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XXIII

 

 

En la cátedra de Moisés se sentaron los escribas y fariseos.

 

Haced, pues, y observad todo lo que os digan, pero no obréis como ellos, porque ellos hablan y no hacen. Atan cargas pesadas e insoportables y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos no quieren moverlas ni con su dedo. Hacen todas sus obras para ser vistos de los hombres. Por eso ensanchan las filacterias y alargan los flecos. Ambicionan el primer puesto en los banquetes y los asientos preferentes en las sinagogas, y los saludos en las plazas y ser llamados Rabbí por los hombres. Vosotros no os llaméis Rabbí, porque uno solo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos.
 
No llaméis a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el celestial. No os llaméis directores, porque uno sólo es vuestro director: Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. El que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado.

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Mi opinión:

Quizás en otro tiempo hubiera sido complicado criticar a un Papa, pero hoy en día con el anti jesuita, anti papa y anti cristo masón de Bergoglio, es obligado hacerlo para tranquilizar la conciencia (y con el sentimiento del deber cumplido). No llaméis a nadie Padre (Santo Padre, Papa…) en esta vida; porque uno solo es el Padre Bueno. Ni llaméis a nadie maestro (rabí, santo, ejemplo…) aquí; porque uno solo es el Maestro ejemplar: nuestro Señor Jesús (que diría David). Aquí todos somos hermanos, es decir, iguales, y no hay uno mayor que otro. El que se tiene en más que el feo, el pobre, el torpe, el débil, el enfermo, el anciano, el bebe que aún está en la madre…, el que se cree superior y busca la exclusividad, los favores, las ventajas, "la razón"... sobre el prójimo, en las élites o las logias; el que menosprecia a otros (racismos) yerra mucho, y será humillado: es el que se sirve de sus hermanos. El que los sirve a todos, sin distinguir entre amigo o enemigo, aspecto o condición (humillándose por ello), será sin embargo ensalzado. Por eso admiro a los misioneros “de verdad”; aquellos que sin ataduras materiales siguen el ejemplo de Jesús; al que precisamente se criticaba por sus compañías, ya que, como no podía ser de otra manera, no distinguía entre unos y otros, de mejor o peor posición social, más o menos pecadores. Es más, buscaba a los pecadores (con remedio), porque como dijo, eran los que más le necesitaban: No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
 
¿Pero, no es el Papa el sucesor de Pedro? Después de leer las frases anteriores de Jesús, queda bien claro que no; ni es infalible, como demuestra la historia reiterada y claramente. Que habrá habido papas acertados e inspirados; no lo dudo. Las cosas en esta vida no son blancas o negras. La verdadera iglesia no es la material, pero es preciso que esta exista, para bien o para mal: "Haced pues lo que os digan, pero no obréis como ellos; porque ellos hablan y no hacen…"; esa frase no iba solo por los rabbís de la época. Por muy corrompida que llegue a estar la iglesia oficial; el Evangelio está ahí, eterno; y se resume en muy pocas y muy claras palabras (por mucho que lo maquillen...).


Pedro es como Sancho Panza; nobleza baturra: sencillo (que no simple), cabezota, valiente y de buen corazón; es la escoria Disraeli cuando no lo es (el pueblo sencillo cuando no se le adultera). Hay muchos pedros así; y ninguno es mayor que otro; son la PIEDRA del camino, dura, resistente; la que desecharon “los arquitectos”. Son sencillos como niños; "invitados dignos", que sienten y defienden la Verdad.
No es un cristiano mayor que otro, porque todos somos hermanos (iguales). Entre nosotros no hay directores espirituales; el director es Cristo, el único Maestro. La vara de medir es el Evangelio (el Sermón de la Montaña sobre todo). Cuando el Mesías dijo que no llamáramos padre más que al Padre (celestial, o sea, a Dios), no se estaba refiriendo al padre físico natural biológico. La piedra es la Iglesia, y la Iglesia es la piedra (inquebrantable en su fe); la Iglesia no son sus componentes formales: no hay maestros. La Iglesia real son todos los "pedros" tozudos, voluntariosos y de corazón limpio que no tienen nada que interpretar, porque por encima de épocas y modas solo esta la Palabra que nos trajo el único Maestro.  Nada nuevo hay que añadir al Evangelio, ni nada que quitar; y mucho menos nada que modificar. Esta todo dicho y escrito, y eso es palabra de Dios... la única palabra de Dios (nada del Odre viejo, ni ningún añadido lo es; solo es veneno adulterador). Hasta hace poco había una institución más o menos libre que defendía la integridad, siquiera formal, del Odre Nuevo. Ya no es el caso: les faltará tiempo para empezar a cambiar los textos descaradamente. No es pasajero el mal, como muchas veces antes; parece bastante probable que se trata de la desconexión definitiva, camino del Fin del tiempo de las naciones. Hoy más que nunca, hay que buscar al Padre en nuestro interior; y buscar y encontrar un texto integro y antiguo del Odre Nuevo y, a ser posible, memorizarlo por lo que ha de venir.

