top of page

XI

​

​

Id y anunciad a Juan las cosas que oís y veis. Lo ciegos recobran la vista y los cojos andan. Los leprosos quedan limpios y los sordos oyen. Los muertos resucitan y los pobres son evangelizados. Y bienaventurado es todo el que no se escandaliza de Mí.

 


 
Mi opinión:

Juan el Bautista supo de Jesús en la cárcel, y pidió a sus discípulos (de Juan) que preguntasen a Jesús si era el anunciado por los profetas, o tendrían que esperar más aún. Jesús les dijo a los discípulos de Juan que le dijeran que la espera había terminado.
 

​

​

​

​

​

​

​

​

​

¿Qué salisteis a contemplar en el desierto?. ¿Una caña agitada por el viento? Entonces, ¿qué habéis ido a ver?. ¿A un hombre vestido delicadamente?. Pero los que llevan vestidos delicados están en los palacios de reyes. Entonces, ¿a qué habéis ido?. A ver a un profeta?. Ciertamente, os digo que a uno más que profeta. Este es de quien está escrito: He aquí que envío a mi ángel delante de ti, el cual, delante de ti, preparará tu camino. En verdad os digo que, entre los nacidos de mujer, no ha existido uno mayor que Juan Bautista. Pero el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.

 


 
Mi opinión:

Jesús aclara dudas a las turbas; Juan el Bautista fue “el mejor” nacido de mujer; que se dice pronto. Jesús no es solo un humano más nacido de mujer, es infinitamente más: es uno con el Padre. Juan, el mejor nacido de mujer, es tan solo el heraldo de Jesús (que no merece atarle las sandalias). Pero añade otro dato importante: “El más pequeño en el Reino de los Cielos” es mayor que: “el mejor nacido de mujer”: Juan el Bautista. El mejor en esta vida/mundo, es el menor en la Vida (eterna). De lo que se deduce que en la Vida hay seres y categorías que desconocemos por completo. Pero sabemos que por encima de todas está el Padre y que su reino es único.
 
Pero, ¿dónde vive Juan…?, en el desierto; ¿le preocupa vestir bien…?, no; ¿es un profeta?, no… es más que un profeta, dice Jesús. Y aclara, que es aquel del que el profeta escribió: “ envío mi ángel delante de ti, para preparar tu camino”: así que Juan el Bautista es un ángel, y con todo, es el más pequeño en el Reino de los Cielos, en la Vida, en el Padre. Jesús no es solo un ángel como Juan, (aunque también es nacido de mujer, lo es por deseo del espíritu santo del Padre; y no como todo "hijo de vecino"), es infinitamente más: es el predilecto del Padre. Aquel al que el ángel Juan ha de preparar el camino.
 
Todo esto lo supongo "persiguiendo" las palabras de Jesús, pero no es lo importante saber si están bien interpretadas. En el pasado, interpretaciones jerárquicas de este tipo han servido de coartada a los esbirros del Malo para crear agnosticismos y divisiones en la Iglesia; cuando lo realmente importante, la Verdad, está en lo más básico del mensaje, la conducta, la voluntad, el talante del cristiano auténtico: amor al prójimo como a uno mismo y al Padre (uno con el Hijo) sobre todas las cosas.

 

​

​

​

​

​

​

​

​

​

Desde los días de Juan el Bautista hasta el presente, el reino de los cielos sufre violencia y los fuertes lo arrebatan. Porque hasta Juan todos los profetas y la ley han profetizado. El es, si queréis creer, el Elías que debía venir. Quien tenga oídos, que oiga. ¿Con quién compararé esta generación?. Es semejante a niños sentados en las plazas que, gritando a los compañeros, dicen: “Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado un himno fúnebre, y no habéis llorado.” Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dicen: “Tiene demonio.” Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “He aquí un hombre comedor y bebedor, amigo de publicanos y pecadores.” Mas la sabiduría se ha justificado con sus obras.

