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No vayáis a tierra de gentiles, y no entréis en ciudad de samaritanos: sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

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Mi opinión:

En mi opinión, cuando Jesús habla de tierra de gentiles o de samaritanos, no se refiere a las personas, sino a las costumbres. Cuando habló a la samaritana en el pozo para pedirle agua y le ofreció la Vida a ella y a su marido, quedó claro que no son las personas, sino el ambiente que las envuelve, que las influye, condiciona, coarta. Desde hace mucho, hoy, y cada vez más, ese ambiente nefasto impuesto por el Malo, a través de la Elite Talmúdico Usurera Anglosionista, y sus masonerías y protestantismos, se ha dado en llamar Nuevo Orden desde hace ya algunos siglos. Y es difícil encontrar algún ámbito donde no llegue su corrupción revestida de oro y progreso.
 
¿Cuál es el pueblo que más se ciñe a la Verdad? Aunque quizás sería más adecuado decir ¿Cuál es el que menos se desvía de ella? ¿Cuál es el Israel de hoy? Evidentemente, no el del mapa (donde mora la desolación, según Daniel y el Mesías; cortijo de los Rothschild, de la Elite "de turno"). Evidentemente no son quienes siguen esperando un mesías a medida, y mucho menos aún, de entre ellos, los de la secta anticristiana de la Elite. ¿Cuál es el pueblo más pacífico? Pues yo creo que no es ninguno, tal como se entiende convencionalmente. Me atrevo a pensar, que el “Israel” al que los verdaderos obreros deben dirigir sus esfuerzos, en pos de sus ovejas perdidas, está disperso y se concentra sobre todo entre el católico llano, no contaminado del todo aún, a pesar de la avalancha masona-progre. Es el que en base a su memoria colectiva, tiende al bien, a pesar del mal reinante generalizado, y solo espera encontrar la fe, la convicción de que se haya en la verdad, a pesar de todo y de todos. Es fácil pensar que quien menos influido está por el agnosticismo mediático, es quien menos “soporta a los medios”, esto se da en los pueblos cristianos del tercer mundo, donde “casualmente” vivir escondido y morir mártir es habitual. Ellos, en medio de su miedo y de su miseria, están creo, mucho más cerca de la Verdad y de la Vida; del Padre; que nosotros aquí “en tierra de gentiles y samaritanos” (lo que somos), tan panchos frente al televisor o al móvil; cristianos "de boquilla, siguiendo al masón Bergoglio y sus mariachis"; los pescadores del lado oscuro.

 

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Y en vuestra misión predicad y decid: El reino de los cielos ha llegado. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis lo recibisteis, dadlo gratis. No tengáis oro, ni plata, ni calderilla en vuestros cintos, ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón, pues el obrero merece sus sustento.

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Mi opinión:

Jesús dijo cuál es la misión del pescador: anunciad que el Reino de los Cielos; es decir, el Hijo predilecto, el Mesías, el Cristo (a través del cual el Padre nos muestra el camino, con sus palabras… el Verbo), “ha llegado”; y está aquí para quedarse (su palabra... la Palabra), desde ese momento y hasta el Fin de los Tiempos (de esta vida/mundo), para quienes quieran ver y oír. 
Jesús habla de curar enfermos, resucitar muertos o arrojar demonios. Evidentemente, habrá habido muy, muy pocos desde entonces, capaces de conseguir del Padre tales prodigios. Primero porque hará falta una convicción, una fe y bondad inconmensurables; y segundo, porque quizás no es justa la intervención divina, a menos, que obedezca a fines bondadosos que, probablemente, se nos escapen a la mayoría. Alguien así, “no está en este Mundo” (en el sentido en que Jesús se lo decía a sus discípulos), y no puede “negociar” con este Mundo, pues se corrompería. Es decir, alguien así, no va a gestionar poder aquí con éxito (ni puede, ni quiere). No va a ser Papa, ni obispo, ni cardenal... ni siquiera a veces, sacerdote: “Gratis lo recibisteis, dadlo gratis”. Que yo sepa, normalmente, solo algunos misioneros/pescadores cumplen en gran medida este precepto. Pero merecen su salario, su sustento físico y espiritual.
 