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Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! No entráis vosotros y a los que intentan entrar no los dejáis entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que corréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y, cuando lo tenéis, lo hacéis hijo del infierno, doblemente peor que vosotros!

 

¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: el jurar por el templo, no es nada; pero el que jura por el oro del templo, queda obligado! Insensatos y ciegos, ¿qué vale más, el oro o el templo, que santifica el oro? El jurar por el altar no es nada; pero quien jura por la ofrenda que está sobre el altar, queda obligado.

 

Ciegos, ¿qué vale más, la ofrenda o el altar que santifica la ofrenda? El que jura por el altar, jura por él y por todo lo que hay encima de él. El que jura por el templo, jura por él y por el que lo habita; el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por el que se sienta sobre él. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que dais el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidáis las cosas más importantes de la ley, la justicia, la misericordia y la fe; estas cosas había que hacerlas y aquéllas no dejarlas! ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!

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Mi opinión:

Jesús, acusa a los que deberían dar ejemplo de materialistas; preocupados por las tradiciones; (pseudo mosaicas); “preceptos de hombres”; desatendiendo las tres cosas más importantes de la Ley (de Dios, del Padre; de la Ley, y punto):
Hacer por la justicia del Padre, que es la misericordia, desde la humildad; y estar en la certeza de la fe, es como más y mejor se honra al Padre, con diferencia. Y sí; sin dejar de pensar en/con EL, en privado y en conjunto.
Este error que denuncia Jesús es recurrente. No hay que ser muy observador para comprobar como seguimos en lo mismo (y a peor). Que otro sea más materialista que uno; no es excusa. Hay que buscar la justicia (tal como la entendemos en esta vida) y, cuando crees haberla encontrado, entonces buscar la misericordia (que es la justicia verdadera, la del Padre). La fe, es como ir haciendo un rompecabezas; y de pronto, antes de acabarlo; ves “de que va”. La fe se tiene o no se tiene; no nacemos con ella; algunos la buscan toda su vida sin encontrarla, otros no la buscan y otros la encuentran sin buscarla. La verdadera Fe es tal cuando es una certeza, cuando se siente aunque lo niegue la boca. Negar la fe que se siente verdadera, es negarse a uno mismo y negar al Padre. Es dilapidar una fortuna.
 
Los que deben dar (buen) ejemplo son los que, dándolo malo, despistan a muchos del camino. Les hurtan piezas del rompecabezas, y ya no les dejan opción; les despistan en el laberinto. Estos ciegos, guías de ciegos, no lo hacen sin darse cuenta; no lo hacen sin mala intención (aunque así los habrá también) porque les llama hipócritas: es a sabiendas; es maldad. Se niegan a si mismos, en primer lugar, aunque luego de un tiempo, seguramente ya no sepan de sus propias raíces. Estos labradores arrendatarios asesinos no desaparecieron al ser denunciados, antes al contrario, incansables, probablemente terminarán por ser los causantes de la Tribulación final.
Sucedió con el odre viejo y sus malos representantes, sucede con el Nuevo. El ejemplo perfecto de estos guías ciegos que creen ver más allá que el resto, son las antítesis masonas (Bergoglio incluido); lacayos de la Elite Talmúdico Usurera Anglo Sionista (lo sepan o no); herederos de los clásicos griegos, agnósticos, paganos, “nazis”. No se conforman con abusar del prójimo (aunque no lo vean como a tal, lo es) dañándolo materialmente; pretenden sus almas, la sumisión al mal de todos (o la exclusión, a falta de eliminación en las redadas finales). Así, el creciente secuestro de la educación de los hijos, a manos “del sistema”.
 
