquier pelaje); no es mayor el maestro que el discípulo; todo esta en el evangelio y es sencillo de entender lo más importante, con creces; está dicho para simples. Solo el Padre es bueno, solo EL es santo (su mención y su memoria).
 
Los homínidos eran antepasados de los humanos; procedían de Africa, donde evolucionaron desde el mono. El humanoide torno en humano por la gracia del Padre (quienes escribieron las antiguas escrituras, muchas veces no comprendían y simplificaban al describirlas, tal como las sentían, como si de un cuento se tratara), cuando le permitió superar el escalón abismal evolutivo que le permitía elegir entre el camino ancho del instinto bestial precedente, y el sendero zigzagueante de la misericordia entre iguales; gracias al libre albedrío que el Padre otorgó a su semejanza; y que nos hace realmente libres. Algunos de aquellos primeros seres afortunados agradaron por su elección, al Padre: eligieron el sendero... ya no eran bestias; se reconocían a si mismos, y en si mismos al Padre. Desde Abraham "la salvación viene de los judíos"; de ellos nacería el Predilecto. Aquellos fueron los primeros que dieron frutos al Padre. Esa tribu debía ser el pueblo que guiase al resto lejos del instinto primario, excluyente, destructor, arrastrado desde el profundo pozo de la evolución.
Pero con el paso de los siglos y el roce con culturas, cuya elección fue la contraria; culturas de pueblos dominantes (pues "militarmente" la misericordia caerá aquí siempre ante el odio); el pueblo elegido, guiado por su élite de turno, buscó el predominio para defenderse, perdiendo el sendero. Sintiéndose solos volvieron al camino ancho; se desprendieron de todo impedimento que les restara poder terrenal, renunciando a su contrato: la elección de Abraham. El pueblo que les siguió (ciegos guiados por otros ciegos), antaño elegido, es culpable de dejarse llevar (engañar), por los que dicen representarles y dirigirles (ayer y hoy). La ruptura fue definitiva y fatal cuando asesinaron (unos por acción y otros por omisión) a su Mesías (que pasó a ser el de todos los hombres de buena voluntad), como ya había profetizado Daniel: al asesinar al Elegido... "ya no fue más suyo el pueblo". Aquellos invitados (el pueblo elegido) ya no acudirían (por su propia decisión) al convite; los invitados restantes habrían de buscarse por los rincones de la historia.
La fricción entre aquel pueblo sano de Abraham y sus crueles vecinos podridos, terminó por pasarle factura al pueblo elegido, como ya empezó a quedar patente en la orgía pecaminosa montada en torno al becerro de oro (que no es otra cosa que la representación del Malo, Baal, Belcebú, el príncipe encargado, etc.), vinculada a los sacrificios humanos; mientras Moisés buscaba al Padre en soledad de su conciencia. Durante generaciones fueron creando/imaginando un dios a su medida y conveniencia, que terminaría afirmándose vengativo y jactancioso; reflejo de sus corrompidas conciencias y de una sociedad del "ojo por ojo", rendida al sacrificio; muy alejada de la misericordia. Y "a unos les golpearon, a otros los mataron"... como al Bautista. Desean hacer y deshacer en la viña del Padre, en esta vida; entregando los frutos al padre de la mentira; que les ofrece vivir el momento: carpe diem; o más castizamente "a vivir que son dos días"; y "más vale pájaro en mano que ciento volando"; pues realmente, pese a todas sus tradiciones, no creen sino en ellos mismos, en su instinto de predominio primario presente.

El verdadero cristianismo, a diferencia del resto de creencias, en último término, es y será siempre incompatible con el cesar de turno. Quien ostente la fuerza aquí, el poder, sin un freno moral cristiano profundo y sincero, no consentirá perderlo ni compartirlo; y menos aún, entregarlo al Padre, a sus deseos transmitidos por el verdadero cristianismo; por eso, incluso cuando aparentemente eran los cristianos los que dominaban, era a costa, como siempre, de adulterar el Mensaje en mayor o menor medida; de ocultar la Verdad con una máscara conveniente. Sin duda ha habido casos en que se ha intentado, pero los labradores asesinos de turno siempre terminan adulterado el mensaje, o sea, los deseos "del propietario", con independencia del momento y del lugar. A los arrendatarios asesinos de turno lo que es de ellos; y a Dios lo que es de Dios. ¿Y qué es de Dios? hasta el aire que respiramos o la vida que vivimos; cesar incluido. La Agenda 2030 y su viejo Novus Ordo anticristiano es lo que tendremos que rechazar más temprano que tarde, por lo que se ve.

Con unos atacando directamente el mensaje y otros suplantándolo; queda muy poco margen para los que pueden ver el bosque por entre las ramas. Jesús confirma esa parte de las Antiguas Escrituras: "Por esto os digo que el reino de Dios se os va a quitar a vosotros para darse a un pueblo que entregue sus frutos". Jesús confirma que la guía y dirección que el Padre dio a las élites mosaicas, por su mala fe, pasará a otro pueblo que le entregue sus frutos: aquellos que están por servir a sus hermanos, y no para servirse de ellos. A partir de estas palabras, quienes dan crédito al Cristo; quienes dan fruto, son la piedra previamente desechada, con la que no se contaba de partida; la fe con la que se estrellarán todos los que la ataquen.

Una Iglesia compuesta por una minoría silenciosa de gentes anónimas, serviciales, bondadosas, humildes, mansas. Gente común, simples, desahuciados, marginados y oprimidos de buen corazón que, pese a los reveses de esta vida saben elegir y no se dejan engañar ni doblegar; perseveran con fe hasta el final... (y no como las élites eclesiásticas; aunque también habrá casos buenos y/o acertados entre ellas). Corazones limpios a los que llegó el mensaje del Padre pese a las masificadas adulteraciones del entorno pseudo mosaico o pseudo cristiano; y ramificaciones. El corazón de las gentes, la misericordia, se ira enfriando, pero en medio del desanimo seguirán surgiendo hijos desobedientes y rebeldes; que dirán, no lo haré; y al final, lo harán (el bien); como el ladrón arrepentido en la cruz junto a Jesús. “Muchos vendrán del este y del oeste y se sentarán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos”, como el centurión o la samaritana (invitados dispersos de pueblos nuevos, junto a aquellos primeros del pueblo elegido, que sí sirvieron).
Una cosa es el pueblo judío y otra, su clase dirigente político-religiosa: la sinagoga (hoy llamada sionista) de satanás; los hijos de la mentira, culpables de desviar al pueblo elegido hasta el punto de malograr esa elección, nada menos que asesinando al hijo del Propietario de la viña. Llevando a la mayoría de judíos (y a los que no son judíos también... vía Protocolos, Novus Ordo Seclorum) por el mal camino; el ancho, el fácil; durante tanto tiempo y hasta el Fin de los Tiempos. El pueblo judío del Cristo, antaño elegido, fue y es la primera y la mayor víctima de su élite dirigente político-religiosa... de turno: los labradores arrendatarios asesinos, que se resisen a dejar la viña del Señor inútilmente, pues la viña que realmente trabajan es en la del Diablo.


 

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