Pero Jesús, fue más allá; fue más claro aún: clarísimo; cuando explicó que, “ni siguiera calderilla” han de llevar quienes anuncian el Evangelio... nada de acumular. Ni alforjas; es decir, no tendréis bienes materiales. Ni dos túnicas, es decir, vivir con lo justo. Ni sandalias, es decir, especificando la medida de “lo justo”. Ni bastón, es decir, sin comodidad alguna. Pero, aceptando lo que les ofrezca la providencia, pues “el obrero merece su sustento” (lo necesario para subsistir). Seguramente hay párrocos aún que, con su sobria sotana, procuran “ceñirse” un poco, y se enfrentan al dilema diario de conciliar una mínima “gestión” necesaria, con la “entrega” necesaria; propósito cada día más difícil de sobrellevar, sin menoscabo de la fe.

Ante tales afirmaciones del Odre Nuevo, del Sermón de la Montaña a las turbas; inmediatamente la iglesia de cartón piedra se apresura a apuntar "que no es preciso tomar al pie de la letra el consejo. Se trata de...", basurilla progre/masona; lacayos. Se trata de corregir al Padre. ¿Un consejo? No hay tal consejo: el Padre no aconseja. Se trata de ir adulterando; como con el divorcio, el aborto y lo que vaya viniendo...
En la historia de la Iglesia, ha habido innumerables tiras y afloja con esta cuestión. Todos recordamos las discusiones eclesiásticas que sirven de telón de fondo del libro/filme "El nombre de la rosa" del obediente lacayo masón Eco. Caricaturizando el bien a costa del mal, de "la sabiduría" de los pre nazis clásicos, que predicaban engañar al pueblo, sacrificando a los más débiles; germen de sus sectas diabólicas. Eco critica a la iglesia de cartón piedra que les hace el juego y pone "la verdad" en boca en quienes permiten y propician el Mal. 

Así como en la película Francisco de Asís. Cada uno tiene su misión, necesaria para la consecución del guion (como necesario fue Judas, tal como apuntó Jesús); pero Jesús, el Padre; dejó claro el perfil del discípulo, del pescador de hombres. “Lo demás”, no solo no es… “otra cosa”; sino que es todo lo contrario. De ahí quizás, la afirmación de que hay pocos obreros para la mies. Afortunadamente esos pocos, supongo; están casi todos en "tierra de Israel” (Daniel: tras la traición al Cristo, sería toda la Tierra/ Jesús: los convidados de los caminos). Para el resto, los que estamos en "tierra de gentiles" (no en el concepto físico), siempre nos quedará su Palabra (motivo de esta reflexión).
 
Atendiendo a otra frase del Padre en el Hijo: “Quien no está conmigo está contra mí”. O lo que es lo mismo; atendiendo a donde cada uno sitúa la delgada línea que separa el bien del mal, (línea que con independencia del relativo individual, es un absoluto divino inamovible); habrán de preguntarse quienes sirven a la Iglesia, si su “necesaria” misión, (aunque no sea evangelizar “tal cual” según definición de Jesús), está a uno u otro lado de la línea. Porque, raramente el cesar de turno y Dios, están del mismo lado.

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Al entrar en una ciudad o en una aldea, informaos quién es digno; y quedaos allí hasta que partáis. Al entrar en la casa saludadla; y, si la casa lo merece, que vuestra paz entre en ella; mas si no lo merece, que vuestra paz vuelva a vosotros. Y si no os recibieren ni escucharen vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies. En verdad os digo: será más tolerable la suerte de Sodoma y de Gomorra en el día del juicio que la de aquella ciudad.

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Mi opinión:

Jesús se refiere al que es digno … de ser ayudado. El pecador que, a pesar de sus errores y debilidades, guarda un buen fondo y predisposición, o sea, llamar al que es recuperable; a un posible elegido. No así a quien conociendo la Palabra, la ignora; y no solo no está para servir, sino que se solaza en su maldad. Discerniendo la verdad, elige por principio el mal; la ventaja para servirse de otro.
 
El mensaje de los Apóstoles es la Buena Nueva de la Verdad de la Vida (del Padre), revelada por el Hijo. Luego, si ciudades del odre viejo como Sodoma y Gomorra que no disfrutaron de tal conocimiento/ventaja, pagaron por su maldad; se explica que quienes tras Jesús, desprecian la ventaja única e irrepetible del mensaje divino, del Reino de los Cielos, del odre nuevo, tengan mucha mayor culpa.
 