 


 
Mi opinión:

El reino de los cielos es el reino de la Verdad, del Padre; el Odre Nuevo que llegó por boca del Mesías Jesús; el que es uno con el Padre (la misma voluntad) siempre. Los fuertes (los que se imponen al prójimo contra su voluntad, aplicando la ley de selección natural de las bestias, pero entre los de su propia especie) de este mundo lo “arrebatan” (el mensaje, el deseo del Padre: que es servicio entre hermanos), pues el poder (de los fuertes) y el Malo van de la mano (gnosticismos adulteradores). Pasaba, pasa y pasará así con el viejo Nuevo Orden Anticristiano, que probablemente finalizará con el anunciado Fin del Tiempo de las Naciones (que hoy parece tan inevitable) y la temible Gran Tribulación (como no la ha habido). Jesús nos dice que por la violencia se impide al (más que) profeta Juan, profetizar... anunciar la inminente venida de Jesús, del reino del Padre; si no es en el desierto, marginado. Jesús dice que Juan el Bautista es el Elías (el último profeta pre Mesías) que debía venir.
 
Jesús nos compara con niños indolentes; irresponsables; incapaces de apreciar (de ver y oír) lo que se nos muestra; quedándonos con las apariencias, sin profundizar en el contenido y la importancia de lo que se nos anuncia. Acomodados “pasotas” atados a la inercia abúlica que nos arrastra. Creemos estar “de vuelta de todo”; incapaces de apreciar el regalo que el Padre hizo a todos cuantos sucedimos al Mesías y su Mansaje (el Odre Nuevo), poniendo ante nuestras narices el Camino a la Vida, al Padre..

“Generación” la nuestra que llama endemoniado a Juan, por ascético (raro, por extremo, en la fe); y viene a llamar frívolo a Jesús; que simplemente come, bebe y trata a pecadores (pues son los que precisan de cura, del Maestro), y a todos sin distinciones. Critican a Jesús, que no se  queda en la apariencia exterior, en “lo que se dice por ahí”; en el "que dirán"; en lo que coarta y preocupa a los fariseos de entonces (y a los de ahora). No es que no entendamos la Palabra, es que ni queremos intentarlo,  la mayoría; haciendo oídos sordos, negando nuestra propia conciencia; o directamente muchos, y cada vez más, criticándola y persiguiéndola ayer y hoy.
También al buen pastor se le conoce por sus obras, con independencia de apariencias, dimes y diretes.
 

​

​

​

​

​

​

​

​

 

¡Ay de ti, Corozaín!. ¡Ay de ti, Betsaida!. Porque si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros realizados en vosotras, tiempo ha que hubieran hecho penitencia en saco y en ceniza. Pero Yo os digo que en el día del juicio el castigo de Tiro y Sidón será menos riguroso que el vuestro. Y tú, Cafarnaúm, ¿por ventura te levantarás hasta el cielo?. Bajarás hasta el infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, hubiera permanecido hasta el día de hoy. Pero yo os digo que el día del juicio será más soportable para la gente de Sodoma que para ti.

 


 
Mi opinión:

Es abundar en lo dicho. Esa generación indolente contemporánea del Mesías (y las que la sucedan), no solo tuvo por primera vez el privilegio del mensaje directo del Padre, a diferencia de generaciones anteriores, si no que además, fue testigo de abundantes milagros respaldando la Palabra (lo que no han podido disfrutar las generaciones posteriores).
 
Cabe señalar hoy doce de junio del 2017, de nuevo, la tremenda indolencia y ceguera de la generación actual, y la cada vez más nefasta perspectiva de las venideras; como fruto de la desmedida siembra de maldad, que la tecnología y la acumulación de poder han posibilitado. Su objetivo siempre fue… es: arrebatar el Bien, el Reino de los Cielos .

 

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

Bendígote, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre;

 


 
Mi opinión:

Al leer esta alabanza al Padre de Jesús, su meditación en voz alta; pensé que cuando habla de los pequeños, se refería a las buenas gentes que se dejan llevar por su buen corazón a la hora de tomar partido entre el bien y el mal. Esas a los que los masones confunden. Pero busqué a ver que pensaron otros al respecto y, encontré como documento PDF, una reflexión de Pablo Cardona que me pareció daba en el clavo.
 