“Una secta feroz y tenebrosa de ateos soberbios quiere llevar la humanidad al caos absurdo, a la barbarie primitiva. Sujetándose solo a su voluntad (por la cara, por la fuerza física, del engaño, del poder), disfrazándose de humanidad (filantropía); conspirando a la ruina de las instituciones (que se les resistan); combatiendo a la libertad (verdadera), a la bondad y a la honestidad. La palabra humanidad está siempre en sus labios, mientras que su alma esta llena de odio contra el género humano.” Acertada definición de un ex masón ilustre, desengañado: Jovellanos; refiriéndose a quienes se atribuyen el derecho de guiar a profanos inferiores en secreto (de igual modo que hace la élite usurera con ellos). Siempre subyace en unas y otras élites, la soberbia de Lucifer; el racismo, y la imposición de la fuerza consecuente. Así, a cual más soberbio, hasta llegar a la cima de la pirámide; que unos y otros atribuyen a sus tótem; pero mira que está claro de quien es el ojo; no es de algún Rothschild, no. Maldad al por mayor, no es extraño que Jesús se enfadase al pensar en este tipo de personas, lamentando su proceder.
 
A pesar de las palabras de Jesús, la mayoría de cristianos nos fijamos en las cosas superfluas, materiales; y olvidamos o ponemos en segundo plano lo fundamental; las cosas que no tienen precio ni forma. Sucede a gran escala, y deviene en la pérdida paulatina de la fe cristiana, que mediante un proceso inadvertido, termina desembocando en cultura cristiana; totalmente inútil para la Vida; aunque en esta suponga el orden. Lo importante no es el ornato, el templo, el rito o tradición... lo importante no es lo material; sino la palabra (las justas cuando de esto se trata) y la obras que las respaldan (Haced lo que digan, pero no obréis como ellos).
Precisamente escuché, no sin asombro, este domingo el sermón de un cura progre de Bergoglio, desalentando a los fieles. Todo el dedicado al tema financiero, materialista a más no poder. Lo que debiera haber sido un apunte antes o después del acto, se convirtió en una queja contra los fieles que no damos lo suficiente, contra el gobierno, contra lo sustraído a la Iglesia. Sobre los ¡diezmos no derogados por Jesús!, la casilla del IRPF, el gasto de la luz, etc. y eso en una iglesia repleta, en donde la mayoría de la gente era humilde. Hubiera bastado simplemente con la lectura sobre la viuda, que dio todo lo que tenía, aunque poco, ganando así la admiración de Jesús. Eso, y una pequeña referencia a las necesidades parroquiales al final de la misa. Pero no; fue tal la perorata, que varios se marcharon, y muchos no lo hicimos, por respeto al acto de la Eucaristía. Algunos gitanos; dos a mi lado, que parecían padre e hijo, se miraron abochornados: ¿nos vamos? se dijeron con una sola mirada... si. Perfecto, para quien desea ahuyentar a "los fieles"; quien desea acabar con la fe de las personas. Fe, que este falso no tiene. ¿Qué tenían los primeros cristianos y ganaron Europa, la cristiandad? No se conquistó Roma con la espada, ni con oro, ni con la sangre de los romanos. ¿Qué dijo Jesús a sus Apóstoles que llevaran para el camino? Lo importante no son las apariencias; y hay muchas formas de decir las cosas. Por mantener a unos fieles pudientes, este sujeto ha echado; o peor, ha desmoralizado, ha descristianizado a varias personas. Mucho que le importará. Esa Iglesia fue una checa roja, y parece que el mal anda aún por esos rincones. Lástima, con lo bonita que es. Habrá que probar otro horario a ver si queda algún cura de los de antes, al menos, allí. La Iglesia, con todos sus defectos, siempre es susceptible de empeorar, y mucho, como queda patente.

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¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis la parte exterior de la copa y del plato, mientras por dentro están llenos de rapacidad y avaricia! Fariseo ciego, limpia primero el interior de la copa para que también el exterior quede limpio. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que sois semejantes a los sepulcros blanqueados, que por fuera aparecen ciertamente vistosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así vosotros al exterior parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: ¡Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos participado con ellos en la muerte de los profetas! Así, pues, dais testimonio contra vosotros que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Colmad, pues, la medida de vuestros padres!
 
¡Serpientes, raza de víboras! ¿cómo podréis escapar de la condenación del infierno? Por esto, mirad; os voy a enviar profetas, sabios y escribas. A unos los mataréis y los crucificaréis, a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad, para que caiga sobre vosotros toda la sangre inocente derramada en la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el santuario y el altar. En verdad os digo: todo esto vendrá sobre la presente generación.