“Dios no envió su Unigénito al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Quien cree en él no se condena, pero el que no cree, ya está condenado, porque no cree en el Hijo de Dios. Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo y los hombres (la inmensa mayoría) amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que hace el mal, odia la luz y no viene a la luz para que no sean criticadas sus obras. Pero el que obra el bien (el pequeño rebaño) viene a la luz para que se vea que sus obras están hechas conforme a Dios." (San Juan, 2)

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Mirad que os envío como a ovejas en medio de lobos: sed prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. Guardaos de los hombres (malos); porque os entregarán al sanedrín, y os azotarán en sus sinagogas, y por mí seréis llevados a gobernadores y a reyes, para dar testimonio a ellos y a los gentiles. Y cuando os entreguen, no os preocupéis cómo o qué habéis de decir; pues se os comunicará en aquella hora lo que hayáis de hablar; no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre, quien hablará en vosotros. El hermano entregará al hermano a muerte, y el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán. Y vosotros seréis odiados de todos por mi nombre; el que perseverare hasta el fin, ése se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra: en verdad os digo: no terminaréis con las ciudades de Israel hasta que venga el hijo del hombre. No está el discípulo sobre el maestro, ni el siervo sobre su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo ser como su señor. Si al dueño de la casa le han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a sus domésticos! No les tengáis miedo: pues nada hay oculto que no haya de ser descubierto, ni secreto que no haya de ser conocido. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que oís al oído, proclamadlo sobre las terrazas. No temáis a los que matan al cuerpo, pero no pueden matar el alma: temed más bien a quien puede (haceros) perder en el infierno alma y cuerpo. ¿No se venden dos pajaritos por un as? Pues bien, no cae a tierra ni uno de ellos sin el consentimiento de vuestro Padre. De vosotros hasta los cabellos de la cabeza están todos contados. Por tanto, no temáis: valéis más que muchos pajaritos. A todo el que me confesare delante de los hombres, lo confesaré Yo delante de mi Padre, el de los cielos; a quien me negare delante de los hombres, Yo lo negaré delante de mi Padre, el de los cielos.

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Mi opinión:

Supongo que cada época ha tenido “sus cosas”; supongo que en cada generación se piensa que la suya es especial por algún motivo. Siempre ha habido conspiraciones del poder para controlar a las masas. El agnosticismo que siembra el Malo por mano del poder de turno, ha tenido nombres distintos en cada momento. Hoy en día, cuando la Humanidad supone adquirida la madurez necesaria para orientarse a sí misma, es cuando más indefensa y desvalida está, pues quienes la controlan realmente, el cesar de turno; está en la sombra. Mediante el engaño continuo el rebaño ha sido convencido de que su felicidad está en su autosuficiencia. El mayor y único enemigo del mal es el, no por casualidad, perseguido cristianismo (la odiosa cristiandad dijo Disraeli/Rothschild).

No es casual el guion del lacayo masón (como no) Wells llevado al cine, donde los eloi caminan como hipnotizados a su destrucción. “Mirad que yo os envío como a ovejas en medio de lobos”; los servidores del Malo, los apóstoles del mal; los morlocks; los labradores arrendatarios asesinos de turno.
 
No creo que la mayoría de las personas sean muy tontas, es que el Malo; el Príncipe de este mundo, como le llamó Jesús, es más astuto que cualquier humano; se vale de unos y otros, en cascada piramidal desde hace unos siglos. La mammonica secta de la cábala, los ilustrados ateos, los agnósticos protestantes pseudo liberales y el maleable pueblo ignorante y hambriento o escoria Disraelí. La base de la pirámide, la masa furiosa, arrojadiza "más útil antes que las bombas", que siembra la masonería irregular mediante la financiación de la regular, siguiendo el guion de la élite talmúdico usurera anglosionista. Esa escoria, que diría Disraelí, es ciega y no discierne. Su ventana a la "realidad" (mentira) son los financiados medios lacayos, y se retroalimenta entre sí y gracias a la labia de "los perros" del rebaño. 
Se guía por consignas, carece de sentimientos… es brutal, animalizada ¿es su atenuante? Quizás, solo el Padre lo sabe. Yo creo que esos no son los lobos; son más bien autómatas, contenedores del odio que les es inyectado a todas horas; les han arrebatado el alma los que vendieron la suya. Los que roban la voluntad, el alma; un peldaño más arriba en la pirámide, probablemente si son lobos. Quienes han sido dotados de la capacidad de discernir el bien del mal, no tienen la excusa de la simple escoria embrutecida.
Jesús, a sus Apóstoles les sugiere la astucia de ser prudentes, sin perder por ello la sencillez, que va al abrigo de la verdad. Les pide inteligencia para evitar en lo posible a los morlock de Wells; para como él mismo hizo, soslayar la muerte hasta el momento preciso, en que el Padre pondrá sus palabras en los sentimientos de los elegidos. Será el (espíritu santo del) Padre el que obre cuando den testimonio de su fe/convicción. Su voluntad/juicio será la de EL: coincidirán.
 
