top of page

XIX

​

¿No habéis leído que el que los creó al principio los hizo hombre y mujer? y dijo. Por eso dejará el hombre al padre y a la madre y se juntará a su esposa, y serán los dos una sola carne. De manera que no son ya dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.

​

Mi opinión:

Más claro no se puede decir. Leyendo a Jesús, es absurdo que alguien se tenga por cristiano y se separe tan contento, por mucho que lo admita la iglesia oficial de Bergoglio y los suyos. El compromiso es ante el mundo, pero también y sobre todo, ante el Padre; el compromiso ante el resto, es totalmente secundario. Este es un ejemplo más de lo descarriada que va la llamada iglesia oficial católica (de las otras, mejor ni hablar). En el matrimonio cristiano… mejor dicho: en la familia cristiana auténtica (-no sé si habrá más de tres, por decir una cifra-); no hay machismo ni feminismo, ni se abusa de los niños ni de los mayores; y cuando algo va mal, todos suman y nadie resta; por muy mal que vaya todo; o al menos se intenta. Otra cosa es que los lacayos del Malo (masones y demás) ataquen el cristianismo a partir de los pseudo-cristianos que no practican lo que dicen seguir y defender. Pero no hacen falta tantas palabras: la verdadera familia “cristiana” es indisoluble, dijo el Hijo, Jesús, el Mesías, el predilecto, el elegido… Cristo; de ahí lo de cristianos. El Padre es quien hablaba y quien obraba en él. La cita de Jesús es del Génesis (2.24), y es clavada: dejará el hombre a su padre y a su madre, y estará unido a su mujer, y los dos vendrán a ser una sola carne . El Génesis es uno de los cinco libros en los que Moisés recogió la Ley: Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Al recordarlo Jesús (el Padre), autentifica este pasaje, entre tanta adulteración de siglos. Debido a la complejidad de los hechos, el Genesis se sintetiza en una parábola simbólica, susceptible de producir abundantes cábalas agnósticas, a partir de conjeturas personales.
 
El infiltrado Vaticano (lo denunció Lefebvre con el CVII) ya promueve las "conquistas progres" anti cristianas, y al cotejar con el Evangelio la cosa canta de miedo. Hace mucho que se va cambiando el espíritu de la Navidad por mercadeo ateo comercial;  materialismo egoísta, ajeno al intimo amor a "todo" el  prójimo que nos profesa el nacido. La mayoría de "fieles" cada vez más protestantizados, adoptan el pensamiento progre-masón del Nuevo Orden Anticristiano, desviados por la adulterada dirección de la iglesia católica de cartón piedra, con sus nuevos discípulos, puestos todos a las órdenes de la élite anglo sionista, de sus lacayos masones de izdas y dchas. Una religión atea masónica estatal eco progre masona modelo chino comunista. Los ingenuos "fieles" se divorcian a placer, delegan la formación de sus hijos y el cuidado de sus mayores, se arrejuntan, se separan y abortan a placer; se trata de ser feliz y vivir el momento por encima de todo. Cada uno a lo suyo. Si se elimina a los mayores, a los débiles, a los inocentes, se mira a otro lado o se admite cuando te toca cerca. Miran para otro lado cuando se habla de pederastia, de eugenesia, de eutanasia, de represión contra los cristianos... si todo esto es grave, lo es mucho más cuando ya es la propia iglesia la que siembra la confusión. En este párrafo Jesús, con pocas palabras pone en entredicho a todo el clero por acción u omisión: lo que Dios ha unido que no lo separe nadie. La iglesia, la religión, no debe imponer un pensamiento, una forma de vivir a nadie; pero es de cajón, que debe mantenerse firme en el Evangelio y en afirmaciones tan claras del Padre... nada menos; luego, allá cada cual si se hace llamar cristiano. Si no quieres ser cristiano, pues no lo seas; si quieres hacer lo contrario de lo que dijo el Cristo y quieres que te llamen cristiano, pues allá tu; hoy nadie te va a decir nada por ello. Pero si de verdad crees que lo eres, quieres serlo... más claro no puede estar la cosa; habrá que serlo. ¿Quién tiene razón, Jesús (el Padre) ó el papa, el padre santo de turno? Es de Perogrullo. El problema es que los cristianos, ni se molestan en comprender lo que cualquiera puede leer, lo que dice Jesús. Miran pero no ven, oyen pero no escuchan.