Los sabios se ciñen a las leyes que conocen, y en base a ellas pretenden explicarlo todo, sin dejar margen a lo inconmensurable, a lo que escapa a este mundo. Los prudentes, se ciñen al sentido común imperante; es decir, se dejan llevar por los “sabios”, en el mejor de los casos. En ambos casos, por distintos motivos, unos y otros, no “dan” si no es a cambio de algo: todo está medido, todo está tasado. Todo debe estar atado y bien atado. O empleando una palabra más moderna, técnica, anglosajona: controlado.
 
Frente a la actitud “adulta”, la del niño es espontánea; tanto más inocente y confiada cuanto menor es la edad; ofreciendo pongamos, una sonrisa, sin una previa. Y quien dice una sonrisa, dice fe de confiar, dice amor. ¿Dónde se termina el niño y empieza el adulto? Pienso que donde se va terminando esa inocencia y va apareciendo la malicia. El adulto debe buscar dentro de sí mismo para discernir ante la vacilación, para encontrar al Padre; para encontrar al mejor niño inocente que fue (y es aún, en algún rincón olvidado de su existencia).
 
La actitud de un niño es simple, y la del adulto, compleja. Ajeno al RAE, yo hago distingo entre sencillez y simpleza. El adulto sencillo elige serlo por algún motivo, mientras que el simple no puede elegir ser lo que es; el adulto sencillo es "simple" porque quiere. Sencillo es aquel que “controlando” en la medida de lo posible los avatares de este mundo, intenta anteponer (para este supuesto), Dios al cesar. Intenta anteponer el incómodo bien definido en el Evangelio al confortable bien impuesto por el “nuevo orden de turno”. Antepone al amor al Creador y al prójimo (Padre y hermanos, cuando se hiciera merecedor de llamarse así); al mal que le fuerza a negarlos.
 
Recordando a Cardona: El niño pequeño confía en su padre, se apoya en él; le busca cuando se encuentra en apuros.
Cuando un hombre solicita un favor, es menester que a la solicitud acompañe la hoja de sus méritos. Cuando el que pide es un chiquitín -como los niños no tienen méritos-, basta con que diga: soy hijo de Fulano. Pues yo quisiera decir con orgullo, soy... ¡hijo de Dios!» «nadie conoce al Padre sino el Hijo.» Yo también voy a conocer y a reconocer al Padre comportándome como su hijo.
 
Jesús en otro momento dijo “En verdad os digo: si no os volvéis y hacéis como los niños, no entraréis en el reino de los cielos. Quién se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. Y quien reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe. Pero quien escandalizare a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valiera que le ataran al cuello una piedra de moler que mueven los asnos y lo arrojasen al profundo mar.”
 
Oído cocina: “piedra de moler”... masones del nuevo orden anticristiano y agnósticos en general; oído cocina élite financista con vuestros adoctrinamientos a los peques de cuerpo, y con vuestras ingenierías sociales a los peques de espíritu, que todo es escandalizar. ¿Qué suerte que sois ateos... no? ¿Qué  suerte que no creéis que EL es el que había de venir... verdad?; )

 
 

​

​

​

​

​

​

​

 

y al Padre nadie lo conoce sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo. Venid a Mí todos los que estáis apenados y sobrecargados, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y encontraréis alivio para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.

 


 
Mi opinión:

Existo, luego es evidente que existe una Singularidad Primera, creadora. No puede haber más de una.
 