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Mi opinión:

Jesús puso en evidencia ante el pueblo a la élite de turno, en su cara y en el templo. Había llegado la hora y "se despachó", para que todo se cumpliera. Después, al salir del templo, auguró, en respuesta a la pregunta de sus discípulos, lo que habrá de suceder en el futuro y hasta el fin de los tiempos, tal como los entendemos en esta vida.
En aquel enfado, Jesús deja muy claro que el culpable del asesinato de los profetas y de el mismo; el culpable de descarriar a las masas, no es el pueblo judío durante el odre viejo, ni las masas de invitados de los caminos en el Nuevo; sino (como siempre en uno y otro caso) la élite pseudo mosaica de turno que dice representar al que fuera pueblo elegido. Para estas jerarquías que dicen servir al Padre, una cosa son las palabras, y otra, sus actos, su ejemplo; pues cuando han de elegir entre esta vida y la Vida; entre la carne (el materialismo) y el Padre; entre el poder, rl Israel excluyente terrenal racista y el Israel de los elegidos que agradan al Padre... siempre eligen al príncipe de este mundo.
 
Cuando Jesús habla de poner la otra mejilla, de amar al que te ofende; por supuesto, no pretende decir que aceptes sus equivocaciones, que compartas sus desviaciones; pues haríamos un pan como unas tortas: no hay que ser tolerante ni condescendiente con el mal, pues la inacción es cómplice; volviéndonos malos al aceptar la maldad; por eso Jesús, que quiere a quienes le persiguen (como Abel a Caín); se enfada, como humano que es, contra esa Elite; esos guías ciegos pero que creen ver, por el enorme mal que se causan a si mismos y, sobre todo, al resto de hermanos en el Padre, a la humanidad entera. No se debe aceptar el mal... se debe combatir, pero no con la misma moneda; no fue la espada la que conquistó Roma (Europa entera), sino el martirio de los justos. Les aceptamos como hermanos en el Padre (aunque ellos no se tengan por tales), pero por supuesto, reprobando, evitando en la medida de nuestras posibilidades, su conducta. No debemos desearles ningún mal; el que tendrán, será por propia voluntad, cuando les toque. Es mucho más difícil devolver bien por mal que mal por mal; ya que estos nuestros hermanos tienen la habilidad de sacar de sus casillas al más pintado. Los primeros cristianos entendieron eso muy bien gracias a Dios; hay que pedir ayuda al Padre para afrontar tal reto. Las élites sienten la necesidad de "iluminar", de ilustrar (aunque sea en el uso del serrucho) al resto de ciudadanos, de profanos, de goim, de razas, inferiores, menos dotados; les guste o no: en realidad se trata de imponerse y de servirse de ellos, y cuanto mas burros, más fácil. Por eso actúan secretamente, mediante el engaño; pues el fin, según ellos, es bueno: se engañan a sí mismos, pues solo buscan justificaciones a un resultado inamovible, fruto de su interés mundano. Vemos que el bien no está ni en el fin ni en los medios, de ahí su necesidad de relativizar lo que les conviene: "Todo el que hace el mal, odia la luz para que no sean criticadas sus obras." Son ciegos que guían a otros ciegos; ni entran ellos, ni dejan entrar. Pero gustan presentarse ante todos relucientes... como sepulcros blanqueados: liberales, filántropos, buenistas, progresistas, etc. etc. etc. No consienten que se diga la verdad, y perseguirán a quien la saque a la luz: hay que preservar el fin calculado a cualquier precio. No se mata a un profeta, a menos que duelan, que molesten, sus palabras cuando ponen al descubierto sus contradicciones. Así, culpan a sus mayores de crímenes contra los justos, pero cuando llega el momento "de la verdad", obran igual que sus ancestros, cuando no les superan.
¡Serpientes, raza de víboras! ¿cómo podréis escapar de la condenación del infierno? Por esto, mirad; os voy a enviar profetas, sabios y escribas. A unos los mataréis... El Hijo del hombre se enfada, y por su boca el Padre: la sangre de los sacrificados caerá sobre ellos; toda la sangre inocente derramada en la tierra.
 