 

 


 
Moisés, por consideración a vuestro carácter duro, os permitió repudiar a vuestras esposas, pero al principio no sucedió así. Yo os aseguro que el que repudie a su mujer, salvo caso de concubinato, y se case con otra, comete adulterio, y el que se casa con la repudiada adultera.
 
Jesús, con palabras atemporales ratifica que el esposo no debe repudiar a la esposa (salvo concubinato/infidelidad), sean cuales sean las modas o costumbres de cada época. En tiempos mosaicos, Moisés admitió lo inadmisible por la decadencia alcanzada, al igual que en tiempos de Jesús (recordemos que es el Padre quien obra), cuando hace esta denuncia; al igual que en nuestro tiempo: siempre sigue siendo inaceptable en un "convidado" al Reino (como para que venga el típico cura progre-masón a soltar el tópico relativista de que hay que adaptar el Evangelio/sus palabras, a nuestro tiempo). Jesús denuncia a los falsos apóstoles "de siempre"; poniendo en evidencia hoy "nuestro carácter duro"; nuestra desobediencia al Padre. El divorcio casi generalizado (al igual que el aborto, pronto la pederastia, y suma y sigue) y aceptado por la propia Iglesia de cartón piedra; premeditada ruptura de la familia, escándalo a los hijos, caos social, y la procreación adulterada y menguante, producto del egoísmo sembrado. Desde antes de Moisés negamos al Padre, tajante: creced y multiplicaos. Al principio el Odre estaba nuevo, pero con Moisés ya no; estaba gastado por adulterado, y el Hijo lo denunció, mostrando la Verdad: la Nueva Alianza con Dios; el Odre volvía a estar nuevo. Aunque comenzó a adulterarse ya en vida del Hijo por los labradores arrendatarios "de turno", y hoy está ya muy gastado, camino del Fin del tiempo de las naciones.

Al tiempo, Jesús con sus palabras atemporales, deja ver claramente el papel de la mujer en la familia, pues no cabe en la Verdad el papel actual generalizado de la esposa, "liberada" (irónicamente) de sus obligaciones (como el esposo tiene las suyas), sino es en el seno de la familia, dedicada a sus hijos y al esposo; no como esclava, pero si en su papel. De hecho, no es baladí, o no debería serlo, el título de "ama" de casa, es decir, la que mayor peso tiene en este ámbito. Freud como Einstein, eran anglo sionistas dispuestos a restringir la procreación de los gollim (gentiles), pues su soberbia y el concepto racista de sus cábalas les llevó a confundir interesadamente a sus representados, el pueblo elegido (que dejó de serlo por esta causa); confundieron al Malo con el Bueno; sin darse cuenta se volvieron gentiles, gollim a los ojos del Padre Bueno. Así, Freud fue encargado por la logia/masonería B´nai B´rith para malmeter en la familia cristiana (destruyéndola), fomentando la división mediante el estímulo de los egoísmos personales; trampa en la que cayó primordialmente la mujer. Se apeló a las motivaciones del subconsciente y, mediante medias verdades, elaboradas teorías y recurriendo a defectos, problemas, reales pero particulares de la convivencia familiar; se generó un descontento generalizado, generalizando esos problemas. Fue una siembra que se retroalimentó apestando, en círculos concéntricos, al resto de la familia, ascendentes y descendentes;  y a la sociedad entera. La eugenesia y la eutanasia con mil caras, mediante ingeniería social, siguen completando el proceso de eliminación humana/cristiana, tanto moral como físicamente (homosexualidad, feminismo, teorías de genero, transhumanismo, etc etc etc).
Jesús deja claro que tan adultero (porque adulterar es pecar, errar, fallar al Padre) puede ser el hombre como la mujer: Quien repudia a su esposa y se va con otra mujer, adultera. Y si otro hombre se casa con la esposa repudiada, también se equivoca, adultera... Eligen el mal fruto del Arbol de la Ciencia del bien y del mal; escandalizan a los hijos (fruto que el Padre espera recibir y, en condiciones). Adulteran sus vidas y las de los que les rodean. Son un mal ejemplo para todos. Pero mientras hay vida, hay posibilidad de reparación y arrepentimiento. Todo esto suena a chino hoy, y cada vez chocará más en menos tiempo, porque nos vamos acostumbrando a todo sin darnos cuenta de lo que vamos aceptando. El humanismo diabólico de los psicópatas que nos deshumanizan no tiene límite. Nos compran el alma y nosotros se la vendemos. Siempre habrá unos pocos que encuentren el sendero. Allá cada cual.