Lejos quedan los días en que de niño, el pequeño mundo de mi España se dirigía con paso firme y mirada franca, ajeno a sociedades secretas de ateos “iluminados” al servicio más o menos involuntario de la élite de turno. Hoy, en este rincón de la Tierra, y en el mundo en general, se tropieza por enésima vez en la misma piedra,  ya que lo exige el guion… y leo a Mateo con tristeza. No sé si “me libraré” de lo que parece inevitable. El adoctrinamiento “galopante” del Nuevo Orden Anticristiano, aquel que proyectaron los Protocolos (y predijeron Daniel y el Cristo); volverá una vez más a poner a padres contra hijos, a hermanos contra hermanos; pues ya ha pasado infinidad de veces (y en España no hace mucho), que se inocula el odio irracional contra el cristiano en las maleables y olvidadizas masas aborregadas. La élite anticristiana vuelve a soliviantar al islam (y a todo sector), a los incansables por fanáticos ateos masones, a sus innumerables sectas protestantes; para, en el clímax, abortar toda escapatoria. Al Malo todo vale; “El que persevere hasta el fin se salvará”… pero, evidentemente, no se refiere a la salvación en este mundo/vida; sino a "la importante".
 
Es impresionante como palabras con dos milenios, encajan como un guante con la innombrable venerable orden, con la enquistada masonería: “No les tengáis miedo: pues nada hay oculto que no haya de ser descubierto, ni secreto que no haya de ser conocido.”
 
“No temáis a los que matan al cuerpo, pero no pueden matar el alma”; las hordas de orcos, de morlock… la escoria a la que se refería Disraelí, Rothschild, Marx y sus Protocolos… la fuerza imparable del novus ordo; la de la masa ignorante y hambrienta que les da el mayor poder sobre el mundo, antes que las bombas.
“temed más bien a quien puede perderos en el infierno, alma y cuerpo.” O sea, temed a lobos como el masón Bergoglio, que pueden convertiros en parte de esa masa amorfa, furibunda y cruel, por acción… “u omisión”. Que pueden arrebatar la voluntad, la buena voluntad, el alma que habita en el atemporal presente instantáneo. Como la iglesia oficial "católica" comunista china, modelo a imponer al resto.
 
Ante la masa amorfa que pone a seres queridos contra seres queridos. En medio de la inmensa y desesperante soledad del auténtico cristiano agredido por “todos”, incluso por "los suyos"; Jesús nos recuerda que somos importantes para el Padre, que conoce hasta el último cabello de cada cual, pues nos pensó; nos piensa. Que siempre estará a nuestro lado cuando pensemos en él. No cabe mejor compañía. Palabras tranquilizadoras (y verdaderas)  nos dejó Jesús, que también sintió la soledad de la muerte "Padre porque me has abandonado" (la duda de la confusión/desintegración corporal); pero tras ese momento de duda, concluyó: “Está cumplido”, “Padre, en tus manos entrego mi espíritu”: mostrando que perseveró hasta el final.
El que niega, como Pedro, a Jesús, niega al Padre. El que niega, como Pedro, a Jesús, no persevera. Y si entonces nos llega la muerte…¿qué? Pedro, estuvo al borde del abismo al menos tres veces.

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No creáis que vine a traer paz sobre la tierra; no vine a traer paz, sino espada (el enfrentamiento). Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y serán enemigos del hombre los de su casa. El que ama al padre o a la madre más que a Mi, no es digno de Mi: y el que ama al hijo o a la hija más que a Mí, no es digno de Mí. Quien no toma su cruz y me sigue, no es digno de Mí. El que encuentra su vida, la perderá, y el que la pierde por Mí la encontrará. Quien os recibe a vosotros me recibe a Mí, y quien me recibe a Mí, recibe al que me ha enviado. Quien recibe a un profeta porque es profeta, recibirá paga de profeta, y quien recibe a un justo porque es justo, recibirá paga de justo. Todo el que diere un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños (humildes) porque es discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa.