Todo racismo o menosprecio al prójimo es del Malo. Todos somos hermanos, iguales ante el Padre; y ninguno es más que otro. El que se humille será ensalzado; el que se ensalce, humillado. Las divisiones, las diferencias, las tensiones, los enfrentamientos, etc. las creamos nosotros mismos: es ley de vida; de esta vida; es la ley del más fuerte, de la selección de las especies, de Darwin, de Hitler, de Rothschild y sus comunismos, etc. No es del Bueno, no es de la Vida; no trascenderá.
Si Jesús (el Padre) dice que hay infierno, es que hay infierno. Otra cosa es que sea como imaginamos... y seguro que no es así.

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Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise recoger tus hijos como la gallina recoge sus pollos bajo las alas y no quisiste! Vuestra casa va a quedar desierta. Os aseguro que no me volveréis a ver hasta que no digáis: Bendito el que viene en nombre del señor.

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Mi opinión:

¿Qué representaba Jerusalén? Es el lugar donde moraba el poder de la élite; la que mata a los justos (enviados por el Padre); atizando el odio de la masa amorfa con calumnias y mentiras, si veía peligrar ese poder cuando se descubrían sus falsedades: la adulteración de la Ley. La élite son los labradores asesinos; y los frutos que sustraen, son el pueblo convertido en escoria Disraeli, en el arma arrojadiza revolucionaria de los Protocolos; los ciegos guiados por ciegos; almas perdidas (ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a quienes lo desean).
Jerusalén es el lugar desde donde se puede guiar al pueblo elegido, Israel. Es el faro, la referencia, el camino donde los judíos esperan encontrar su guía. Contemplando Jerusalén, próxima la hora; Jesús se lamenta de no poder guiarlos (en su libre albedrío eligen las tinieblas) "para salvar la cosecha", pues los labradores asesinos acechan al hijo del propietario para robar la huerta; matando por enésima vez. Malogrados esos frutos, se buscarán en los caminos... algún invitado digno; y se les quita a esos labradores indignos, la huerta; la recogida de frutos para el Padre; los que recojan serán para el Malo.
 
Abraham, Moisés, Jesús... La salvación, como le dijo Jesús (sin excluirla) a la samaritana, viene de los judíos... viene del judío Jesús; de su estirpe; de su mensaje. Abraham, misericordioso, encontró al Dios verdadero y único; y supo que el Padre no desea el sacrificio (tan habitual y apegado al instinto evolutivo de los seres inferiores, esclavos de su instinto). Probablemente, la "orgía" que se encontró Moisés al bajar con la Ley del Padre, tenía mucho que ver con aquel instinto animal; con el crimen, la violación; y en general, el abuso del más fuerte/poderoso sobre el débil (por ejemplo si los hombres tomaban a las mujeres y a los niños), que caracteriza la selección de las especies. Aquel becerro de oro debía de ser muy parecido al dorado que exalta el materialismo racista en el Rockefeller Center (el mismo que Intereconomía fichó como icono... y, ojo al nombre del canal: materialismo; la antítesis liberal necesaria contra el buenismo de la escoria revolucionaria).
No es casual que esta élite oligárquica todopoderosa que programa a las masas promoviendo el instintivo materialismo racista, acuse precisamente a sus enemigos cristianos de su propio pecado capital (incansablemente); entre tanto adultera hasta la médula a dicha minoría decadente; inyectándola dicho mal y otros muchos.
 
El Hijo del hombre, siempre imbuido del Padre, siente sus raíces humanas al contemplar Jerusalén; se apena por las continuas traiciones de los humildes que se dejan tentar por la poderosa Elite que les dirige (por el Malo). Ha convivido entre ellos, les aprecia y sabe que se perderán. No volverán sus hijos al Padre hasta que no reconozcan su error; hasta que no reconozcan al Hijo; a lo que representa: la Verdad... misericordia quiero y no sacrificio.
Muchos son los llamados y muy pocos los elegidos que, discerniendo la Verdad (la misericordia y el espíritu antes que el poder de imposición y el materialismo; la Vida antes que la vida); perseveren en ella pase lo que pase.
 
¿Qué es hoy Jerusalén? Lo mismo; solo cambian los nuevos ateos, sustituyendo a los helenizados romanos. Un logro de los Disraeli-Rothschild; de la Elite Talmúdico Usurera Anglo Sionista (la que toca). Un símbolo de su poder material; del predominio racista sobre el mundo; o sea; todo lo contrario de lo que debería significar (para ellos mismos en primer lugar); sin necesidad de "buscar por los caminos".

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