​

​

​


No todos comprenden este lenguaje, solamente aquellos a quienes les es concedido. Porque hay eunucos que han nacido así, y hay eunucos por la acción de los hombres, y hay eunucos voluntarios, en orden al reino de los cielos. Entienda el que pueda entender.
 
Cuando Jesús dijo a los malintencionados fariseos que no debían repudiar a sus esposas, ni casarse con repudiada; estos respondieron que, si fuera así, no convenía casarse. Pero, si nuestro destino en esta vida para vivir en la Verdad: para satisfacer al Creador, es procrear y educar bien a la prole en la Verdad (del Padre), entonces ¿cuál es el papel de los solteros en el Reino?.
Jesús (el Padre), distingue tres tipos: hay pues tres tipos. Los castrados/esterilizados por acción de los hombres. Los que nacen poco viriles o afeminados. Y un tercer tipo no recogido en el diccionario: los que renuncian a la familia/esposa (auténtico sentido cristiano, verdadero de la pareja: multiplicaos) porque han sentido la llamada del Padre a través de las palabras del Hijo (la mies es mucha, y los obreros pocos); como ocurrió a los primeros Apóstoles y a muchos misioneros. Así, cuando el joven rico le preguntó a Jesús por la salvación; este le recordó los Mandamientos, y cuando insistió: ¿qué hay de más que pueda hacer? Entonces le respondió, si quieres ser perfecto, apártate de todo lo material y sígueme. No caben ataduras familiares para el pescador de hombres, de fieles si han de seguir los pasos del Maestro, pues la entrega debe ser total: Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. Jesús nunca tuvo esposa ni hijos, ni relación, pues hubiera adulterado; es de cajón. De estas pocas palabras también se deduce algo obvio, la mujer no tiene este papel, ni ningún otro salvo el tradicional "del principio".

 

​

​

​

Dejad a estos niños y no les impidáis que vengan a mi, porque de estos es el reino de los cielos.

​

Mi opinión:

Venimos a este mundo directamente del Padre... sin mácula, limpios y puros. Pero a partir de cierto momento captamos el mal que nos rodea y que, en lo que afecta al alma, al espíritu, a la Vida con mayúsculas; procede siempre del "hombre" (del humano), sale de su corazón y va a su boca, a sus actos... ese es el Mal con mayúsculas que se transmite a otros, al niño, al joven, al adolescente... y anida en él para volver a salir en otro momento y multiplicarse. ¡Ay de quien escandalice a uno de estos pequeños! Repitió Jesús. Y en este fragmento nos dice el porqué de ese énfasis: porque de ellos es el reino del Padre.

Todos llevamos un niño inocente dentro, recubierto por costras de maldad. Quien no encuentre bajo esas pieles el niño que fue, no encontrara el camino de vuelta al Padre, a la Vida en EL.

​

​

​

​

¿Por qué me preguntas sobre lo bueno? Uno es el bueno. Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra al padre y a la madre, amarás a tu prójimo como a ti mismo.

​

Mi opinión:

Estos mandamientos, como dijo Jesús, se resumen en dos, y en ellos está toda la Ley y los profetas: amarás (querrás, honrarás, servirás, respetarás...) al Señor tu Dios, al Padre, sobre todas las cosas; y a tu prójimo (a tus hermanos en el Padre) como a ti mismo. Sin más cábalas; porque, todos los demás están incluidos en estos dos. En estos mandamientos que nos recordó el Padre a través de Jesús, no cabe el odio, la prepotencia, la arrogancia, la venganza, etc.: Adulteraciones que inexplicablemente se mantienen en la Biblia cristiana (Exodo y Deuteronomio); y en el Talmud judío. La tradición afirma que Moisés escribió esos libros mientras guiaba a la tribu de Israel, tras su huida de Egipto. Pero Moisés, era un egipcio por formación. aunque de sangre hebrea; y que seguramente sabía muy poco de sus antepasados durante la travesía del desierto. Moisés, en todo caso, lo que hizo fue recopilar la tradición de sus mayores, y plasmarla en papiro. Evidentemente, la tradición, remontándonos a Adán, y mucho después, se transmitió por vía oral... o sea, dimes y diretes: aquí lo magnifico, aquí lo paso por alto. Y así, nos llegó una ensalada que contiene la verdad si, pero como aguja en un pajar. Y la verdad era, es la promesa de la salvación: "Estudiáis las Escrituras, pues vosotros pensáis tener en ellas la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí. Mas no queréis venir a mí para poseer la vida."


Verdad escondida entre un batiburrillo lleno de adulteraciones, que denunció Jesús. Motivo por el que, como reconoce el sabio de Sion Maimónides, la élite talmúdica del momento le dio el final que a su juicio merecía, por "anular la Torá y sus preceptos". Dijo Jesús: “Sé que sois descendientes de Abraham y pretendéis matarme, porque mi palabra no cabe en vosotros. Yo digo lo que veo en el Padre, y vosotros hacéis lo que oísteis de vuestro(s) padre(s). El padre de quien vosotros procedéis es el diablo, y queréis hacer lo que quiere vuestro padre. El fue homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando dice la mentira, habla de lo suyo, porque es mentiroso y el padre de la mentira.”  La verdad es amor, la adulteración lo contrario.
 
"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y primer mandamiento. Un segundo hay igual a el: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas."
 

 

La Iglesia católica, aparte de los mandamientos de la Ley, tiene otros; pero no entran en conflicto. Matices para atajar los defectos más frecuentes, que muchos no identificaban concretamente en los Mandamientos. Así, el primero, coincide con lo dicho por Jesús, ya que es el fundamental: Amarás al Padre sobre todas las cosas.
El segundo, no tomar el nombre de Dios en vano, está comprendido en el primero, ya que nombrar al Padre, a Dios, sin ni siquiera pensar en EL, demuestra que, no solo no le amamos sobre todas las cosas... sino que, no le amamos tan siquiera; es más, demuestra que simplemente pasamos de EL. Pero si además se blasfema, ya estamos en las antípodas... "...a todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonada; pero a quien blasfeme contra el Espíritu Santo (del Padre), no se le perdonará...".
El tercero, santificar las fiestas; puede incluirse en el primero también, pues es muestra de respeto, agradecimiento y afecto al Padre.
El cuarto, honrar a los padres; lo menciona Jesús específicamente en la Ley. Igual que el quinto, no matar; y el séptimo, no robar.
El sexto, no cometer actos impuros, está incluido en lo de “amar al prójimo como... a uno mismo”, es decir, quererse, respetarse y valorarse a uno mismo y a los demás. Jesús dijo “toda palabra que se diga de más, es del Malo“, o "los hombres darán cuenta en el día del juicio de cualquier palabra ociosa que dijeren...”; cuanto más de nuestros actos, ¿y los pensamientos de más? Nadie es perfecto pero, que pocos son los que se lo proponen.