¿Quién o qué es Dios? “Qué” me suena irreverente, pues se suele aplicar a cosas, “suena” a inferior, porque subconscientemente asumimos que nada es superior a lo humano en la creación: cuesta sustraerse a la creación "visible". Sin embargo, este pronombre relativo, especial cuando se aplica a la Causa primera, es infinitamente superior a lo humano, y es mucho más adecuado que el “quién”, igualador.
- Dios: "es lo más". Es la Palabra que el progresista Nuevo Orden Global (de masones ateos y financistas talmúdicos que les manejan) con todos sus medios, utiliza “en vano”, en la boca de cualquier botarate a diario y a todas horas, para pervertir a goyims; que terminan empleando esas expresiones irrespetuosas sin pensarlo, restando todo valor, afecto y veneración al que más debería importarles, como apunta el Segundo Mandamiento. En proceso (recogido en los Protocolos) es  premeditadamente ateizador (de ateo), verbo que acabo de inventar, pienso que, justificadamente. Iba haciendo falta.
- Dios, al que Jesús prefiere llamar Padre, no pertenece a la creación, ya que es el Creador de la creación: principio y fin. La creación pertenece a Dios Padre Creador. Me quedo con un “qué” cargado de respeto, pero también con el “quién” igualador, que me acerca a mi creador a través de Jesús. Permite que lo vea como mi mejor y más íntimo amigo: “… al Padre nadie lo conoce sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo”. “Mis ovejas oyen mi voz, yo las conozco y ellas me siguen (…) Mi Padre me las dio, es mayor que todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y mi Padre somos una cosa”. Se llega al Padre por Jesús, por la comprensión y practica de su Evangelio, que nos acerca a Dios Padre. Son los deseos del Padre: “Este es mi Hijo Predilecto, en quien me he complacido: Escuchadlo”; ni siquiera el agua es tan clara. La moraleja Cristiana evidente: Hay que escuchar al Hijo: leerlo literal, mientras el Nuevo Orden Anticristiano lo permita. Y cualquier interpretación que le contradiga “por esto o por aquello”, está de más. Aunque lo diga el Papa o todo el clero de todos los tiempos juntos. Sea cual sea la moda del momento. Si el Hijo dijo: lo que Dios unió, no lo separe el hombre… “eso va a Misa”, por mucho que el Nuevo Orden ya de por conseguido hace tiempo el quebrantamiento de este deseo del Creador; el divorcio o similar. Y así tantas cosas.
 
Pero bueno, me he desviado del texto en cuestión, en fin; retomándolo, aún en el supuesto de que no se crea; pienso que no hay mejor manera de capear la injusticia, el odio, la rabia, la pena, la frustración, el olvido, la desesperanza, el desánimo, el dolor, etc. que seguir la filosofía cristiana. Aunque solo sea la fe en que es la opción mejor o la menos mala, aún a falta de la fe en el propio Evangelio. El alivio, no nos engañemos, será del alma (no material), dice Jesús. Porque las cosas más importantes, con diferencia, no tienen precio. La paz interior, por ejemplo. Y para el que crea, la verdadera Vida.
Aprendamos de él, nos dice; que es manso y humilde. Es su ejemplo y su respuesta a todas esas situaciones difíciles en que la vida nos pone con más o menos frecuencia, y en apariencia, a unos más que a otros. De llegar a ser pacíficos y humildes “de verdad”, encontraremos alivio a nuestras almas. Por el contrario, de responder con violencia y soberbia, quizás encontremos alivio material, temporal; pero hundiremos nuestra alma, espíritu, voluntad… en el propio mal; en círculo vicioso: Seremos como no dejó dicho, esclavos del pecado.
 
Dejo para el final de este comentario, lo que debería estar al principio, no ya de esta opinión, sino de cualquier texto escrito. En estas breves frases de Jesús se encierra una pregunta y una respuesta básica y nítida a más no poder. Creo que las más importantes para cualquier cristiano que sea capaz de apreciarlas. No concierne en este caso más que al propio ser, en su relación con su Creador; pues en las relaciones humanas ya dijo Jesús de que dependía toda la Ley y los profetas: De entre las innumerables criaturas: ¿Cómo debe ser el “hijo predilecto” de nuestro Creador? ¿Qué espera de nosotros, permitiéndonos decidir? ¿Cómo se definió aquí Jesús a sí mismo, para ejemplo de apenados y sobrecargados?
Le pido al Padre que siempre que “me lleven los demonios” por cualquier motivo, me recuerde y me haga prestar atención a esta definición de su Hijo predilecto (al que nos pidió, escucháramos). Nuestro ejemplo a seguir.


 
.

bottom of page