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Mi opinión:

Decir que tropezamos con la misma piedra, es decir que la memoria individual, a veces recuerda; pero la generacional, raramente; cuando los progenitores renuncian transmitir su experiencia y delegan en lobos perversos con piel de oveja, bien financiados y adiestrados (ciegos que guían a otros ciegos). Buena muestra de ello fue la generación que levantó España del suelo y se dejó llevar por el ilusionismo deslumbrante del éxito.

El Viejo Nuevo Orden Anticristiano super financiado por la Elite Talmúdico Usurera Anglosionista, nos conduce irremediablemente al cíclico choque entre el bien y el mal. Esta vez, por lo que parece, a escala nunca vista gracias a los avances tecnológicos. Enfrentará de nuevo al individuo “con los de su casa”. Entonces, una vez más, quien anteponga un ser querido al bien, negara a Jesús.
 
Los medios están lavando el cerebro a gran parte de la sociedad. El verdadero cristiano tiene que elegir ser condescendiente por omisión (negando al Padre), con su círculo cristianoide próximo (familiares/amigos) de “protestantes católicos tipo Bergoglio”, cuando estos por ejemplo admiten, más o menos maquillado, el aborto, la eugenesia o la eutanasia, la ruptura familiar, los emparejamientos antinaturales... la antinatalidad en fin; y, en general, la eugenesia y eutanasia de los amos nazis; o un poco más adelante, la pederastia, la esclavitud, (y legarán los “necesarios” sacrificios rituales humanos de inimaginables tipos, etc). Tiene que elegir entre el incómodo/peligroso bien, y el conveniente/fácil Mal

Por no hablar del fomento habitual (Protocolos) de toda bajeza, comúnmente admitida ya en cualquier medio de masas (acción), y consentida vía educación (acción y omisión): la calumnia, la venganza, la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia, la pereza, la ordinariez, etc. Modelos, cánones, ejemplos sociales impuestos por ídolos "a sueldo", creados/financiados al efecto. La ingeniería social ha alcanzado gran madurez en la inoculación del mal, y a cada tipo de público aplica su receta más o menos soslayadamente.
 
Mientras los medios fanatizan a muchísimos, y adormecen/anestesian a otros tantos; quien se oponga firme al mal, deberá asumir ser marginado cuando no perseguido por la “espada de propios y extraños”; que entenderán, más o menos fanatizados, que el mal, o es relativo (al interés que la élite promocione) o es incluso contrario al descrito por Jesús, por el Padre. Y entonces, los cristianos que elijan a los propios, a sus seres queridos (equivocados e intransigentes) antes que el bien/la verdad; (o respondan con la espada y no con la mejilla), se volverán a equivocar, pues la vida que importa, no es esta:
“El que encuentra su vida (terrenal/temporal), la perderá (la otra/ la eterna); y el que la pierde por Mí, la encontrará”.
Perderla por Jesús, es perderla por la Verdad (no relativa/odre nuevo), es perderla por el Padre, nuestro creador. Perderla así, no es perderla en las trincheras, con la espada, pues quien así actúa, no ama a su enemigo; ni hace por amarlo. Cae en la trampa de Lucifer; cambia de bando sin darse cuenta. Perderla por Jesús, es perderla como mártir para dar ejemplo, si no queda otro remedio, y a la "Hora de la Verdad".
Es más fácil decirlo que hacerlo, empero, muchos son los llamados y pocos los elegidos. No obstante, oponerse al mal sin poner en riesgo esta vida, aún está al alcance de algunos en la vieja Europa, y sirve para caminar con cierta tranquilidad de conciencia aún a costa de pasar por "retrógrado" ante propios y extraños, entre tanto no se enconen más las cosas.
 
Al final hace mención a sus discípulos como "pequeños". En otra ocasión nos dice como para llegar al Padre hay que hacerse pequeño como los niños. O que la sabiduría verdadera se le concedió a los pequeños antes que a los sabios. Así que otras traducciones adecuadas a mi juicio serían las de inocentes (como niños); de almas, espíritus, voluntades limpias. O las de humildes, mansos… como lo era Jesús.

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