Se dice que el ocio es la la madre de todos los vicios. El Padre dijo, creced y multiplicaos, y nos dio los medios. Son para lo que son. Los órganos sexuales propios o ajenos excitados artificialmente, sin ánimo de procrear; producen un placer intenso y efímero, que deja un poso amargo. Cuando se da rienda suelta al instinto, buscando saciar el apetito en cada ocasión; el poso amargo se transforma en vicio degradante que ataca la autoestima, conduce al desorden de la personalidad, a la apatía, a la abulia e incluso a la depresión. Existe una contradicción aceptada en el lenguaje, un sinsentido; la adulteración del verbo amar; que, debiendo estar en lo más alto; está en las alcantarillas. De tal forma que, hace tiempo ya, se asocia inconscientemente “amar”, al sexo puro y duro implantado por el Nuevo Orden anticristiano, como derecho, e incluso como obligación, para no marginarse. Es el naturalismo; otra palabra adulterada como tantas, que demuestra una tendencia hacía el instintivo animalismo primitivo. La renuncia a la humanidad, al libre albedrío: “Si vosotros permanecéis en mi doctrina, seréis realmente mis discípulos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres...todo el que comete pecado, es esclavo del pecado”. El libre albedrío, nos permite vencer el instinto animal. Ese pozo sin fondo del que salimos como especie por la gracia del Padre. Los que se dejan llevar por el instinto básico, renunciando a su control, son esclavos de su vicio.
Es el espíritu el que transciende en el Padre; la carne, caduca, nos ata a este mundo. El placer sexual viene de la carne, aturde nuestros sentidos y nos impide pensar, decidir. Renunciamos al premio y nos volvemos a reunir con los seres inferiores.
El octavo, no mentir... No levantar falso testimonio, como mencionó Jesús.
El noveno, no consentir pensamientos ni deseos impuros, nos lleva a lo que motiva el sexto; y por tanto va contra amar al prójimo, a uno mismo y al Padre.
El décimo, no codiciar bienes ajenos, nos habla de la envidia, y el que envidia al prójimo no lo ama realmente. Así que, es fácil apreciar que todo ellos se reducen efectivamente a ese resumen, en el que está contenida toda la Ley de Dios, de nuestro Padre bueno."
 
Solo es una interpretación. Lo que cuentan son las palabras de Jesús, del Padre. Los mandamientos de la Iglesia también son interpretaciones de los hombres. Ante la duda, sin dudarlo: Jesús. Allá cada cual; otra cosa es callarse. No se cuales; pero si se, que he escrito muchas palabras de más... lo siento.
 
 

Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Ven y sígueme.
 
En verdad os digo que el rico entrará con dificultad en el reino de los cielos. Os digo más: Más fácilmente entra un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de Dios. Para los hombres esto es imposible; pero para Dios todas las cosas son posibles.

 
Cuando se busca la perfección, uno no se limita a intentar seguir la Ley, o sea, ese resumen que nos dejó Jesús por deseo del Padre; tan sencillo, pero que tanto abarca. Cuando se busca la perfección humana, se busca la referencia: Jesús. El elegido, el predilecto, en quien se complace el Padre. Quien nos muestra el camino. Y, Jesús mismo nos dijo bien claro qué: la perfección está en servir más y mejor a todo el prójimo sin distinción. Pero no por obligación para no ir al infierno; sino por amor... con cariño. No debe ser un sacrificio servir; no debe ser tomado así. Un rico que, de pronto sintiera de esta manera, pronto dejaría de serlo; habiendo tanta necesidad ajena. Del mismo modo que no se ama al Padre sobre todas las cosas, por obligación o temor.


¿Dónde pone el Padre la línea? Para ser perfecto, para ser un pescador de hombres, siguiendo sus pasos... también lo especificó Jesús: “No tengáis oro, ni plata, ni calderilla en vuestros cintos, ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón...” Y para cumplir con la Ley, sin más... ¿se puede ser rico? Muy difícilmente; tanto, que parece imposible pero, si agregó Jesús seguidamente, que para el Padre, nada hay imposible; entonces quizás quiso decir que algún rico si pasará el tamiz; puede que si se arrepiente sinceramente de su vida en el momento oportuno. El caso es que, a veces, cuando se va a por un aprobado, se suspende; y cuando se va a por nota, se aprueba "raspado". Quizás por eso a veces (muy raramente), vemos en algún documental a una misionera mayor, renqueante pero sonriente, que ha decidido pasar el resto de su vida, cuidando ancianos enfermos y desahuciados, que nadie quiere ni ver; en un rincón perdido de Africa. Hay que tener mucha fe para confiar en que el Padre proveerá, deshaciéndose de todo menos de la voluntad de servir. Por eso la mayoría, solo procuramos “nadar y guardar la ropa”; lamentable mediocridad que justificamos pensando que, si a ver si por darlo todo para servir a los necesitados; vamos a terminar siendo una carga para otros... vamos a convertirnos en un necesitado más. Lo cierto es que, así, no confiamos en lo que nos dijo Jesús: “No busquéis que comeréis y qué beberéis. No os angustiéis. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo y vuestro Padre sabe que las necesitáis. Buscad pues, su reino, y estas cosas se os darán por añadidura. No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre quiere daros el reino. Vended lo que tenéis y dad limosna. Haceos un tesoro que no se agota en el cielo, donde no llega el ladrón ni la polilla destruye. Porque donde esté ese tesoro, allí estará vuestro corazón.”


 
Vamos a por el cinco, sospechando que será un tres... pero, con todo, hay que estar con la Verdad siempre; sencillamente porque es la Verdad. Creo que lo que nos quiso decir, es que no acumulemos, que no derrochemos, que no gastemos en banalidades, en ocio (y menos en vicio...), en cosas que no nos llevaremos de aquí. Pero tampoco es cristiano gastar “en vivir el momento” (frase de moda) en esta vida; a costa del tesoro que podríamos acumular en la Vida, sirviendo a otros con esos posibles de ahora. Se entiende que habla a su “pequeño rebaño”; ya que la mayor parte de la humanidad preferirá “pájaro en mano, que ciento volando”. Para eso vino Jesús, para que algunos vieran, mejor dicho, sintieran la diferencia entre servir a tu hermano por amor; o servirse de otros (a costa de la necesidad de otros)  para vivir el momento (es el Padre el que nos da los talentos a administrar). El cristiano perfecto también vive el momento sí, pero, sirviendo con alegría a su hermano: triste, agresivo, viejo, repulsivo, pobre, loco. Llevando una vida austera, y encontrando la felicidad en el amor al prójimo, sirviéndolo; sirviendo así al Creador. Hoy es muy fácil ver la gran diferencia, si se mira desde fuera de la enorme burbuja consumista que nos hipnotiza y nos esclaviza.
 
 

En verdad os digo que vosotros, los que me habéis seguido, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, en la restauración, también vosotros os sentaréis en doce tronos para reinar en las doce tribus de Israel. Y todo el que deja casas o hermanos o hermanas, padre o madre, o mujer, hijos o campos por mí, recibirá el céntuplo y poseerá la vida eterna. Muchos de los primeros serán últimos, y de los últimos, primeros.
 
A mi juicio, hay matices en el relato de Mateo (19,24) que le distinguen del de Lucas (18,25) y Marcos (10,25). Cuando el joven rico responde “Todas esas cosas he guardado ¿que más me falta? Entonces, en los evangelios de Lucas y Marcos, la respuesta de Jesús es casi idéntica: “Una cosa te falta aún: vende todas las cosas que tienes, y distribúyelo a los pobres”. Siendo así, contados serían los que entran en la Vida. Pues incluso los misioneros más desprendidos, guardan algunas pertenencias. Sin embargo, según Mateo, la respuesta de Jesús fue: “Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres”... Si quieres ser perfecto (o intentarlo): Jesús, con esa condición, diferencia entre los que van a por el cinco (mandamientos, "pescados") y los que van a por matricula (desprendimiento, "pescadores" de hombres). A los primeros bastarían los mandamientos; que ya es un tamiz fino, visto lo visto; porque ¿cuántos hay que se propongan amar, pero de verdad, al prójimo como a sí mismos? Sin ir más lejos, aquí mismo fallaría el rico, pues si amase al prójimo como a sí mismo, no sería rico. Y aquí está otra diferencia importante y exclusiva del evangelio de Mateo: Lucas y Marcos, olvidan el mandamiento más importante (que junto con el primero resume toda la Ley y los profetas); y que si recoge Mateo. Una vez más su testimonio, gracias a su diligencia y minuciosidad, nos rescata “frescas” las palabras del Hijo; que son las del Padre; sacándonos de dudas.
 
Pero, si cumplir los Mandamientos está al alcance de pocos; aún los habrá mejores: los que más se rebajen para servir al prójimo, y por tanto, al Padre. Esos, los últimos aquí, serán los primeros allá, y reinarán sobre las doce tribus de Israel (o sea, sobre los elegidos... punto), una vez eliminada la cizaña, para siempre en el Padre, en la Verdad.
 
Mateo:
Se le acercó uno y le dijo: Maestro ¿qué bien he de hacer para obtener la vida eterna? Jesús le respondió: ¿Por qué me preguntas sobre lo bueno (el bien)? Uno es el bueno (el bien no es relativo... la verdad no es relativa, el Padre no es relativo). Si quieres entrar en la Vida, guarda los mandamientos (y ya le había respondido)
El rico hizo la segunda pregunta: ¿Cuáles? Y respondió Jesús: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tus padres, ama a tu prójimo como a ti mismo (seguramente este mandamiento, que "olvidan" Marcos-Pedro y Lucas-Pablo, ya le excluía).
Le contestó el rico: Todas esas cosas he cumplido (se engañaba).
He hizo una tercera pregunta: ¿Que más me falta? (pero, ya le había contestado, por lo que esa traducción de Mateo “que más me falta”, no es buena, ya que no le hacía falta más, pues ya le había respondido (puede que pensara, pagado de sí mismo, que nada más le faltaba, cuando en realidad, ni los mandamientos cumplía enteramente); por tanto, la pregunta que se ajusta al diálogo sería algo así ¿puedo hacer algo más?, ¿qué otro merito puedo añadir?, o ¿qué más puedo hacer?) Respondió Jesús: Si quieres ser perfecto, vende tus bienes, da a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo (evidentemente, no un tesoro materialista); ven y sígueme (evidentemente, no solo en sentido literal, sino en cuanto a seguir su ejemplo; distinguirse en el servicio; llevar el mensaje del Padre a los pecadores; estar dispuesto a entregarlo todo en el empeño... incluso esta vida; o sea, ser su discípulo).

Cuando se hubo marchado el rico, decepcionado (pues no quería desprenderse de sus riquezas); Jesús explicó a sus discípulos lo improbable que era, el que un rico llegase a la Vida (pues no cumple: amar al prójimo como a sí mismo; “mandamiento básico” que no mencionan Marcos y Lucas; craso error). Los discípulos le preguntaron: ¿Quién puede pues salvarse? Jesús responde: Para los hombres, esto es imposible; pero el Padre es todopoderoso (EL sí puede hacer que el camello pase por el ojo de la aguja; o sea, que algún rico llegue a la Vida). La pregunta de los discípulos parece sugerir, que no entendieron que se estaba refiriendo a los ricos exclusivamente en ese momento, pero la contestación de Jesús, así lo indica. Por tanto, la pregunta era retórica (entonces, ¿qué rico pues podrá salvarse?, o... ¡así, ninguno se salvará!)
 
Lucas y Marcos dan a entender que le faltaba algo "aún", aparte de los mandamientos, para alcanzar la Vida, y no es así; ya que (gracias a Mateo sabemos que), eso que le falta al que cumple los mandamientos, no es para alcanzar la Vida, es para intentar ser perfecto (imitando a Jesús). Gracias a la literalidad de Mateo, podemos seguir el hilo real de esta conversación, tan sumamente importante; que muestra la diferencia entre "pescador"; “pescado” y “rico”. Lucas y Marcos se olvidan del "pescado", o sea, de la mayor parte del trigo.
 
Lucas: Cierto príncipe le preguntó: ¿Maestro bueno, que haré para poseer la vida eterna?
Marcos: Había salido del camino, y corrió uno, que se le arrodilló y le decía: ¿Maestro bueno, que haré para poseer la vida eterna?.
Lucas: ¿Por qué me llamas bueno?, nadie es bueno sino solo Dios. Conoces los mandamientos: no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tus padres.
Marcos: ¿Por qué me llamas bueno?, nadie es bueno sino solo Dios. Conoces los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no dañarás, honra a tus padres.
Lucas: El respondió: todas estas cosas las he guardado desde mi juventud.
Marcos: El le dijo: Maestro, todas estas cosas las he guardado desde mi juventud.
Lucas: Una cosa te falta aún: vende todo, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Y sígueme.
Marcos: Jesús lo miró fijamente y le amo (apreció): Una cosa te falta. Vende todo y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Y sígueme, tomando la cruz.
 
Lucas y Marcos (que no conocieron a Jesús, y escribieron lo que Pablo y Pedro les contaron) quizás trascribieron lo que, muchos años atrás, creyeron entender Pablo y Pedro, una vez hubieron deliberado entre sí (de ahí tantas coincidencias entre ambos); pero Mateo escribió literalmente, creo, lo que aún tenía "fresco" en su memoria.

​

​

​

​

bottom of page